capitulo 3 Howarts

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Tom sostuvo la carta en sus manos, aquella que había esperado y temido en igual medida. En su vida anterior, aquella carta marcó el inicio de un camino lleno de traiciones y desencantos. Pero esta vez, las cosas serían diferentes, o al menos eso esperaba.

Mientras sus dedos recorrían el sobre, recordaba cada palabra que contenía. Era el mismo mensaje, la misma invitación al mundo que ya conocía demasiado bien. Pero lo que realmente deseaba era que, en este nuevo mundo, su destino tomara un rumbo distinto desde el principio.

Lo que más anhelaba era estar con su madre, la única figura que había idealizado en sus pensamientos, pero que nunca tuvo la oportunidad de conocer. Sabía que pedir que Dumbledore, el hombre que había controlado tantos aspectos de su vida pasada, no interviniera era casi imposible. Sin embargo, la esperanza persistía. Si pudiera ir con su madre, tal vez todo sería distinto. Quizás podría encontrar en ella la fuerza y el amor que siempre le había faltado.

Tom respiró hondo, tratando de contener la emoción que lo invadía. Esta vez, todo sería distinto. No repetiría los errores de su vida anterior. Esta vez, escogería mejor sus batallas. No se dejaría llevar por la impaciencia ni la furia, sino que planearía cada paso con precisión.

Lo primero en su lista era ir a comprar sus materiales, pero esta vez lo haría con su madre a su lado. Aún no podía creer que tuviera la oportunidad de estar con ella, de conocerla, de compartir esos momentos que tanto había añorado. Imaginaba caminar junto a ella por el Callejón Diagon, eligiendo juntos su varita, sus libros, y los demás elementos que necesitaría para su nueva vida en Hogwarts. Sería el inicio de algo nuevo, un recuerdo feliz que lo acompañaría siempre.

Y luego, en el tren, empezaría a tejer su red. Recordaba bien quiénes fueron sus aliados más leales: Abraxas Malfoy, Orion Black, Walburga Black. Ellos, y otros como ellos, serían fundamentales para sus planes. Pero esta vez, no los trataría como simples peones en su juego de poder. Esta vez, construiría una verdadera camaradería, un vínculo basado en una visión compartida del futuro del Mundo Mágico.

Tom tenía claro que necesitaría ganarse su confianza y lealtad de manera más astuta y cuidadosa que antes. En este nuevo mundo, los Caballeros de Walpurgis serían más que una banda de seguidores; serían la élite, los pilares de la nueva era que estaba decidido a construir. Con ellos a su lado, se aseguraría de que la historia no se repitiera. Esta vez, se levantaría más fuerte, más sabio, y más preparado para moldear el mundo a su imagen y semejanza.

"Tom," comenzó su madre una vez que sus compras hubieran terminado, con un tono suave pero firme, "como ya sabes, Hogwarts es un colegio donde estarás los próximos siete años de tu vida. Quiero que te portes bien y seas educado, que saques buenas notas y, sobre todo, que me hagas sentir orgullosa."

Tom asintió, sabiendo que debía mostrar una fachada de obediencia.

"Y si me llegan a mandar una carta diciendo que te metiste en problemas," continuó ella, "ojalá sea porque te defendiste a puño limpio y no porque molestaste a la gente. Quiero que tengas muy presente estas palabras, amor: la sangre no importa. Si ves a alguien más joven o más débil siendo molestado, y tienes la oportunidad de defenderlo, hazlo, sin importar de qué casa sea."

Estas palabras resonaron en Tom de una manera que no esperaba. La visión de su madre, tan diferente de la suya, le recordaba la humanidad que él había dejado atrás. Sabía que su camino sería diferente, que su ambición no podía alinearse con los valores que ella promovía. Sin embargo, sentía un conflicto interno. ¿Podría honrar a su madre mientras perseguía su propio destino? ¿Podría encontrar un equilibrio entre la compasión que ella le pedía y el poder que él deseaba?

Tom sabía que no sería fácil, pero estaba decidido a intentar mantener esa conexión con su madre. Quizás, solo quizás, podría aprender algo valioso de sus palabras, algo que lo hiciera más fuerte, más astuto, sin perder de vista su objetivo final.

Mamá no me dejesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora