Love drives you insane

Nuevas tensiones

La llegada del invierno trajo consigo un aire fresco y una atmósfera cambiante en la escuela, luego de lo sucedido en casa de Tony, él y Stan habían seguido casi igual, solo que con unos sonrojos casuales de por medio. El suelo, cubierto de una ligera capa de escarcha, resplandecía bajo el sol matutino, mientras los estudiantes se movían entre clases, envueltos en abrigos y bufandas. Era una mañana particularmente fría cuando Ivy, la nueva alumna, hizo su entrada en el aula de Tony y Stan.

Ivy era una chica de cabello rubio largo y ondulado, con una presencia que captaba la atención de inmediato. Su estilo de vestir, siempre a la moda y cuidadosamente coordinado, contrastaba con la apariencia más relajada de la mayoría de sus compañeros. Desde el primer momento, hizo una entrada memorable, y no tardó en hacerse notar.

Tony y Stan estaban en su lugar habitual, cuando Ivy se acercó a ellos con una sonrisa que parecía contener más de lo que mostraba.

-Hola, soy Ivy -dijo, con una voz suave pero decidida-. Acabo de cambiarme a esta escuela y aún me estoy acostumbrando. ¿Puedo sentarme aquí?

Tony levantó la vista, sorprendido por su audaz aproximación. -Claro, siéntete libre.

Stan, que había estado absorto en su libro, levantó la vista para mirarla, ofreciendo una sonrisa tímida. Ivy se sentó, acomodándose con gracia, y pronto comenzó a entablar conversación con Tony, mostrando un interés particular en él.

-Así que, ¿qué te parece la escuela hasta ahora? -preguntó Ivy, dirigiendo la pregunta a Tony pero mirando a Stan de reojo.

Tony, que estaba acostumbrado a la compañía de Stan y Beth, notó de inmediato el cambio en la dinámica. Ivy parecía hacer un esfuerzo consciente por mantener a Stan al margen de la conversación, y a menudo desviaba las preguntas y comentarios hacia Tony.

-Es bastante buena, en realidad -respondió Tony, tratando de ser amable-. Pero aún te acostumbrarás con el tiempo.

Ivy sonrió de manera encantadora. -Me alegra escuchar eso. He oído que eres muy bueno en matemáticas, ¿es cierto?

Tony asintió, un poco sorprendido por la pregunta específica. -Sí, más o menos. ¿Necesitas ayuda con algo?

-Oh, no, no es eso -dijo Ivy, con una risa ligera-. Solo me preguntaba si podrías mostrarme algunos trucos en matemáticas, si no te importa.

Mientras la conversación avanzaba, Ivy hizo varios intentos por dejar a Stan fuera de la conversación, preguntando repetidamente a Tony sobre temas que solo él podía responder. Stan, aunque claramente incómodo, permaneció en silencio, sintiendo que su lugar en la conversación se desvanecía. Su actitud sumisa y su deseo de no causar conflictos lo hicieron más reservado.

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Después de la clase, Tony y Stan caminaban juntos hacia la cafetería, como de costumbre. Tony notó que Stan estaba más callado de lo habitual, y decidió abordar el tema.

-¿Todo bien? -preguntó Tony, mirando a Stan con preocupación.

-Sí, solo... no me acostumbro a la forma en que Ivy me mira -respondió Stan, con un tono de incomodidad-. No sé por qué, pero parece que no le agrado.

Tony frunció el ceño. -No dejes que te moleste. A veces, la gente es extraña cuando llega a un nuevo lugar. No te preocupes por eso.

-Lo intentaré -dijo Stan, aunque su voz denotaba algo de inquietud.

Esa tarde, en la cafetería, Ivy se acercó nuevamente, esta vez con una actitud aún más notoria. Se sentó junto a Tony, sin hacer mucho esfuerzo por incluir a Stan en la conversación. Tony notó la dinámica y comenzó a sentirse incómodo con la actitud de Ivy. Ella parecía interesada en Tony, pero sus esfuerzos por excluir a Stan estaban comenzando a ser evidentes.

-¿Tony, podrías ayudarme con un proyecto? -preguntó Ivy, mientras su mano rozaba ligeramente la de él-. Me vendría bien un poco de orientación.

Tony se inclinó un poco hacia adelante, mientras miraba a Ivy con una mezcla de curiosidad y desconfianza. -Claro, pero también puedo pedirle a Stan que nos ayude. Él es muy bueno en esto.

Ivy forzó una sonrisa, aunque su expresión mostró una pizca de desagrado. -Oh, no es necesario. Estaba pensando más en una ayuda más personalizada.

Antes de que pudiera decir más, Beth llegó a la cafetería y se unió a ellos. Su presencia, siempre alegre y directa, rompió la tensión en el aire.

-Hola, chicos -dijo Beth, sonriendo a Ivy-. ¿Todo bien por aquí?

Ivy se mostró encantadora con Beth, desviando la conversación hacia temas más generales. Sin embargo, a medida que pasaba el tiempo, la atmósfera se relajó y Ivy comenzó a parecer menos dominante.

Cuando finalmente se despidieron, Tony decidió hablar con Ivy en privado. La llevó a un rincón tranquilo de la escuela, lejos de las miradas curiosas.

-Ivy, ¿podemos hablar un momento? -preguntó Tony, con una expresión seria-. Me he dado cuenta de que has estado excluyendo a Stan en la conversación.

Ivy se mostró sorprendida y defensiva. -No era mi intención, solo... pensaba que quizás él no estaría tan interesado.

Tony frunció el ceño. -No se trata de eso. Stan es mi- dudó- amigo, y no me gusta cuando la gente trata de hacerle sentir mal. Si quieres pasar tiempo conmigo, está bien, pero no a expensas de alguien más.

Ivy bajó la cabeza, reconociendo el punto de Tony. -Lo siento, Tony. No sabía que estaba causando problemas. Lo tendré en cuenta.

Tony asintió, satisfecho con la respuesta. -Gracias, Ivy. Espero que podamos llevarnos bien.

Ivy asintió con una sonrisa forzada y se alejó. Tony volvió a encontrar a Stan, que lo esperaba cerca del vestíbulo.

-Todo está bien -le aseguró Tony, al ver la preocupación en el rostro de Stan-. Solo fue un malentendido.

Stan sonrió agradecido, aunque la intranquilidad en sus ojos no desapareció completamente. Tony sabía que Ivy había causado una grieta en su amistad, aunque no era de su intención. Sin embargo, estaba decidido a asegurarse de que Stan supiera que su lugar en su vida no estaba en peligro.

La relación entre Tony y Stan seguía evolucionando, y aunque la llegada de Ivy había introducido nuevas tensiones, Tony estaba decidido a mantener su vínculo intacto. La batalla por la atención y la confianza apenas comenzaba, y Tony sabía que, al final, lo que más importaba era la conexión que compartía con Stan.

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