capítulo 11

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Joong esperó pacientemente a que Dunk despertara, porque estaba atrapado entre sus brazos.

— buenos días, pequeño pulpo. — sonrió, cuando el más bajo abrió los ojos.

perdió la cuenta de las noches que llevaban durmiendo juntos, pero eran casi todas.

ya ni siquiera sentía que le faltaba el aire por los apretados abrazos de Dunk, se había acostumbrado completamente a él.

— vecino, ¿por qué tienes que interrumpir mis sagradas horas de sueño cada mañana? — Dunk limpió el hilo de saliva de su barbilla contra su camiseta. — lo siento.

Joong rió, enternecido. — está bien, no es primera vez que lo haces.

Dunk se sonrojó. — es tu culpa. babeo porque duermo muy cómodo.

— ¿qué tengo que ver yo en eso, para que me consideres culpable? — frunció el ceño.

— tú eres blandito, vecino. — contestó estirándose, para luego acomodarse a horcajadas sobre él. — así que es muy cómodo dormir contigo.

— entiendo, es cómodo para ti usarme de almohada. — Joong sintió el nerviosismo de siempre brotar, cuando Dunk comenzó a acortar la distancia entre sus rostros.

— sí. eres mi cómoda almohada.

Dunk lo besó, como hacía cada mañana. sujetaba con suavidad sus mejillas, para besarlo hasta que el cuerpo de alguno reaccionara pidiendo una pausa.

— esta es la forma correcta en que debes darle los buenos días a tu pulpo. — lo besó ruidosamente en la mejilla.

Joong no pudo evitar reírse. — si lo hago, no vas a querer soltarme.

— tienes toda la razón, vecino. — Dunk presionó sus labios contra los suyos, haciéndolo sonreír. — ¿sabes lo linda que es tu sonrisa, Joong?

— ¿lo dices en serio? — preguntó, acariciando su mejilla.

— sí, ¿me dejarías hacerte una sesión? — la propuesta lo sorprendió. — es un delito que tu sonrisa no esté inmortalizada en una foto, te prometo que soy bueno en mi trabajo.

el moreno se sonrojó, correspondiendo al siguiente beso que recibió.

— no soy lo suficientemente fotogénico como para tener una sesión. — quiso negarse.

— vecino, con eso solo estás logrando desafiarme. — Dunk lo besó una vez más. — por favor, di que sí.

— Dunk. — suspiró, sin saber qué hacer ante el puchero del otro.

— te juro que si las fotografías no te gustan, o te sientes incómodo ante la cámara, me detendré. — la promesa del más bajo volvió a darle ternura. — ¿me estás mirando así de bonito, porque dirás que sí?

— sí. — sonrió. — puedes tomarme las fotos que quieras-.

Dunk lo interrumpió con un beso. — gracias, gracias. iré por la cámara. — avisó, antes de casi salir corriendo de la habitación.

— 🏢 —

— mira aquí, vecino. — pidió Dunk, después de haberle pedido al moreno que recargara su espalda contra el tronco de un árbol.

Dunk recorrió prácticamente la ciudad tomándole fotos a Joong.

las primeras las tomó mientras el moreno preparaba el desayuno, capturando sus sonrojadas mejillas al darse cuenta de que era el objetivo en el lente de su cámara. luego, le tomó fotos cuando esperaban su almuerzo en un restaurante, aprovechándose de su distracción.

también le tomó fotos cuando caminaban, cuando esperaban la luz verde en el semáforo para cruzar hacia un parque, en el estaba realizando su sesión formal.

— una sonrisita. — murmuró, sonriendo a la vez que Joong lo hacía. — necesito un momento.

— ¿qué sucede? — le preguntó, mientras se acercaba a él. — ¿no es buena la luz?

Dunk lo besó, porque no resistía más sin hacerlo. — mi corazón se está derritiendo con lo adorable que eres, vecino. — suspiró. — ¿no te cansas de ser guapo?

Joong se sonrojó, correspondiendo a su beso. — ¿eso quiere decir que te gustan las fotos que estás sacando?

— me gustas tú, Joong. — Dunk sonrió, sentándose a un lado del moreno. — pero sí, me gustan las fotos. mira lo hermoso que te veo todos los días.

le enseñó una a una las fotografías que le había estado tomando, sonriendo con más entusiasmo al ver las reacciones de Joong.

— casi parezco un modelo. — rió el más alto. — son realmente muy lindas.

— te las enviaré cuando las traspase al computador. — Dunk lo besó en la mejilla. — tú eres realmente lindo.

— me haces sentir así. — la confesión de Joong fue acompañada de otro sonrojo. — Dunk, tienes que dejar de colocarme nervioso.

— nunca. — lo sujetó por la nuca, atrayéndolo a otro beso. — no cuando reaccionas así de lindo.

— no debí darte este pase libre a mis besos. — Joong se quejaba, pero seguía correspondiéndole.

— muere un hada cuando quitas algo que diste. — Dunk lo miró con seriedad. — ¿me quitarás mi pase a tus besos, sabiendo que un bosque encantado perderá a un integrante de su comunidad?

Joong lo miró con confusión. — ¿de dónde sacaste eso?

— me lo acabo de inventar. — dijo, para reír al seguirlo viendo con la misma expresión. — ¿nos tomamos fotos juntos?

— me encantaría.

se tomaron algunas fotos dando vuelta el lente, como si fuesen selfies. después acomodó la cámara lejos de ellos, programada para que siguiera realizando tomas, mientras ellos seguían en su burbuja.

— 🏢 —

— no me di cuenta que seguías tomando fotos. — Joong miraba en su celular una de las fotos, en que Dunk recostó su cabeza en sus piernas, teniendo de fondo el precioso parque.

— ¿creíste que alejé la cámara por si algún ladrón se interesaba en ella? — rió Dunk.

— tienes un punto. — admitió con algo de vergüenza. — ¿qué harás con las fotos?

— ¿honestamente? — Dunk apagó su computador. — quiero publicar algunas.

— ¿para promocionar tu trabajo en el estudio? — bromeó, sentándose a su lado en su sofá.

— no, en mi cuenta. — el más bajo le robó un beso. — quiero mostrar la causa de mi buen dormir, ¿no puedo presumir al buen vecino que me salvó de dormir en el pasillo cuando olvidé mis llaves?

Joong se sintió extraño, no por las palabras de Dunk, sino por un absurdo recuerdo que llegó a su mente. Film le tenía prohibido subir fotos con ella, o mencionarla en sus redes sociales. lo convenció de que protegía su privacidad.

con el tiempo fue evidente la razón tras esa exigencia.

— ¿dije algo que te incomodara? — Dunk lo miró con preocupación. — tal vez no debería publicar nada. pero tú hazlo, son muchas fotos las que te tomé, podrás tener una imagen diferente de perfil en cada aplicación-

Joong lo interrumpió de la misma forma en que Dunk acostumbraba a hacerlo, con un beso. solo que Dunk no tardó en corresponder, como le sucedía a él.

— publica lo que quieras, Dunk. — terminó diciendo. — que vean lo lindo que es tu trabajo.

— quiero presumir lo guapo que es mi vecino. — el más bajo se acomodó a horcajadas sobre su regazo. — y que es solo mío.

Dunk le exigió su dosis de besos como cada tarde. mejor dicho, como hacía cada vez que encontraba una oportunidad para besarlo.

besos que Joong correspondía con mucho gusto.

¿Puedo pasar por tu balcón? | JoongDunkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora