6-. Un extraño fin de semana.

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Sabía lo mucho que hería a Dong Woo con mis palabras y mis acciones, pero no podía ser de otro modo. Yo no era gay, no sentía esas inclinaciones extrañas que de pronto la mayoría de mis compañeros habían comenzado a sentir. Quería a Dong Woo, por supuesto, pero no de la forma en que él esperaba.
Me repetí eso una y otra vez aquella tarde mientras estaba sentado al lado de Sung Yeol en el cine, mirando una película que realmente no me interesaba.
Al llegar a casa ni L ni Dong Woo estaban a la vista. Me sentí un poco inquieto al recordar nuestra breve charla de horas atrás. Ojalá él hubiese hablado en serio. Ojalá pudiésemos olvidar los dos sus necias palabras y volver a como estábamos antes.
Fue un fin de semana extraño. Casi me arrepentí de no ir a algún sitio como había hecho el líder. Estuvimos solos L, Sung Yeol, Dong Woo y yo, aunque el primero se pasó la mayor parte del tiempo metido en su habitación. No era de extrañar; Myung Soo era una de esas personas que era más feliz en su propio mundo que en el real. Claro que también podría ser que estuviese viendo porno.
Sung Yeol hablaba hasta por los codos y Dong Woo... Bueno, no pasamos mucho tiempo juntos a decir verdad. Fue un fin de semana extraño.
Ya ansiaba el reinicio de nuestras actividades.
El domingo en la mañana me desperté irritado escuchando el parloteo de Sung Yeol ante un silencioso Dong Woo. Después se unió L, más animado que nunca; y la cosa sólo empeoró. Hasta me dieron ganas de que Sung Kyu estuviese ahí para hacerlos callar.
Desayuné en silencio, lanzándole breves miradas asesinas a los demás, en especial a Myung Soo, quien estaba de tan buen humor que resultaba insoportable. ¿Por qué no seguía con su L-cosplay y se callaba?
Pensé en ir a dormir otro rato, pero entonces vi a Dong Woo solo en la sala, mirando televisión mientras comía la mitad de una sandía. Sin pensármelo mucho fui y me senté junto a él.
—¿Qué miras?
—Es una película —dijo —pero no esta muy buena.
Y entonces se levantó y fue a reunirse con Sung Yeol, dejándome solo. Detrás de mi escuché una risita, pero opté por fingir ignorancia y me quedé a ver la película. Otra vez mirando algo que no me interesaba, mientras escuchaba a Dong Woo charlar con Sung Yeol.
¿Dong Woo me estaba evitando? No lo creía. No podía ser que ahora fuese él quien no me quisiera cerca.
Había dicho que me amaba, ¿o no?
Mientras aún seguía pensando en ello llegó Woo Hyun. Le lancé una breve mirada, pero ni siquiera lo saludé. El tipo que no conocía la palabra "silencio" se había unido a ese grupo de cotorros. Aunque ya que les prestaba atención me di cuenta de que L ya no hablaba. Tenía el rostro oculto detrás de su laptop. Seguramente estaría viendo porno de nuevo.
Un rato después la puerta del departamento volvió a abrirse y esta vez entraron Sung Kyu y Sung Jong, alegres y saludables. Sentí envidia. A lo mejor si hubiera estado ahí cuando Woo Hyun lo rechazó me hubiera llevado en lugar del menor.
—Dong Woo. Ya estas aquí.
Fue lo primero que el líder dijo al entrar. Ni cinco segundos y ya estaba riñendo a alguien. Y además al mejor miembro de Infinite.
Sung Jong dio un paso al frente y tropezó con sus propios pies. Escuché como Woo Hyun reía por detrás de mi. Sung Kyu logró frenar la caída del menor.
—¿Estás bien?
—Sí —Sung Jongie soltó la risa —lo siento.
Fue un acto de torpeza algo tierno, hasta yo lo reconocía.
—Les tenemos una gran noticia.
Dijo Sung Kyu entonces, usando un tono dulzón que podría llegar a empalagar. Pensé que todo estaría bien siempre y cuando no dijera que teníamos una semana libre o algo así.
—Dejarás Infinite.
Dijo Woo Hyun aún detrás de mi, con su habitual desfachatez. Me dio risa su comentario, pero no al líder, quien le hizo un gesto antes de que Sung Jong lo tomara de la mano.
—¿Cual es esa noticia?
Quiso saber Dong Woo, el único que no había encontrado divertido el comentario de Woo Hyun (además de L claro, pero este parecía en su mundo de nuevo).
—Sung Jong y yo somos pareja.
Dejó caer Sung Kyu casi con orgullo, mirando al aludido con una gran sonrisa.
Sin poder evitarlo me volví al momento hacia Woo Hyun. ¿No se suponía que él y Sung Kyu estaban saliendo? El chico de los corazones frunció el ceño apenas por un segundo antes de esbozar una enorme sonrisa.
—Vaya, que sorpresa.
Dijo, usando un tono aún más burlón.
L soltó algo muy parecido a un gruñido y sin decir nada abandonó la casa, cerrando de un portazo detrás de él. La nueva parejita se miró, pero no hizo comentario alguno sobre esto.
—Muchas felicidades —habló Dong Woo, acercándose a la puerta—. Me alegro mucho por ustedes.
Tras lo cual se marchó detrás del visual. ¿Qué le pasaba a Myung Soo?
—El líder y el menor, ¿juntos?
Se extrañó Sung Yeol, mirando de reojo a Woo Hyun, pero este no mostró inconformidad o molestia alguna. Si aquello le afectaba sabía ocultarlo muy bien.
Sung Yeol pidió detalles, pero yo no presté mucha atención. Me acerqué a la ventana y miré hacia afuera. No se veía ni a L ni a Dong Woo. ¿Por qué había ido detrás de él? ¿Sería que ahora el qué le gustaba era L? Bueno, ese no era mi problema. Es más, sería mucho mejor para mi, así me dejaría en paz y yo no me sentiría tan culpable por rechazarlo... Pero había dicho que era a mi a quién amaba.
—¿Cambiar de habitación?—. Giré el rostro al escuchar la voz de Woo Hyun—. Olvidalo. No lo haré.
—No estoy pidiéndote permiso —replicó Sung Kyu, cruzándose de brazos—. Jongie y yo necesitamos privacidad.
—¿Así qué vas a meterlo en mi lugar?—. Aquí viene, pensé, la escenita que había estado esperando desde hacia rato—. Bien, como quieras, Sung Kyu, después de todo tú eres el líder.
Y se encaminó a vaciar la habitación para dejarle el espacio a Sung Jong. Lo vi alejarse con estupefacción. Después miré a la feliz pareja. ¿Que tan en serio iban?

