23-Capitulo

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Desde la muerte de Nifty, Alastor se había vuelto distante, hablando apenas con los demás en el hotel. Solo Emily lograba romper esa barrera, y él se mantenía siempre a su lado, como si temiera que algo terrible pudiera sucederle. Emily notaba cómo la sombra del dolor lo perseguía, y su preocupación crecía día a día.

Una tarde, mientras Alastor la observaba con su usual sonrisa, Emily decidió enfrentar el problema.

—Alastor, amor —dijo ella suavemente—, ¿no crees que sería bueno que tomaras un descanso? Has estado tan tenso últimamente, y me preocupa verte así.

Alastor mantuvo su sonrisa, pero había un matiz de cansancio en su voz cuando respondió:

—No te preocupes por mí, querida. Lo importante eres tú.

Emily frunció el ceño, sintiendo que él no estaba siendo honesto consigo mismo.

—Sé que no estás bien, Alastor. Puedo verlo en tus ojos.

Por un momento, la sonrisa de Alastor vaciló, pero rápidamente la recuperó.

—Estoy bien, Emily. De verdad. Tú eres lo único que me importa.

El día continuó, y aunque Emily intentó distraerlo con pequeñas conversaciones, nada parecía calmar la tormenta que veía dentro de él. Esa noche, mientras Alastor vigilaba, Emily fingió estar dormida, pero en realidad, permaneció despierta, observándolo. Él no dejaba de mirarla, siempre alerta, sin permitir que el sueño lo alcanzara. Finalmente, decidió actuar.

—Alastor —susurró Emily, levantándose de la cama—, por favor, ven a dormir conmigo. No soporto verte así, sin descansar.

Al principio, él intentó negarse, pero ante las súplicas de Emily, finalmente accedió. Sin embargo, antes de acostarse, conjuró un domo de energía alrededor de la cama.

—No dejaré que nada ni nadie te haga daño —dijo, antes de cerrar los ojos junto a ella.

A la mañana siguiente, Emily despertó antes que él, pero al intentar salir de la cama, se dio cuenta de que no podía. El campo de energía la mantenía atrapada. Frustrada, intentó romperlo con un rayo de luz, lo que despertó a Alastor.

—¿Qué estás haciendo, querida? —preguntó él con voz adormilada.

Emily suspiró, mirándolo con preocupación.

—Solo quería levantarme. Alastor, no puedes seguir así, no quiero que te consumas por protegerme.

Alastor sonrió con tristeza.

—No necesito ir a ningún lugar. Todo lo que necesito está aquí, contigo.

Emily sabía que estaba evadiendo el problema, así que decidió cambiar de táctica.

—¿Qué te parece si vamos al parque? Tal vez un paseo te ayude a relajarte.

Alastor asintió, agradecido por la sugerencia. Una vez en el parque, la brisa suave y el canto de los pájaros parecieron calmar su mente. Emily aprovechó el momento.

—¿Te gustaría hacer algo más? —le preguntó con suavidad.

Alastor, visiblemente más tranquilo, pensó por un momento antes de responder.

—Podríamos ir a visitar a Rosy. Hace tiempo que no la vemos.

Emily sonrió, sabiendo que esa era una buena señal.

—Me parece una excelente idea.

Al llegar al barrio caníbal y entrar al local de Rosy, fueron recibidos con una calidez que Alastor necesitaba desesperadamente. Pasaron la tarde charlando, y Alastor se relajó como no lo había hecho en mucho tiempo, hablando de temas ligeros y dejando que el peso en su pecho disminuyera.

Cuando regresaron al Hazbin Hotel, ya era de noche. Emily se durmió rápidamente, agotada, mientras Alastor, tras asegurarse de que ella estaba protegida con su campo de energía, decidió que necesitaba hablar con alguien. Se dirigió al bar, donde Husk.

—Husk, necesito hablar contigo —dijo Alastor, dejando caer su fachada de alegría.

Husk lo miró con seriedad. Sabía lo difícil que debía ser para Alastor abrirse así.

—Lo siento por Nifty, Alastor. Sé que la querías mucho.

Alastor asintió, su voz quebrándose.

—No quiero perder a Emily. No puedo soportar la idea de que algo le suceda... como a Nifty.

Husk bebió un sorbo antes de responder.

—Lo único que puedes hacer es estar ahí para ella. No dejes que tu miedo te consuma. Ella te necesita fuerte.

Alastor asintió, agradecido por las palabras de su amigo. Sabía que debía encontrar un equilibrio entre proteger a Emily y no dejar que su miedo lo destruyera. Al menos, por esa noche, había dado un pequeño paso hacia adelante.


(Se me acaban la ideas)

Un amor imposible (Alastor x Emily)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora