Seiya estaba en el jardín, concentrada en su tarea de entrelazar flores para hacer pulseras. Su pequeño rincón del mundo estaba lleno de tranquilidad; el sol se filtraba a través de las hojas y el aroma de las flores llenaba el aire. Seiya, inmersa en su trabajo, no notó el cambio sutil en el ambiente hasta que una extraña presencia hizo que su piel se eriza.
Seiya: ¿Qué es eso? — murmuró, levantando la vista y buscando el origen de su incomodidad. La sensación de malestar crecía, y una sombra de preocupación cruzó su rostro.
Decidida a averiguar qué estaba sucediendo, se levantó de su lugar y comenzó a caminar en dirección a la sensación inquietante. Mientras avanzaba, una melodía suave y encantadora llegó a sus oídos. Parecía el sonido de una flauta, tan dulce y persuasivo que era difícil ignorarlo.
Seiya: Debe ser Seika — dijo en sus pensamientos, acelerando el paso. La melodía se hacía cada vez más clara, y su preocupación aumentaba. Aunque el sonido era agradable, algo en el fondo de su mente le decía que no debía acercarse.
Finalmente, Seiya llegó a una pequeña colina cubierta de hierba. Allí, en medio del campo, estaba Seika, de pie con la mirada perdida y el cuerpo inmóvil. El rostro de Seika estaba sereno, casi como si estuviera en un sueño profundo.
Seiya, con el corazón acelerado, se acercó a su hermana y la tomó de la mano.
Seiya: ¡Seika!, por favor, reacciona! — le suplicó, moviéndola suavemente —. ¡No escuches esa melodía!
El viento parecía susurrar alrededor de ellas, y en ese momento, la melodía de la flauta cesó abruptamente. El silencio que siguió fue casi ensordecedor, y Seiya sintió un escalofrío recorrer su espalda. Miró a su hermana, preocupada, y se dio cuenta de que algo mucho más oscuro y peligroso estaba en juego. La inquietud en su pecho se transformó en un sentimiento de urgencia.
Sin saber qué hacer exactamente, Seiya se mantuvo a la espera, lista para proteger a Seika de cualquier amenaza que pudiera aparecer.
…
El silencio que siguió al cese de la melodía fue roto por un suave crujido en la maleza cercana. Un demonio de figura oscura y presencia intimidante emergió entre las sombras, su rostro oculto tras una mueca cruel. La luz del atardecer se reflejaba en sus ojos rojos, llenos de malicia.
Demonio: ¡Oh!, pero miren qué tenemos aquí —dijo el demonio con un tono irónico, mientras sus ojos se posaban en Seiya—. Su pequeña hermanita quiere salvar a su hermana.
Seiya, al ver al demonio, sintió un escalofrío recorrer su cuerpo. Su preocupación por Seika se transformó en una furia protectora. Se plantó frente a su hermana, dispuesta a defenderla con todas sus fuerzas.
Seiya: ¿Quién eres? ¿Qué le estás haciendo a mi hermana? — demandó, sus ojos destilando rabia mientras observaba al demonio con una mezcla de miedo y determinación.
El demonio rió con una voz siniestra, que resonó en el aire con un eco aterrador.
Demonio: ¿Quién soy? Soy Douma la segunda Luna superior demonio, y ustedes van a ser mi comida — dijo, su sonrisa cruel ampliándose aún más —. No me interesa su valentía. Solo me interesa su carne.
Seiya se estremeció al escuchar las palabras del demonio, pero su determinación no flaquea. Dio un paso adelante, preparándose para cualquier ataque.
Seiya: ¡Intenta hacerle algo a mi hermana y te vas a arrepentir! — le gritó, su voz llena de furia.
Douma alzó una ceja, divertido por la valentía de la pequeña Seiya. Con un rápido movimiento, se lanzó hacia ella, desafiando su amenaza con una velocidad sorprendente.
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El Despertar de un Amor Inmortal 💕
RandomDespués de tres meses de las guerras contra Apolo y Artemisa, los dioses experimentaban una calma tensa. Durante este período, surgió el sorprendente descubrimiento de que Seiya de Pegaso era en realidad el hijo perdido del señor de los mares, Posei...