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Una vez el tema de los regalos se arregló todo volvió a su normalidad, ya se estaba acostumbrando a sus clases y por el momento no le estaba yendo mal, por parte de la academia iba bien, practicaba diario hasta que el señor Schulz dijo que habría una siguiente obra por lo que debía empezar a repartir los papeles ya que sería algo en grande. 

Obviamente esta noticia le emocionó. Aunque claro no es lo único nuevo que sucedía recientemente. 

—¿Al final les dijeron que van a presentar ahora? No hay ninguna actividad de la universidad hasta dentro de un mes así que asumo que vendrán personas importantes para su carrera como bailarines— Dijo Natasha mientras estaba sentada en el césped frotando un pincel con pintura en la palma de su mano, era curioso ya que tenía la paleta justamente en su hombro donde podría hacer lo mismo pero no, estaba mezclando colores en su piel. 

—Si... ¿Que no se supone que para eso existen las paletas? Tienes una muy grande como para que uses tu mano... 

—Uso ambos, la mano me ayuda a que el pincel no esté muy húmedo y pueda pintar mejor. 

La chica sonrió como si fuese lo más normal posible, debía admitir que acompañarla era divertido ya que no se le habría pasado por la mente el acostarse en el área verde de la universidad mientras miraba esas esponjosas nubes blancas moverse lentamente. 

—Volviendo al tema de la presentación, se supone que mañana dividen los papeles, solo sé que es El Cascanueces, algo complicado pero creo que voy a poder entrar y llamar la atención de algún representante. 

—¡Oh! Me gusta esa obra, es divertida, ¿me dejarías hacer un cuadro de cuando estés bailando en el escenario? 

—No veo el por que no, espero que los movimientos rápidos no sean problema para ti. 

Natasha negó mientras mordía su labio y seguía pintando algo abstracto para un proyecto, no se le daban bien las cosas sin forma por lo poco que podía ver en el lienzo y su inmensa concentración. El silencio reinó entre ellos nuevamente pero no era incómodo, lo disfrutaba al punto que cerró los ojos y sintió el viento acariciar su piel y pasar entre su ropa. 

El día siguiente llegó y apenas llegó pudo sentir los nervios de todos, claro, Schulz estaba sentado frente a todos mirando varias hojas mientras se comía una toronja con bastante gusto junto a un café humeante. 

—Haremos esto por escenas. Ya que son varios personajes y suelen bailar más de uno. 

Y así empezó a repartir los papeles, algunos estaban felices, otros no como era de esperar pero no le importaba ya que no habían dicho el suyo. Grisel nuevamente consiguió el papel principal por lo que estaba dando saltitos junto a su hermano a quién no lo habían llamado. Se estaba esperando lo peor sinceramente. 

—Por último, Pavel y Vincens van a hacer la escena de la reina del azúcar. 

Efectivamente, se cumplió lo peor, tendría que bailar con él, nunca lo hubiese querido ya que quería estar lejos de ese par pero no tenía otra alternativa. Una vez todo claro todos se fueron a preparar y en su caso no fue distinto. Agatha trató de hablarle pero alguien se sentó en medio mientras preparaba sus zapatillas. 

—Bueno, dado que vamos a bailar juntos, ¿no crees que sería correcto presentarnos? Pequeño copo de nieve

El solo escuchar esa voz cantosa y el ver esos ojos pequeños le dio a entender quién era. Solo podía ver como sonreía y se le marcaba un hoyuelo de un solo lado, sin mencionar que sus caninos estaban algo prominentes, cosas de alfas debía suponer. Lo más importante es que no le emocionaba por lo que se quedó en silencio mientras cubría sus pies para mayor estabilidad. 

Il Sistema di AllégroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora