Alas de esperanza 🪽

Capítulo 1: Encuentro en las Sombras

El sol apenas comenzaba a asomar en el horizonte, tiñendo el cielo de un tenue naranja, cuando Keigo Takami, conocido en todo Japón como Hawks, se elevó al aire con un simple aleteo de sus poderosas alas rojas. La mañana temprana era su momento favorito del día. El aire fresco y el silencio de la ciudad lo llenaban de una paz que rara vez podía disfrutar en su agitada vida como héroe profesional.

Hawks planeaba realizar su patrullaje rutinario por la ciudad, vigilando desde las alturas por cualquier señal de problemas. A pesar de la aparente calma, su agudo instinto siempre estaba alerta. Había aprendido que el peligro podía surgir en cualquier momento, y ese día no fue la excepción.

Mientras volaba por encima de los rascacielos, su comunicador zumbó con una urgencia inusual. La voz de la central de héroes rompió el silencio de su vuelo: un grupo de villanos había asaltado una joyería en el centro de la ciudad y había tomado rehenes. Hawks cambió de rumbo en un instante, acelerando hacia el lugar indicado.

Cuando llegó a la escena, la calle estaba rodeada por policías y héroes de menor rango que intentaban negociar con los villanos. Desde las alturas, Hawks evaluó la situación: un edificio de tres plantas, con ventanas reforzadas, y al menos una docena de villanos armados en su interior. Había civiles atrapados dentro, y el tiempo corría en su contra.

Decidido a intervenir, Hawks se lanzó en picada, preparado para entrar por una ventana y desarmar a los villanos. Pero justo antes de que pudiera romper el vidrio, una figura blanca cruzó su campo de visión. Rápida como un rayo, una joven con largas alas blancas irrumpió en el edificio, dejando una estela de plumas tras de sí.

Hawks frenó en seco, sorprendido por la aparición repentina de la joven heroína. Desde su posición estratégica, pudo observar cómo la chica se movía con una agilidad impresionante, desarmando a los villanos con movimientos precisos y letales. Su destreza en combate y la manera en que usaba sus plumas para inmovilizar a los enemigos le recordaron a sus propias habilidades, aunque con un estilo diferente, más elegante y fluido.

Sin perder tiempo, Hawks decidió unirse a la acción. Entró por otra ventana y se movió con su acostumbrada velocidad, coordinando sus ataques con los de la joven heroína sin necesidad de palabras. En cuestión de minutos, los villanos fueron reducidos, y los rehenes, liberados.

Cuando el último villano cayó, Hawks se posó en el suelo y se giró hacia la heroína de alas blancas, quien ya estaba de pie, examinando la escena con ojos críticos. Su cabello largo y plateado caía en cascada por su espalda, contrastando con sus alas blancas como la nieve. La joven levantó la vista, y sus ojos azules se encontraron con los de Hawks.

**Hawks:** (sonriendo, tratando de ocultar su sorpresa) "Eso fue bastante impresionante. No muchos pueden moverse así en el aire, y mucho menos lidiar con una situación tan complicada."

**¿?:** (respondiendo con una ligera inclinación de cabeza) "Gracias. He estado practicando mucho. Es un honor trabajar junto al héroe número dos."

**Hawks:** (intrigado) "¿Cuál es tu nombre? No creo haberte visto antes."

**Hikari:** (con una pequeña sonrisa) "Soy Hikari Ayane. He estado trabajando en el campo, pero parece que hoy finalmente me ha tocado una misión en la gran ciudad."

Hawks la observó con una mezcla de curiosidad y admiración. Había algo en la forma en que se movía, en la confianza con la que manejaba la situación, que le resultaba familiar y, al mismo tiempo, intrigante.

**Hawks:** (con un tono amigable) "Bienvenida a la ciudad, Hikari. Parece que hoy he tenido suerte de contar contigo. No todos los días aparece alguien tan talentoso."

**Hikari:** (con una mirada decidida) "Gracias, Hawks. Espero que podamos trabajar juntos en el futuro."

Antes de que pudiera responder, los demás héroes y la policía llegaron para asegurar la escena y llevarse a los villanos. Hawks intercambió una última mirada con Hikari antes de que ella alzara vuelo, desapareciendo en el cielo con la misma rapidez con la que había llegado.

Mientras la observaba irse, Hawks no pudo evitar sonreír para sí mismo. Algo le decía que este encuentro no sería el último.