capítulo 3

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tras obtener una respuesta de Fourth sobre dónde llevar a su vecino a desayunar, decidió llamarlo para coordinar un día. 

acordando así, reunirse la mañana siguiente.

— no conocía esta cafetería. — le comentó Joong, abriendo la puerta para permitirle entrar primero. — es bastante linda, me gusta su estética.

a mí me está gustando bastante tu linda sonrisa.

— la comida aquí es deliciosa, le entrego seis estrellas. — Dunk se apresuró a tomar asiento, antes de emitir un comentario que pudiese perturbar el desayuno. — pide lo que gustes, vecino.

Joong escaneó el código qr pegado en la mesa, accediendo al menú. — ¿qué sándwich me recomiendas?

— no sabría qué recomendarte sin conocer tus gustos. yo siempre pido un sándwich con jamón y queso, junto con un café. — contestó. — Fourth suele pedir café con leche, además de wafles.

el moreno asintió. cuando la mesera llegó, Joong pidió un sándwich de nombre extraño, y un té. Dunk pidió lo que mencionó antes.

— el nombre de Fourth me suena conocido. — murmuró el otro.

— quizás lo mencioné cuando me recibiste en tu departamento, — Dunk no recordaba si lo había dicho, pero de alguna forma debía entablar conversación. — es el amigo en donde dejé accidentalmente mis llaves y mi celular.

Joong asintió. — ¿son buenos amigos?

— los mejores. — sonrió Dunk. — si él cae, ahí estoy yo para reírme.

— es una definición de amistad bastante peculiar. — Joong también sonreía. — ¿devolviste la copia al encargado?

— lo hice, en cuanto recuperé las mías. — le contó. — ¿el encargado te mencionó que me regañó por querer pasar por tu balcón?

— hablamos sobre lo alterada que está tu percepción de la realidad. — el moreno se cruzó de brazos. — le dijiste que alcanzabas a pasar.

— mantengo mi postura. — Dunk también se cruzó de brazos. — pude pasar, sólo necesitaba dar un ligero salto.

la mesera dejó sus pedidos frente a ellos, para luego retirarse. permitiendo que la conversación prosiguiera.

— nuestro balcones están separados por más de cinco metros, Dunk. — Joong lo miraba fijamente. — no sabía que practicabas parkour, como para que consideres tener la capacidad de saltar esa distancia.

Dunk no pudo evitar reírse. — me guío por la lógica, vecino. — se puso de pie, abriendo sus piernas lo más que pudo ante la incrédula mirada del más alto. — ¿ves? habría alcanzado mi propósito.

— si tu propósito era estrellarte contra el pavimento, claro que lo lograrías.

Dunk volvió a tomar asiento, mordiendo su sándwich, para seguir defendiendo su postura.

— puedo apostar lo que quieras, a que paso a mi balcón desde el tuyo. — desafió, creyéndose ganador desde ya.

— ¿qué? — Joong rodó los ojos. — a un ataúd vas a pasar si lo intentas.

— vecino, deja de decir que me moriría. — pidió. — es una suposición algo exagerada de tu parte.

— ¿crees que exagero? — le preguntó, para luego reírse. — voy a cerrar mi balcón, en caso de que intentes pasar desde el tuyo al mío.

— acabas de darme una idea. — Dunk habló con la boca llena, observando al otro adoptar una expresión casi de terror. — es una broma, no quiero una demanda por invasión a la propiedad privada.

— al menos tu sentido erróneo de la realidad sabe que el mundo se rige por leyes. — al moreno parecía gustarle hacerle comentarios así.

Dunk bebió un sorbo de su café. — vecino, estoy empezando a pensar que tienes una mala opinión de mí.

— algo así, tu poco aprecio por tu vida dificultad mi percepción sobre ti. — Joong le sonrió. — ¿ves muchas películas de acción?

— no, me gustan las historias romántica. — Dunk alzó una ceja. — ¿arruiné tu broma sobre que quiero ser doble de acción?

— sí. — Joong rió con cierta timidez, haciéndolo sonreír. — pero, puedo suponer que quieres ser Rapunzel.

— Rapunzel vivía en una torre, y dejaba caer su cabello desde la misma. — objetó el más bajo. — yo solo quería pasar de un balcón a otro.

— lo siento, es una película que no he visto-

— ¿cómo? — Dunk quedó horrorizado. — ¿no has visto semejante obra cinematográfica?

— no-

— estás cordialmente invitado a mi departamento a ver Rapunzel. — volvió a interrumpirlo. — o, puedo compartirte mi cuenta de disney. acabo de recordar que eres médico, tus tiempos son muy diferentes a los míos.

— suelo tener algunos fines de semana libre, por si sigue en pie la invitación de ver la película juntos en tu departamento. — la sonrisa de Joong nublaba sus pensamientos racionales.

— sigue en pie. — Dunk comió más de su sándwich. — envíame un mensaje cuando sepas qué fin de semana tendrás libre, para ver si yo también puedo. a veces surgen eventos de improvisto.

— ¿a qué te dedicas? — le preguntó.

— tráfico de órganos, a tu disposición. — le guiñó un ojo, haciéndolo escupir un poco de su té. — eres algo crédulo, vecino. — lo molestó, entregándole unas servilletas para que se secara. — soy fotógrafo.

— me alegra que no te dediques a la comedia, porque si viviéramos en el 1800 te lanzarían tomates. — Joong tenía un sentido del humor parecido al suyo.

— ¿tan malo fue mi chiste? — fingió apenarse.

— terrible. como médico no apruebo ese negocio. — el moreno lo miró con cierta seriedad. — y como persona, ya no querría ir a tu departamento.

Dunk rió, sacando de su bolso su tarjeta. — a tu servicio para cualquier evento.

— realmente eres fotógrafo. — Joong miró con detenimiento su tarjeta. — ¿te gusta tu trabajo?

— me encanta. — se sinceró. — soy un afortunado, hago lo que amo, y soy socio de mi mejor amigo, ¿cuántos pueden presumir de lo mismo?

— comparto ese sentimiento. — el moreno le transmitía honestidad. — trabajo en lo que amo, con mi mejor amigo como colega.

— ¿cuál es tu especialidad? — quiso saber.

— pediatría. — contestó. — ¿y la tuya?

Dunk soltó una carcajada. — matrimonios, nadie es mejor que yo.

— procuraré contratarte para mi boda, Dunk. — le guiñó un ojo.

— prefiero asistir como el novio. — murmuró Dunk, bebiendo el resto de su café con absoluta tranquilidad. — entonces, ¿elegiste pediatría porque se te dan bien los niños?

Joong ocultó una sonrisa tras su taza. — elegí pediatría para ser el médico amable a quien los niños no teman ver, como le sucedía a mi hermana cuando era pequeña.

— noble motivación. — Dunk se acercó, apoyando sus codos en la mesa, para apoyar su barbilla en una de sus manos. — aunque es una lástima, si me sucede algo, no podrías atenderme.

— creo que sí podría atenderte, ya que tu toma de decisiones es peor que la de un niño de cinco años.

Dunk rodó los ojos. — exagerado. — se quejó, retomando la conversación sobre su trabajo, mientras terminaban de comer.

¿Puedo pasar por tu balcón? | JoongDunkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora