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El viernes pasó sin poder estudiar mucho debido a los proyectos de Gunther que lo mantuvieron ocupado hasta el medio día del sábado. El haber salido a comer el día anterior le cambió el animo y la perspectiva respecto al alfa, le agradaba bastante y volvía a dudar de la decisión de sus ex parejas pero no es como que lo pensara profundamente. Solo creía que era alguien gracioso.

Era temprano en su habitación, puso música y empezó a estirar, por más que no estuviese yendo a la academia esta semana igual practicó en su casa con la ayuda de su madre. Las horas pasaron hasta que su celular empezó a vibrar interrumpiendo la canción y robando su concentración, por suerte no terminó en el suelo.

Se acercó y pudo ver el nombre de Gunther en toda la pantalla por lo que lo puso en altavoz mientras volvía a practicar.

[¿Vincens?]

—Habla, estoy practicando, ¿que pasó?

[Perdón por interrumpir, te llamaba para decirte que ya terminé mis proyectos así que podemos seguir como habíamos planeado inicialmente, no se si quieres que vaya a tu casa o si quieres venir nuevamente a la mía]

El albino se quedó pensando mientras seguía en lo suyo. El ajeno al otro lado del teléfono estaba rojo y con una mano en el rostro ya que bueno, no se escuchaba las palabras del omega pero si sus jadeos y suspiros debido al esfuerzo y horas de actividad física.

—Creo que… Es mejor que yo vaya a tu casa nuevamente, mis padres son algo quisquillosos con las visitas así que prefiero ir, iré a bañarme así que llego en unos… 40 minutos.

[E… Está bien, si, te espero aquí, no comas nada, mi mamá quiere que comas aquí, no se por qué pero solo me dijo que te dijera]

—Que lindo detalle, está bien, te veo allá Gunty

El omega colgó dejando al alfa con un grito en media garganta, no se acostumbraba al apodo que le había puesto el día anterior gracias a la anécdota que le contó cuando le decían así de niño, le gustaba el apodo pero escucharlo de la dulce voz de su amado era algo distinto, muy distinto. Luego de colgar se fue al baño por un largo rato.

El omega estaba viendo la puerta oscura frente a él con los nervios en su garganta, ya había entrado en la casa de Gunther y Naty una vez pero no con sus madres presentes, eso, le tenía nervioso.

Suspiró y secó sus manos con su camisa antes de acercarse al timbre, como si hubiesen sentido su presencia una de las mujeres salió por la puerta asustando al omega. Ambos soltaron un pequeño grito al asustarse mutuamente pero la mujer al frente empezó a sonreír.

Una voz femenina un poco más grave se escuchó al fondo preguntando si había pasado algo. El albino estuvo al borde de decir algo cuando fue callado con una mano encima de su boca. La ajena gritó en respuesta que todo estaba bien.

La mujer rubia de ojos avellana alejó al omega de la puerta y levantó las cosas que dejó caer al suelo, una cubeta con un par de guantes, palas y otros utensilios de jardinería. No abrió por estar ahí sino porque iba a salir a tratar su jardín, fue coincidencia.

—U-Umm…

—Quédate aquí, ya vuelvo, dame tu mochila.

Iba a preguntar por qué pero rápidamente se la quitaron del hombro y la mujer entró rápidamente, unos segundos después volvió con otro par de guantes y sin la mochila del omega. Todo estaba siendo muy confuso para él pero la señora tomó su mano y lo llevó al lado de la casa donde estaba su jardín.

—Ahora si, Vincens, ¿verdad? Perdóname que te haya traído aquí sin darte ni una sola explicación. Verás, este es mi jardín y me gusta hablar con las personas mientras le doy un poco de amor, ¿tienes algún problema de ensuciarte las manos? Igual te traje guantes.

Il Sistema di AllégroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora