Alas de esperanza 🪽

Capítulo 44: Primera Alucinación

**Narrador:**
*El peso de la pérdida de Hikari seguía pesando sobre Hawks como una carga que no podía soltar. Aunque intentaba evitar misiones que pudieran recordarle demasiado a ella, no siempre tenía elección. En una tarde nublada, recibió un llamado urgente: un edificio en llamas con civiles atrapados en su interior. Sabía que debía actuar, a pesar de lo roto que se sentía por dentro.*

**Narrador:**
*El fuego rugía con una ferocidad implacable, mientras el humo llenaba el aire, dificultando la respiración y la visibilidad. Hawks, con sus alas extendidas, voló hacia el edificio en llamas, determinado a salvar a quienes pudiera. Pero algo estaba diferente esta vez; su mente, ya frágil, no estaba tan clara como antes.*

A medida que Hawks ascendía por los pisos del edificio en llamas, escuchó una voz familiar que le detuvo en seco.

**Hikari (alucinación):** *"Keigo... ¿me estás buscando?"*

Hawks se giró rápidamente, con los ojos abiertos de par en par, su corazón latiendo furiosamente en su pecho. Ahí estaba ella, Hikari, con sus alas blancas resplandeciendo en medio de las llamas. No podía ser real, pero en ese momento, Hawks no pudo pensar con claridad.

**Hawks:** (gritando con desesperación) *"¡Hikari! ¿Cómo... cómo es posible?"*

**Narrador:**
*La figura de Hikari flotaba ante él, tan real como cualquier otro día, con una suave sonrisa en su rostro. Hawks sintió una oleada de emociones, desde la alegría hasta la incredulidad. Durante un momento, olvidó dónde estaba, qué estaba haciendo. Todo lo que importaba era ella.*

**Hikari (alucinación):** *"Ven, Keigo... Te estoy esperando..."*

El sonido de una explosión cercana lo sacó de su ensueño, y Hawks reaccionó justo a tiempo para evitar que una viga en llamas cayera sobre él. Pero la visión de Hikari seguía presente, llamándolo, confundiéndolo. En su desesperación, voló hacia ella, pero cada vez que se acercaba, la imagen se desvanecía y aparecía más lejos, como si el fuego mismo se burlara de él.

**Narrador:**
*Su misión, salvar a los civiles atrapados, fue rápidamente olvidada mientras perseguía la ilusión de Hikari. Su juicio, una vez impecable, estaba nublado por la mezcla de dolor, desesperación y confusión. Mientras volaba por los pisos superiores, el humo denso y las llamas cada vez más intensas comenzaron a afectarlo.*

En su persecución ciega, Hawks apenas notó la estructura del edificio debilitándose. De repente, el suelo bajo sus pies cedió, y Hawks cayó a través de varios pisos, aterrizando con un golpe doloroso en el sótano en llamas. Estaba aturdido, con heridas por todas partes, y mientras se intentaba levantar, la figura de Hikari desapareció completamente.

**Narrador:**
*Los gritos de los civiles atrapados finalmente llegaron a sus oídos, recordándole brutalmente dónde estaba y qué debía hacer. Se forzó a ignorar la alucinación, sabiendo que si seguía por ese camino, no solo él moriría, sino también los inocentes a los que había jurado proteger.*

**Hawks:** (susurrando para sí mismo) *"No puede ser... No era real... tengo que concentrarme..."*

Con gran esfuerzo, y luchando contra la creciente desesperación, Hawks logró rescatar a los civiles restantes, sacándolos del edificio en llamas. Sin embargo, las palabras de Hikari, o lo que su mente le había mostrado, seguían resonando en su cabeza.

**Narrador:**
*Cuando finalmente aterrizó fuera del edificio, exhausto y herido, Hawks se dio cuenta de la gravedad de lo que acababa de suceder. Sabía que las alucinaciones eran un signo de que algo en su mente se había roto, y que si no hacía algo al respecto, su vida, y las vidas de aquellos a los que juró proteger, estarían en peligro.*

**Hawks:** (mirando al cielo) *"Estoy perdiendo la cabeza... pero, ¿y si... y si ella realmente está ahí?"*

A partir de ese día, Hawks comenzó a temer no solo por su cordura, sino por lo que podría pasar si sus alucinaciones se intensificaban. Pero a pesar de su miedo, la idea de que Hikari pudiera estar en algún lugar, esperándolo, lo obsesionaba. Fue el comienzo de su declive, un descenso que no podía detener, y que lo llevaría a tomar decisiones que cambiarían su vida para siempre.