La atmósfera en el paddock estaba cargada de nerviosismo y anticipación. Carlos y Charles habían trabajado arduamente para llegar a este momento crucial. Habían logrado colocar discretamente el dispositivo de grabación en el despacho de uno de los directivos de Ferrari, con la esperanza de obtener la prueba que necesitaban para exponer el sabotaje.Esa mañana, el garaje estaba en plena actividad, preparándose para la próxima sesión de entrenamientos. Sin embargo, la mente de Charles estaba enfocada en el plan que estaban a punto de ejecutar. Carlos, consciente de la presión que sentía Charles, lo acompañó para darle apoyo.
Ambos se dirigieron al despacho de Luca, quien había prometido mantenerse al tanto y transmitir cualquier novedad. Luca, visiblemente nervioso pero decidido, los recibió con un gesto de complicidad.
—¿Está todo listo? —preguntó Carlos, mirando a Luca con expectativa.
Luca asintió.
—El dispositivo está en su lugar. Ahora solo queda esperar a la conversación que necesitamos grabar.
Carlos y Charles se apartaron, ocultos en una esquina cercana. El tiempo parecía estirarse a medida que esperaban el momento decisivo. Mientras tanto, el despacho de Ferrari se mantenía en un estado de aparente normalidad.
Pasaron algunas horas antes de que uno de los directivos, el jefe de estrategia del equipo, entrara al despacho con una actitud relajada, como si no tuviera nada que ocultar. Charles y Carlos se tensaron al ver que la conversación estaba a punto de comenzar.
El directivo se acomodó en su escritorio y comenzó a hablar por teléfono. Charles y Carlos, con el corazón latiendo con fuerza, escucharon cómo el directivo discutía los detalles de las decisiones estratégicas tomadas en las últimas carreras.
—Sí, todo está funcionando como lo planeamos —dijo el directivo en voz baja, ajeno a la presencia del micrófono oculto—. Charles sigue sin sospechar nada. Los errores en las estrategias han sido suficientemente sutiles para que no se den cuenta, pero lo suficiente para que no pueda competir efectivamente.
Carlos y Charles intercambiaron miradas de incredulidad y furia. La voz del directivo continuó, detallando cómo habían manipulado las decisiones en cada carrera para perjudicar a Charles y favorecer a otros pilotos.
—Estamos en la recta final para que Charles quede fuera de la competición —continuó el directivo—. Una vez que se quede sin opciones, podremos hacer que pase a otro equipo, o mejor aún, que se retire. Y entonces, podremos consolidar nuestras posiciones sin que él interfiera.
El corazón de Charles se aceleró al escuchar las palabras. La traición era evidente y el plan estaba mucho más elaborado de lo que habían imaginado. Carlos, sin embargo, mantuvo la calma, sabiendo que necesitaban una prueba concreta para que su acusación fuera efectiva.
Una vez que el directivo colgó el teléfono, Carlos y Charles se dirigieron rápidamente a Luca para obtener la grabación y planificar su siguiente movimiento. Con el material en mano, se dirigieron al lugar donde se celebraría la reunión de directivos para presentar sus hallazgos.
La reunión estaba en pleno desarrollo cuando Carlos y Charles entraron. Con la grabación en su poder, estaban listos para confrontar a los responsables. Charles, visiblemente decidido, se adelantó y pidió la palabra.
—Necesitamos hablar sobre algo muy serio —dijo Charles, su voz firme pero cargada de emoción. —Hemos descubierto pruebas de sabotaje sistemático en nuestro equipo, y tengo una grabación que demuestra cómo han estado manipulando las estrategias.
El murmullo en la sala creció mientras Carlos activaba la grabación. Las voces del directivo llenaron la sala, dejando en evidencia la manipulación que había ocurrido. Los rostros de los directivos presentes se tornaron pálidos al escuchar las revelaciones.
El jefe de Ferrari, al darse cuenta de la gravedad de la situación, convocó de inmediato una reunión de emergencia para investigar el asunto. La presión sobre los directivos era inmensa, y la verdad estaba saliendo a la luz.
Charles, aunque aún procesando la magnitud de la traición, sintió una oleada de alivio al ver que finalmente se estaba haciendo justicia. Carlos lo tomó de la mano, dándole el apoyo necesario para enfrentar este nuevo capítulo.
El día se cerró con un aire de tensión y expectativa. Aunque la batalla no había terminado, el primer paso hacia la justicia había sido dado.
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Entre curvas y amores
RomanceEn el apasionante y competitivo mundo de la Fórmula 1, donde la velocidad y la estrategia determinan el destino de los pilotos, surge una historia de amor inesperada entre Carlos Sainz y Charles Leclerc. Compañeros de equipo y rivales en la pista, l...