Capitulo 1: Inicio de temporada

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Carlos se despertó antes del amanecer, la luz tenue que se filtraba a través de las cortinas no era suficiente para calmar la agitación que sentía. La temporada de Fórmula 1 comenzaba hoy, y aunque había vivido muchos inicios de temporada, este tenía un matiz diferente. Un hormigueo de anticipación recorría su cuerpo mientras se preparaba para el día. La sensación era más intensa de lo habitual, como si el aire mismo estuviera cargado de promesas y secretos por revelar.

Al salir de su habitación, el vestíbulo del hotel estaba silencioso, apenas iluminado por las luces suaves que daban al ambiente un toque íntimo. Carlos caminó hacia la zona de desayuno, pensando en la carrera que estaba por comenzar y en el equipo con el que compartiría este viaje. El eco de sus pasos resonaba en el pasillo vacío, un preludio a la cacofonía que seguramente se desataría en el circuito.

Cuando llegó al lobby, encontró a Charles esperándolo. El piloto monegasco estaba sentado en un sofá, con una taza de café en la mano y una sonrisa amplia que parecía iluminar la habitación. Charles levantó la vista al ver a Carlos y su sonrisa se ensanchó aún más.

—¿Listo para arrasar, compañero?preguntó, su tono cargado de confianza y una chispa de algo que iba más allá de la competencia.

Carlos se dejó llevar por el cálido saludo y se sentó junto a él, tomando un café mientras conversaban. Aunque sus palabras eran ligeras y estaban llenas de bromas típicas entre compañeros de equipo, había una tensión sutil en el aire, un entendimiento tácito de que este año podría cambiarlo todo. La mirada de Charles no se apartaba de la suya, como si esperara que Carlos compartiera sus propios pensamientos.

—Sí, creo que sí,—respondió Carlos, intentando sonar seguro mientras observaba a Charles. "Pero hay algo diferente en el aire hoy. ¿Lo sientes también?

Charles asintió, sus ojos brillando con una mezcla de emoción y nerviosismo. —Lo siento. Es como si todo estuviera a punto de despegar, no solo la temporada, sino algo más. Algo que aún no sabemos qué es.

Ambos sabían que la temporada prometía ser intensa. La competencia sería feroz, pero había algo más que los unía más allá de la rivalidad. Una conexión que habían estado explorando en silencio, un sentimiento que ni siquiera ellos sabían cómo definir. La emoción del primer día, la adrenalina de la carrera, todo estaba mezclado con la incertidumbre de lo que su relación podría llegar a ser.

Al salir del hotel, se dirigieron al paddock, donde el bullicio ya comenzaba a formar parte del ritual de cada inicio de temporada. Los equipos estaban ocupados preparando los coches, y el sonido de los motores y las conversaciones de los mecánicos llenaban el aire. Carlos y Charles intercambiaron miradas cómplices mientras caminaban hacia sus respectivos boxes, conscientes de que esta temporada, más que cualquier otra, traía consigo una serie de nuevas posibilidades.

Al llegar a sus garajes, se prepararon para la primera sesión de prácticas. Cada uno se metió en su rutina, pero los momentos entre sesiones y la compañía de Charles hacían que cada detalle pareciera más significativo. Las miradas furtivas, las sonrisas compartidas, y el contacto ocasional se volvían más intensos, más cargados de significado.

Con el primer entrenamiento en marcha, Carlos y Charles se concentraron en el trabajo, dejando que la pista hablara por sí misma. Pero mientras los coches giraban en la pista y la velocidad se apoderaba de ellos, el vínculo que compartían seguía creciendo, evolucionando de maneras que aún no podían comprender del todo.

Al final del día, mientras el sol se ponía y las luces del circuito se encendían, Carlos y Charles se encontraron nuevamente en un rincón apartado del paddock. Sin la presión de los medios y el bullicio del trabajo, pudieron tomarse un momento para sí mismos.

—Hoy ha sido... diferente,—dijo Charles, su voz baja y sincera.

Carlos asintió, acercándose un poco más.

—Sí, lo ha sido. Pero creo que estamos listos para lo que venga.

Charles sonrió y, sin poder evitarlo, se acercó para compartir un breve pero significativo beso.

Era un gesto lleno de promesas y de un futuro incierto pero esperanzador. Mientras se separaban, la mirada de Charles no dejaba lugar a dudas sobre lo que sentía.

—Estamos en esto juntos,—dijo Charles, con una determinación que resonaba más allá de las palabras.

Carlos asintió, sintiendo la misma determinación en su interior.

—Juntos—repitió, mientras ambos se dirigían hacia la pista, listos para enfrentar los desafíos de la temporada, tanto en la pista como en su vida personal.

El primer día de la temporada había comenzado, y con él, una nueva etapa en sus vidas. La carrera apenas comenzaba, pero ya había dejado una marca indeleble en ambos.

Entre curvas y amores Donde viven las historias. Descúbrelo ahora