Tu

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Alo's pov

Ya había pasado un tiempo desde el encuentro con Mariana, me había pedido perdón y volvimos a hablar, pero normal, como amigas, ya era jueves por la mañana, me desperté temprano y fui al mall a comprar algunas cosas, compre velas, flores, pizza, coca cola, dulces, etc... Pensé en que sería muy buena idea llevar a Koki y a copito para que no solo fuera celebración de nosotras si no también de nuestros hijos, vi que ya eran las 2 de la tarde así que fui a comer y deje las cosas en la choza.
En el restaurante me encontré a Mariana, por dios, porque me la encontraba en todos lados? Solo la saludé y ordene mi comida, luego de comer me fui lo más rápido posible ya que también gaste tiempo saludando y tomándome fotos que me pedían, eran las 3 y ya tenía que ir a organizar todo, fui a organizar todo en la playa, había un camino de rosas y velas alrdedor de la manta que estaba en el piso, estaba tan feliz de traer a Rai, así que la fui a buscar y tal como le pedí traía ese lindo vestido blanco, de tela delgada, esos lindos tacones y su cabello que increíblemente se veía más brillante que nunca, estaba reluciente mi chica, le abrí la puerta del auto y luego me subí yo a este, le tape los ojos y estuvo todo el camino intentado tener pistas sobre el lugar, cuando llegamos le abrí la puerta y guíe hasta el lugar, abrió los ojos y así como si fuera la primera que le doy esa sopresa se acercó llorando y me abrazó por un rato, dejo un beso lento y largo en mis besos y luego se sentó, comimos y hablamos un gran rato, nos tomamos fotos juntas y con nuestros hijos, fue un día increíble, luego de eso lleve todas las cosas al auto y nos fuimos, cuando la deje en casa me alejo el brazo y me acerco a ella para que no me fuera.

Alo, entra conmigo y quédate,si? Porfavor - me decía teniendo sus manos en mi cuello - no puedo Rai, me da vergüenza con tus papás - tranquila, ellos no están, ven, quédate, si? - me miraba con esos ojos hermosos que tenía, me convenció al final y me quedé en su casa.
Estábamos en la cocina haciendo un postre con leche condensada pero mientras ella cogía sigilosamente la leche condensada para comer un poco se le cayó en el pecho y me voltio a mirar con esa sonrisa coqueta que tiene, se acercó a mi y me besó.

Porque tan repentinamente - le dije besando su cuello, se acercó a mi oido - te necesito alo - dijo para luego poner mis manos en su pecho, me di cuenta de lo que quería así que baje un poco mi cabeza y lamí la leche condensada que estaba en su pecho, subi su camisa y empece a dejar besos en sus pechos ejerciendo presión y dejando marcas en ellos, con dos dedos rode poco a poco su bra dejando por fuera su pezón que empecé a besar, cogí más leche condensada y la puse en su pezón, besando y lamiendo este, podía escuchar sus gemidos así que baje mi mano y la metí dentro de su pantalón.

Vamos a la habitación, alo - dijo entre gemidos - no, hagámoslo aquí - le dije subiendola al mesón y metiendo mis dedos en ella, la escuchaba gemir, hasta que sentí como chorros calientes caian sobre mi dedos, los saque y la mire a los ojos su cabeza estaba hacia atrás asi que la agarre por la pelo sin ser tan brusca y hice que viera como lamía mis dedos llenos de su flujo para luego besarla mientras jugaba con sus pezones, luego de esto fuimos a su cuarto y nos bañamos juntas, solo nos bañamos no hicimos nada ya que me dijo que le dolían las piernas, la había lastimado un poco y no me dijo así que la regañe.

Porque no me dijiste? - le dije enojada - porque me gustó mami - me dijo besando mi cuello - tienes que decirme Rai - le dije alejandola de mi cuello

A la próxima me dices, ok? - le dije señalandola con el dedo - no prometo nada - dijo y la mire con el seño fruncido - yaya, a la proxima te digo mami - me dijo y sentí una nalgada fuerte
¡Rai! - dije alargando la a para luego taparme y salir del baño, dormimos juntas esa noche, hablando tranquilamente y estaba intento ignorar el hecho de que sentía como Rai rozaba su centro con mi pierna, ya que estaba acostada a mi lado con nuestras piernas cruzadas, que nerviosa me podía, dios...

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