Había pasado unas semanas desde que el escándalo en Ferrari salió a la luz, y Charles y Carlos habían decidido dejar atrás todo el drama y centrarse en lo que realmente importaba: su vida juntos.Para Carlos, no había mejor lugar para sanar y recargar energías que en su hogar, rodeado de su familia en España. Así que, tras unos días de tranquilidad, la pareja viajó a Madrid para pasar un tiempo con los Sainz.
El ambiente en casa de los Sainz era cálido y acogedor. La familia siempre había recibido a Charles con los brazos abiertos, y esta vez no fue la excepción. Sentados alrededor de la mesa en la terraza, disfrutaban de un almuerzo al aire libre. El sol brillaba en el cielo despejado mientras las risas y conversaciones fluían con naturalidad.
—Charles, ¿quieres más paella? —preguntó Reyes, la madre de Carlos, ofreciéndole una porción adicional.
—Por supuesto, está deliciosa, como siempre —respondió Charles con una sonrisa, extendiendo su plato.
Carlos, sentado a su lado, lo miró con ternura.
—Mi madre es una experta en la cocina. Creo que es uno de los motivos por los que nunca podré dejar de venir aquí.
—Bueno, yo diría que hay muchas razones por las que venir aquí es siempre una buena idea —añadió Charles, mirando a la familia de Carlos con aprecio.
Después del almuerzo, todos se acomodaron en la sala de estar para seguir charlando. La conversación giraba en torno a anécdotas de carreras, historias familiares y planes futuros. Charles, sintiéndose cada vez más relajado en ese ambiente familiar, sabía que había llegado el momento de hablar con Carlos sobre algo que había estado rondando su mente desde hacía un tiempo.
Esperó hasta que estuvieron solos, sentados en el jardín trasero, alejados del bullicio de la casa. Carlos estaba recostado en una hamaca, disfrutando de la suave brisa, mientras Charles se sentó a su lado, tomando su mano.
—Carlos, necesito decirte algo —comenzó Charles, su tono serio capturando de inmediato la atención de Carlos.
—Dime, amor —respondió Carlos, entrelazando sus dedos con los de Charles y sentándose para mirarlo a los ojos.
Charles respiró hondo antes de continuar.
—Es algo que he estado meditando. Después de todo el desastre con Ferrari, no me siento al 100% para seguir en los circuitos. Necesito un tiempo para sanar. Sé de lo que soy capaz, pero simplemente ahora no puedo.
Carlos lo miró en silencio durante unos segundos, procesando lo que Charles acababa de decir. Luego, con una sonrisa pícara que iluminó su rostro, interrumpió suavemente.
—¿Serás mi WAG? ¿Vas a acompañarme a los circuitos y me vas a animar?
El comentario tomó a Charles por sorpresa, pero pronto estalló en carcajadas, aliviando la tensión y el miedo a ser juzgado que había sentido al expresar sus dudas. La forma en que Carlos lo tomaba tan a la ligera, con tanto amor y comprensión, lo hizo sentir más seguro.
—Seré la mejor WAG que hayas tenido —respondió Charles, riendo mientras se inclinaba para besar a Carlos.
—Te elegí para toda la vida, ser mi WAG es lo único que faltaba —dijo Carlos, devolviendo el beso con ternura.
La conversación, que podría haber sido pesada y llena de preocupaciones, se transformó en un momento de complicidad y amor. Carlos entendía que Charles necesitaba tiempo para recuperarse y no tenía ninguna intención de presionarlo. Sabía que estar juntos era lo que realmente importaba, sin importar en qué forma lo hicieran.
Charles apoyó su cabeza en el hombro de Carlos, sintiéndose aliviado de haber compartido su preocupación.
—Gracias por entenderme, Carlos. No sé qué haría sin ti.
—Lo único que importa es que estamos juntos, Charles. Si necesitas tiempo, lo tienes. Yo estaré aquí, siempre.
El sol comenzaba a ponerse, bañando el jardín en un cálido resplandor dorado. Ambos se quedaron en silencio, disfrutando del momento y del simple hecho de estar juntos.
Unos días después, Charles tomó una decisión importante. Sentado en el sofá del salón, con Carlos a su lado, decidió grabar un video para sus redes sociales. Sentía que era lo correcto, no solo para él, sino también para sus seguidores y el mundo del automovilismo, que merecían saber lo que estaba pasando.
Carlos le pasó el teléfono y le dio un suave apretón en el hombro.
—Estoy aquí contigo, Charles. Tómate tu tiempo.
Charles asintió, tomando una profunda respiración antes de presionar el botón para comenzar a grabar. La cámara enfocaba su rostro sereno, aunque sus ojos revelaban la seriedad de lo que estaba a punto de decir.
—Hola a todos, —empezó Charles, con una sonrisa suave pero firme—. Sé que ha sido un tiempo difícil para todos nosotros, especialmente para los que siguen mi carrera. Después de mucho pensarlo, he decidido que necesito un tiempo fuera de los circuitos. Los últimos meses han sido muy duros, y no estoy en mi mejor momento para competir. Quiero que sepan que esta decisión no ha sido fácil, pero es lo mejor para mí en este momento.
Carlos, sentado fuera de la toma, lo miraba con orgullo, sabiendo cuánta valentía se necesitaba para hacer esta declaración.
—Voy a tomarme un tiempo para sanar, para estar con las personas que amo y para redescubrir mi pasión por este deporte. —Charles hizo una pausa, respirando hondo—. Esto no es un adiós definitivo, sino un hasta luego. Volveré cuando esté listo, cuando sienta que puedo dar lo mejor de mí. Agradezco todo el apoyo que me han dado hasta ahora y espero que entiendan esta decisión.
El video concluyó con un cálido agradecimiento y una promesa de volver más fuerte. Charles apagó la cámara y soltó un suspiro, sintiendo como si un gran peso se hubiera levantado de sus hombros.
Carlos lo abrazó con fuerza, susurrando en su oído
—. Estoy tan orgulloso de ti. No importa cuánto tiempo te tome, yo estaré aquí, esperándote.
Charles sonrió, sintiendo el calor del amor y el apoyo incondicional de Carlos. Sabía que había tomado la decisión correcta y que, con Carlos a su lado, todo iba a estar bien.
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Entre curvas y amores
Storie d'amoreEn el apasionante y competitivo mundo de la Fórmula 1, donde la velocidad y la estrategia determinan el destino de los pilotos, surge una historia de amor inesperada entre Carlos Sainz y Charles Leclerc. Compañeros de equipo y rivales en la pista, l...