2. Esfuerzo y pasión

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Cuando regresé a la casa me encontré con Willow tirada en el sofá, ojeando algunas revistas de moda como de costumbre.

-¡Wynn! -se incorporó y me miró con ese brillo en los ojos, ese que solo adquiría cuando le invadía la necesidad de comprar algo nuevo que había visto en el catálogo.

-¿Qué ha sido esta vez? Deja que adivine... ¿Un bolso? ¿Unos zapatos, tal vez? Sea lo que sea no pienso llevarte de compras, hoy pretendo estudiar.

Avancé por el salón hasta posicionarme junto al sillón frente a Willow. Me dejé caer sobre los cojines y crucé las piernas sobre la mesa.

-¡Mira esto! ¡Soy yo! -sonrió con la inocencia de una niña al mostrarme la portada de la revista -¿¡Lo ves!?

-¿No es como la cuarta este mes? -inquirí observando la imagen.

En otros ojos sus portadas podían parecer muy similares: Willow vestía prendas de la colección de Valentino y las exhibía en una estrambótica pose. En los suyos eran pequeñas victorias, en los míos el reflejo de su esfuerzo y pasión.

-Esque aún no me acostumbro -rió quitándome la revista de las manos y sumándola a la pila de catálogos en los que ella aparecía, pila la cuál ya apenas cabía debajo de la mesita del salón -¿Que te parece? ¿Salgo guapa? -me ánimo a opinar.

-Guapísima -sonreí con orgullo -Por cierto, Jane me envía a preguntarte si mañana por la noche tienes planes.

-¿Jane?

-Jane... Ya sabes, mi amiga la de las mechas.

-Oh, sí. Mi reemplazo -rodó los ojos con falsa indignación -No, no tengo planes, ¿Por qué?

-Tienen pensada una salida nocturna.

-Define salida nocturna -volvió a tumbarse sobre el sofá y desvío su vista al techo.

-Vendrán a acoplarse a la discoteca en la que trabajo.

-Pero si a mí nunca me has dejado ir -se extrañó.

-Y no tenía pensado dejarte. Ni a tí ni a nadie. Pero Jane es insistente, no sabes hasta qué punto.

-Y es inútil decirle que no... -completó ella -entiendo. En ese caso iré.

-¿¡Irás!? -su respuesta me pilló por sorpresa. Una afirmación era lo que menos esperaba de ella -Creí que no querías saber nada de mis amigos...

-¿Que pasa, es que no quieres que vaya? -preguntó con burla sin imaginar que eso era exactamente lo que yo buscaba -Eres mi mejor amigo, y me guste o no tendré que conocer tu nuevo entorno... Si no, ¿Quién dará el visto bueno a mis reemplazos?

Se acabó.

Sabía que tarde o temprano acabaría pasando.

No podía andar escondiendo la verdad acerca de los viernes de toyboy toda la vida.

Sabía que esto desataría las burlas entre mis amigos, ¿Pero que remedio?

Ya no había alternativa.

-Ehh... Bueno... Bien. En ese caso supongo que podré escaquearme de detrás de la barra algún tiempo.

-¿Tienes permitido hacer eso en horario laboral?

-No, pero si tú no se lo chivas a mi jefe, él no se enterará -sonreí con malicia antes de levantarme del sillón y dirigirme a mi cuarto para comenzar cuanto antes con los deberes.

Una vez en mi habitación, me senté frente a mi escritorio y abrí el libro de Historia del Cine.

Las siguientes tres horas las pasé hincando codos, investigando lo escrito en las páginas por simple interés. La verdad era que de todas las asignaturas, aquella era la que menos me desagradaba, incluso se me hacía entretenida.

Cuando volví a bajar la casa ya apestaba a pan quemado, lo que significaba que Willow estaba haciendo la merienda.

Si algo había aprendido en estos cinco meses de convivencia era que bajo ninguna circunstancia debía permitir que ella pusiera un pie dentro de la cocina.

Siempre se las arreglaba para que saliera mal.

Cuando no quemaba la comida, la servía sin terminar de descongelar. Cuando no estropeaba algún electrodoméstico, conseguía formar una gran nube de humo junto al techo.

-Sigue así y terminarás prendiendo fuego a la cocina -interrumpí su sesión culinaria.

No se molestó en replicar. Dudo siquiera de si se enteró. Ella había concentrado toda su atención en intentar sacar el pan atascado en la tostadora. La máquina era antigua, lo reconozco, pero conmigo siempre funcionaba bien. El problema lo tenía la rubia.

Agarró un tenedor que había sobre la encimera y lo llevó junto a la tostadora.

-¿¡PERO QUE HACES!?

Willow dió un respingo ante mi repentino griterío. Después me miró confusa con el cubierto aún en la mano.

-¿¡Es que quieres morir electrocutada!? -rodeé la encimera hasta alcanzar a desenchufar la tostadora.

Llevé los dedos al trozo pan carbonizado y tiré de él para desatascarlo.

En el proceso tuve que hacer contacto con algún hierro que me quemó, porque cuando saqué la mano de la tostadora tenía un par de marcas rojas que ardían.

Rápidamente encanasté el pan en el cubo de basura y me giré hacia Willow con cara de reproche.

-Tan lista para unas cosas y tan irresponsable para otras...

-Perdón -se disculpó con la cabeza gacha, muriendo interiormente de vergüenza.

-Es igual. Solo procura no volver a cocinar sin mi supervisión.

-Entonces nunca aprenderé.

-Entonces nunca prenderas fuego a la casa -le corregí, a lo que ella asintió conforme.

-Creo que nos hemos quedado sin merienda... ¿Salimos a por un café? Yo invito.

-¿Con el sueldo de una superestrella e icono de la moda que menos que invitar a tu amigo a una merienda?

Apagué las luces de la cocina, entrelacé mi brazo con el suyo y la arrastré fuera de la casa, donde no pudiera estropear ningún otro electrodoméstico ni quemar ningún pan ajeno.

💋💋💋

¿Qué os va pareciendo esta segunda parte del libro? ¿Y los nuevos personajes? ¿Queréis más detalles sobre ellos?

¿Ha cambiado vuestra percepción sobre Willow ahora que ella vive su vida sin Bryce obstaculizándola?

¿Qué punto de vista os gusta más leer?

Estoy pensando en introducir algunas dinámicas de lectura, ¿Os parecería bien?

Os leo :)

Una Rubia Peligrosa [1er y 2do libro]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora