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Lunes el día de la desgracia, para su suerte no terminó de mal manera aunque sus padres se enteraron, solo le llevaron algo de comer para que dejara de llorar tanto. Agradecía que no fuesen tan exigentes con él.

Martes se quedó en casa toda la mañana hablando con Gunther y pasándole toda la materia que había recibido para el examen y así tener un plan de estudio pero aún seguía deprimido ante toda la situación al punto que ni siquiera quiso ir en la tarde pero se obligó a hacerlo donde se encontró con el alfa que le iba a ayudar a estudiar. Sus amigos mantuvieron distancia ya que querían que se concentre y el omega sabiendo eso pudo estar tranquilo.

Miércoles había recibido la dirección de la casa del alfa bajo la explicación que tenía día libre. Algo en su cabeza creyó que era importante recordar que Gunther tenía libre los miércoles pero estaba lo suficientemente distraído con su examen fallido que no se detuvo a analizarlo y hacerle caso a sus pensamientos internos.

Al llegar se quedó mirando la hermosa arquitectura, dos pisos, ventanales enormes, paredes grises de piedra y un jardín bastante grande y en excelentes condiciones. Se quedó boca abierta revisando como cuatro veces la dirección para estar seguro de que en esa casa lujosa vivía su mejor amiga con su familia.

Iba a acercarse a tocar la puerta pero Natasha le abrió inmediatamente. No esperaba eso.

La chica iba de salida hacia la universidad por lo que le dejó entrar y le dio la llave de su habitación por si ocupase algo como ropa o tiempo a solas. No entendió la razón de la oferta pero aceptó la llave. Al momento de despedirse y girarse para entrar tenía a dos mujeres bastante intimidantes al frente él analizandolo de pies a cabeza.

—B-Buenos días señoritas…

—¿Eres el omega que va a recibir tutoría de nuestro hijo?

—Así es…

—Más te vale no hacerle nada a nuestro pequeño Gunther.

—Ya cariño, se nos hace tarde. Espero que te sirva la tutoría, Gunther es bueno explicando cualquier cosa.

Sonrío nervioso mientras dejaba pasar a las dos mujeres quienes iban a trabajar temprano. Tomó aire tratando de procesar todo, ¿Gunther tenía una vida tan movida desde tan temprano? Si fuese él estaría cansado.

Cerró la puerta y pasó con cuidado viendo lo bonito que era el interior, bastante moderno aunque tuviera demasiado blanco para su gusto. Sus padres preferían un estilo más rústico por lo que los muebles de madera y los colores oscuros en la decoración eran de lo más normal pero aquí era completamente lo opuesto. Paredes blancas sin ni una sola mancha de humedad y muebles de vidrio junto a varias plantas de interior.

Se quedó embobado mirando todo sin darse cuenta que el alfa estaba detrás suyo rascando su vientre mientras bostezaba y caminaba a la cocina con el cabello hecho un desastre y arrastrando sus pies. ¿El problema? No llevaba camisa.

Al momento en el que hicieron contacto visual hubo un silencio largo, Vincens estaba confundido y Gunther… No veía quién estaba al frente suyo por lo que estaba tratando de enfocar su vista.

—¿Llegué muy temprano? Pareces recién despierto… Puedo volver después si quieres.

—¿Vincens?... ¡Vincens!

Al momento de caer en cuenta quien lo estaba mirando semi desnudo dejó su desayuno en la mesa y corrió a su habitación chocando con absolutamente todo para luego volver con el cabello arreglado, lentes y camisa. Más presentable.

—Perdón que tuvieras que ver eso, umm… Suelo dormir así. ¿Ya comiste? Puedo cocinarte algo para poder empezar a estudiar.

No recibió respuesta ya que el omega tenía una imagen muy clara en su mente, ese torso ligeramente marcado sin ser exagerado, piel ligeramente bronceada pero blanca y un rostro atractivo, ponía en duda el pensamiento de sus ex novias.

Il Sistema di AllégroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora