CAPITULO 57

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Nadia le dijo a Diablo: "Te tallo la espalda, cariño".

Diablo sonrió y respondió: "Sí, por favor".

Nadia comenzó a tallar la espalda de Diablo, quitándole el jabón y enjuagándolo con agua tibia. Diablo cerró los ojos y se relajó, disfrutando del momento.

Después de un rato, Nadia terminó de tallar la espalda de Diablo y dijo: "Listo, cariño".

Diablo abrió los ojos y sonrió. "Gracias, mi amor".

Después de bañarse y jugar en el baño, los 7 salieron afuera a cambiarse en la sala que estaba afuera del baño. Las niñas se vistieron con ropa limpia y se peinaron, mientras que Nadia y Diablo se vistieron con ropa cómoda.

Diablo se puso una camisa blanca y unos pantalones negros, mientras que Nadia se puso un vestido azul claro. Las niñas se reunieron alrededor de ellos, admirando su apariencia.

"Estás muy guapo, Diablo", dijo Luxeria.

"Y tú estás muy hermosa, Nadia", agregó Aerope.

Diablo sonrió y agradeció a las niñas, mientras que Nadia se sonrojó y les dio un abrazo.

"Gracias, pequeñas", dijo. "Vamos a desayunar algo, ¿les parece?".

Las niñas gritaron de emoción y se dirigieron hacia la sala de desayuno, seguidas por Diablo y Nadia.

Después de entrar a la sala del comedor, vieron a Astaroth y Mirian sentados en la mesa, comiendo y charlando. Junto con ellos estaba Lilith, la madre de Diablo, sonriendo y participando en la conversación.

Diablo y Nadia se acercaron a la mesa, seguidos por las niñas. Astaroth y Mirian se levantaron para saludarlos, mientras que Lilith abrazó a Diablo y lo besó en la mejilla.

"Buenos días, mi hijo", dijo. "Me alegra verte".

Diablo sonrió y abrazó a su madre. "Buenos días, madre", respondió. "Me alegra verte también".

Nadia se acercó a Mirian y la besó en la mejilla. "Buenos días, Mirian", dijo.

Mirian sonrió y la abrazó. "Buenos días, Nadia. Me alegra verte".

Las niñas se sentaron en la mesa, emocionadas de estar con los reyes y la madre de Diablo. Astaroth les sonrió y les dijo:

"Buenos días, pequeñas. Me alegra verlas".

Las niñas respondieron con sonrisas y saludos, y la conversación continuó mientras desayunaban juntos.

Lilith miró a Diablo y Nadia con orgullo. "Me alegra verlos tan felices", dijo. "Ustedes dos están destinados a estar juntos".

Diablo sonrió y tomó la mano de Nadia. "Lo sé, madre", respondió. "La amo".

Nadia sonrió también y apretó la mano de Diablo. "Yo también lo amo", dijo.

La Sombra que se Convierte en Salvación "La reencarnación del rey demonio"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora