El bosque estaba envuelto en un silencio inquietante. La tarde dorada pintaba sombras alargadas entre los árboles altos, y el aire estaba impregnado de aromas frescos y naturales. Kanae Kocho, la Pilar de las Flores, avanzaba con pasos decididos entre la vegetación, sus sentidos agudos alertas a cualquier anomalía.
De repente, un susurro entre las hojas captó su atención. Se detuvo y, con una expresión de preocupación, se adentra más en el espeso bosque. Allí, entre una maraña de ramas y hojas secas, encontró a una joven desmayada, con el cabello enredado y la ropa sucia. La pequeña parecía tener no más de 13 años, y su respiración era débil pero constante.
Kanae: —agachándose para examinar a la joven— ¿Qué ha sucedido aquí? ¿Cómo ha terminado sola en el bosque?
Se inclinó para comprobar el pulso de la joven, asegurándose de que estuviera estable. Con cuidado, la levantó en brazos, notando una etiqueta en su camisa con el nombre "Seika" escrito con tinta desvaída.
Kanae: — murmurando — Así que tu nombre es Seika. ¡Debo llevarte a un lugar seguro! Necesitas ayuda inmediata.
Kanae envolvió a Seika en su capa para protegerla del frío y la humedad del bosque, se puso de pie con la joven en brazos y comenzó su marcha hacia la finca Mariposa, donde podría recibir la atención adecuada. El trayecto fue tranquilo, pero el peso de la responsabilidad la acompañaba.
Al llegar a la finca, Kanae fue recibida por su hermana, quien estaba en el patio supervisando a los cazadores que se preparaban para sus misiones.
Kanae: — con preocupación — Vamos, pequeña. Aguanta un poco más.
Shinobu: — al ver la expresión preocupada en el rostro de su hermana y la figura desmayada en sus brazos — ¿Qué ocurre, Kanae? ¿Quién es esta niña?
Kanae: — con voz tensa — La encontré en el bosque, desmayada y con algunas heridas superficiales. No parece ser grave, pero necesita atención inmediata. No estoy segura de cuánto tiempo más podría aguantar sin ayuda.
Shinobu asintió con seriedad, comprendiendo la gravedad de la situación. Con rapidez y precisión, tomó a Seika de los brazos de Kanae, llevándola a una de las habitaciones especialmente preparadas para casos de emergencia. Mientras la atendía, Kanae se quedó en la puerta, esperando con ansiedad.
Shinobu: — mientras limpiaba y vendaba las heridas de Seika — No te preocupes, Kanae. La atenderé de inmediato. Puedes ir a descansar un poco mientras tanto.
Kanae se dejó caer en una silla cercana, observando con atención mientras Shinobu comenzaba a limpiar y vendar las heridas de Seika. Cada movimiento de su hermana era meticuloso y lleno de experiencia, y Kanae se aferraba a la esperanza de que la niña se recupere pronto.
En el silencio de la habitación, solo interrumpido por el suave murmullo de las curaciones, Kanae permitió que su mente vagara hacia la incertidumbre de la situación. La vida de Seika estaba en sus manos, y aunque la noche se asentaba lentamente en el horizonte, Kanae estaba decidida a asegurar que la niña recibiera toda la ayuda que necesitaba.
Shinobu: — a Kanae, con calma — Descansa tranquila, pequeña. Haremos todo lo posible por ayudarte.
Con esa promesa, Kanae se acomodó en la silla, sintiendo el agotamiento y la preocupación desplomarse sobre ella, pero con la firme esperanza de que, al final de la noche, Seika despertará sana y salva.
En la finca Mariposa que permanecía en calma y serenidad, rodeada por un jardín exuberante que parecía capturar los últimos rayos del sol del atardecer, la estructura de madera blanca y el techo a dos aguas creaban un ambiente acogedor, en marcado contraste con el inquietante estado de la niña en el interior.
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El Despertar de un Amor Inmortal 💕
DiversosDespués de tres meses de las guerras contra Apolo y Artemisa, los dioses experimentaban una calma tensa. Durante este período, surgió el sorprendente descubrimiento de que Seiya de Pegaso era en realidad el hijo perdido del señor de los mares, Posei...