Cayó la noche y con ello el regreso de L, aunque venía solo. Nos saludo con su mismo aire de indiferencia de siempre y fue a acostarse; dedicándole apenas un par de palabras a Sung Yeol. Quería preguntarle por Dong Woo, pero sonaría raro, así que no lo hice.
Un rato después las luces se apagaron y todos fueron a dormir, excepto yo. Si Sung Kyu estaba preocupado por la ausencia de Dong Woo no lo mostró. Casi de inmediato se encerró en su habitación con Sung Jong y después no se supo más de ellos. Woo Hyun no tuvo más remedio que ir a dormir con Sung Yeol. Podría ir a reunirme con ellos, pero decidí esperar. ¿Dónde estaba Dong Woo? ¿Se le olvidaba que nuestros días libres habían terminado y que mañana teníamos ensayo y demás pendientes?
El reloj marcaba las doce cuando Dong Woo llegó a casa. Yo le esperaba en la sala, aunque no era yo quién debía estar ahí, sino Sung Kyu, pero ahora el mayor estaba demasiado ocupado en sus líos amorosos como para hacer frente a su responsabilidad como líder.
—¿Dónde estabas?
Fue lo primero que pregunté apenas lo vi entrar.
—Me entretuve por ahí.
Me respondió con vaguedad y le echó un vistazo al sofá donde me había acomodado a esperarlo. Pero lo hacia sólo por el grupo. No era conveniente que estuviese en malas condiciones.
—¿Haciendo qué?
—Te comportas como Sung Kyu. ¿Ahora eres el nuevo líder?
—Hago lo que él debería estar haciendo.
—Pues le avisé que llegaría un poco tarde —me respondió usando un tono de voz que nunca antes le había escuchado —tuve que ir al hospital y...
—¿Al hospital?—. Sin proponérmelo realmente llegué hasta él y lo tomé de las manos—. ¿Estás bien? ¿Te pasó algo?
Y como ocurriera esa tarde Dong Woo se apartó de mi, liberándose de mi agarre.
—Yo estoy bien. Sólo acompañé a una chica que L sin querer tiró de su bicicleta. Se fracturó el brazo, pero a menos que te estés desangrando o algo así tardan mucho en atenderte en urgencias.
Abrí la boca para dejar salir toda una serie de reclamos dirigidos tanto a él como a L, pero Dong Woo se dirigió hacia su habitación.
—Es tarde —murmuró —mañana hay que madrugar.
Y se fue, aunque antes de entrar a su habitación vio algo en el pasillo que le provocó una risita.
—¿Qué?
Me interesé.
—Nada.
Pero ni siquiera me miró. Lo vi desaparecer en el interior de la habitación que compartía con Myung Soo.
Miré la puerta cerrada con confusión. Y entonces yo también observé aquello que lo había hecho reír. En el pasillo, de rodillas y con la oreja pegada a la puerta de su ex habitación, se encontraba Woo Hyun.
Me acerqué lentamente.
—¿Algo interesante?
Le susurré al oído que no tenía pegado a la puerta. Woo Hyun dio un salto y se levantó. Me miró con una mueca, pero no respondió y se alejó de vuelta a la habitación que ahora debía compartir con Sung Yeol y conmigo.
Miré esa puerta cerrada un segundo. ¿Qué estarían haciendo esos dos? No me importaba realmente; pero había algo que si lo hacia. ¿Quién era esa chica? Y si había sido L quién le había roto el brazo, ¿por qué había sido Dong Woo quien la había llevado al hospital?

Quédate a mi lado Donde viven las historias. Descúbrelo ahora