Capitulo 8: Entre la oscuridad y el miedo

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AZUMI~

17 AÑOS

El sonido de los pasos resonaba en el pasillo, cada uno como un martillazo en mi corazón. Habíamos enfrentado a zombies, corrido por nuestras vidas, pero nada me había preparado para lo que estaba a punto de suceder.

El chico nos había acorralado. Aunque éramos más, su presencia era abrumadora, oscura. La lucha estalló en un instante. Los golpes, los gritos, todo se mezclaba en un caos violento. Sabía que debíamos vencerlo, pero cuanto más lo intentábamos, más claro se volvía que no teníamos oportunidad.

De repente, vi cómo su mano se movió con una velocidad aterradora. Antes de que pudiera reaccionar, ya había tomado a Haiyun por el cuello, acercándola a él con una fuerza brutal. Un cuchillo brilló en su mano, apoyándolo en la garganta de mi amiga.

El tiempo se detuvo. Mis pensamientos se congelaron, y el miedo me inundó como una marea imparable. Los ojos de Haiyun reflejaban un terror absoluto, y el mundo pareció cerrarse a mi alrededor. Apenas podía respirar.

—Si te acercas, la mato. Baja el arma —dijo con una calma que me heló la sangre.

Tenía el arma en mis manos, pero su peso era abrumador, como si no supiera qué hacer con ella. Mis dedos temblaban. Lentamente, bajé el arma, casi con resignación.

—Qué obediente, amiga mía —dijo, y una sonrisa siniestra se dibujó en su rostro—. Empezamos a entendernos.

Soltó a Haiyun de golpe, y ella cayó al suelo con un gemido sofocado. Antes de que pudiera moverme, él comenzó a avanzar hacia mí, sus ojos clavados en los míos, como si disfrutara del miedo que sabía que sentía. Cada paso que daba hacia mí me dejaba más inmóvil, como si estuviera clavada al suelo.

Pero entonces, un sonido sordo irrumpió en el aire. Lo vi tambalearse hacia adelante, cayendo al suelo con un golpe seco. Detrás de él, Yeong sostenía un objeto pesado, sus ojos ardiendo con una furia que nunca antes había visto en él.

—¡Rápido, tenemos que encontrar a Suri y Hayeonk! —grité, aprovechando el momento. Todos salimos corriendo, atravesando los pasillos vacíos y oscuros de la escuela, gritando sus nombres. La desesperación era palpable, cada segundo contaba.

Finalmente, escuchamos un sonido proveniente de la bodega. Corrimos hacia allí y, al intentar abrir la puerta, nos dimos cuenta de que estaba cerrada con llave.

—Sé dónde están las llaves, iré a buscarlas —dije, tratando de mantener la calma.

—Por favor, ten cuidado —me advirtió Yeong, su preocupación evidente.

Mientras corría por los pasillos desiertos, mi mente estaba nublada por el miedo y la adrenalina. Sabía que tenía que ser rápida, que no había tiempo que perder. Pero entonces, cuando llegué a donde habían caído, lo vi. El chico estaba tirado en el suelo, inconsciente. Me acerqué a él sin pensar, atraída por la extraña quietud de su cuerpo.

Me detuve frente a él, mi mirada recorriendo sus facciones. Su piel era pálida, casi blanca. Sus cejas gruesas, y el cabello castaño caía en mechones sobre su frente. Parecía tan inofensivo en ese momento, tan… humano. No sé por qué, pero me quedé observándolo, como si tratara de entender quién era realmente, qué lo había llevado a hacer todo esto.

Pero de repente, sus ojos se abrieron, y el pánico se apoderó de mí. Antes de que pudiera reaccionar, su mano se cerró alrededor de mi brazo. Sentí un escalofrío recorrerme mientras me levantaba, acercando su rostro al mío.

—¿Por qué haces esto? ¿Qué fue lo que te hicimos? —mi voz salió entrecortada, apenas un susurro.

No respondió. Sus ojos eran los de un depredador, y yo era su presa. El chico se acercó aún más, limpiando la sangre que tenía en mi mejilla con un gesto que me puso la piel de gallina.

—S-suéltame —logré decir, luchando por controlar mi miedo. Finalmente, con un esfuerzo desesperado, me zafé de su agarre y retrocedí.

Antes de darme la vuelta para huir, lo miré una última vez. Mis palabras salieron con más firmeza de la que sentía.

—Tienes que entender que no tenemos la culpa de lo que pasó.

No esperé respuesta. Corrí de regreso a la bodega, con el corazón latiendo desbocado. Cuando llegué, Haiyun me miró preocupada.

—¿Por qué tardaste tanto? ¿Pasó algo? —me preguntó con el rostro lleno de angustia.

—No pasó nada, solo no recordaba dónde estaban las llaves —mentí, manteniendo la mirada baja mientras les entregaba las llaves.

Los chicos abrieron la puerta y Hayeonk salió corriendo, abrazando a Haiyun y a mí con tanta fuerza que casi no podíamos respirar. Dentro, Suri estaba en el suelo, inconsciente. Daiki corrió a ayudarla, y poco después despertó, tambaleándose al ponerse de pie. Daiki la sostuvo, permitiéndole apoyarse en su hombro.

Salimos del instituto, la puerta extrañamente abierta. La ciudad que nos esperaba afuera era un reflejo de nuestro interior: caótica, rota, un escenario de horror. Los edificios estaban en ruinas, las calles cubiertas de sangre, pero también estaban vacías. Un silencio espeso colgaba en el aire, un silencio que presagiaba más horrores.

Llegamos a un almacén vacío y nos desplomamos en el suelo, exhaustos, tratando de recuperar el aliento y procesar todo lo que había sucedido.

—Ahora… ¿pueden explicar por qué ese tipo quería matarlas? —preguntó Daiki, con Suri apoyada en su hombro.

Nos quedamos en silencio, las palabras atrapadas en nuestras gargantas. No queríamos hablar, no queríamos revivir lo que habíamos hecho.

—¡Mierda! Estuvimos a punto de morir, ¡¿y no quieren decirnos nada?! —gritó Yoshijo, su paciencia agotada.

—Cálmate, Yoshijo. No hay que presionarlas —intervino Juwon, su tono comprensivo, pero firme.

Sabía que era el momento de hablar, de decirles la verdad. Abrí la boca para comenzar, pero un ruido proveniente de la oscuridad me hizo callar de inmediato.

—¿Qué fue eso? —preguntó alguien, y todos nos pusimos de pie, el miedo volviendo a apoderarse de nosotros.

Entonces, como si hubiéramos despertado algo, las sombras comenzaron a moverse. Una multitud de zombies emergió de todas partes, arrastrándose, avanzando hacia nosotros con una hambre insaciable en sus ojos muertos. El lugar estaba repleto, y no había salida.

***
ANYELAHERNANDEZ750

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⏰ Última actualización: Aug 22 ⏰

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