5-. Horrible fin de semana.

2.1K 265 36
                                    

—Realmente no entiendo como haces un drama de algo tan simple.
Dijo Sung Yeol mientras subíamos las escaleras de nuestro departamento. Habíamos ido simplemente a comer y yo había aprovechado para dejar salir todas mis frustraciones. En cierta forma Yeollie se había convertido en mi paño de lágrimas, uno muy quejoso tenía que añadir.
—No es tan simple.
—¿No? Ve y dile: "te amo, ¿quieres ser mi novio?" Y ya. No es tan complicado.
—Aunque lo digas de esa forma, para mi sí lo es.
Repliqué, avergonzado.
Desde hacía unos meses algo había cambiado en mi, había comenzado a mirar diferente a uno de mis compañeros de grupo. O tal vez era él quien había cambiado. De repente todo él parecía brillar, era como si un halo de luz lo iluminara cada vez que mis ojos se posaban en él. Podía llegar a ser deslumbrante.
—L, a éste paso seguirás arrastrándome a escuchar tus lloriqueos por siempre en lugar de decirle a Sung Jong lo que sientes.
Eso lo sabía muy bien, pero no se me ocurría que hacer. Mi natural timidez en combinación con mi vergüenza eran demasiado grandes y limitaban más que nunca mi comunicación con los demás. Y no podía hacer nada al respecto. ¿Cómo luchar contra algo que llevaba desde siempre? Y en consecuencia a mis debilidades había comenzado a evitar a Sung Jong; no podía mirarlo sin enrojecer, no podía hablar con él sin comenzar a tartamudear, no podía estar cerca suyo sin que mi torpeza hiciera su aparición. Entonces había tenido que recurrir a mi disfraz de L para no perder por completo la cabeza.
No, definitivamente no sería capaz de declararme nunca.
Y la idea también me molestaba; Jongie era demasiado lindo y adorable, cualquier chico o chica querría salir con él. ¿Qué haría si alguien se me adelantaba y se le declaraba? Esa idea me atormentaba por las noches y sin embargo continuaba con el mismo estúpido dilema, absorto en mi cobardía.
Llegamos a la puerta del departamento, antes de entrar Sung Yeol se volvió hacia mi.
—Si no haces ahora un movimiento más tarde podrías arrepentirte.
Eso ya lo sabía. Aparté a mi amigo de la entrada y abrí la puerta. La escena que encontramos no era del todo cómoda. Hoya y Dong Woo mirándose de una forma poco natural en ellos. Esto no duró mucho, ya que Hoya tomó a Sung Yeol y se lo llevó con él al cine. ¿Por qué no me invitó también? Y entonces me percaté de la mirada vidriosa de Dong Woo.
—¿Estás bien?
Quise saber.
—Claro —Dong Woo esbozó una sonrisa—. ¿Ya han comido?
—Sí —miré alrededor —y... ¿dónde está Sung Kyu?
—Salió. Y Sung Jong fue con él.
—¿Ah si?—. Intenté simular indiferencia—. ¿Y a qué hora regresan?
—No estoy seguro —Dong Woo se dirigió a la cocina —tal vez a las ocho o nueve.
—¿De la noche?
—No, de la mañana —hizo una pausa y añadió —del domingo.
Esas palabras me dejaron confundido.
—¿Del domingo dijiste?
—Sí. El mayor y el menor fueron a un spa.
—¿Fueron solos o Woo Hyun...?
—Oh no. El Namstar tenía planes. Se fueron ellos solos.
Pese a que sabia de la relación tensa que tenían no pude evitar sentir un vuelco en el estómago, como deseando regresar todo lo que había comido minutos atrás.

Pasé el resto de la tarde con la única compañia de Dong Woo. Ni Hoya ni Sung Yeol volvieron temprano a casa.
Por la noche estuve tentado a mandarle un mensaje de Sung Jong, pero al final no lo hice. ¿Qué iba a decirle de todas formas? Seguramente estaría relajándose después de una dura semana de trabajo. No podía culparlo, hasta a mi se me antojaba ir a un spa.
Sung Yeol fue directo a mi habitación apenas llegó, a eso de la medianoche. Yo miraba televisión tratando de conciliar el sueño y distraerme, pero cada pocos segundos tomaba el celular con la intención de llamar a Sung Jong. Al final mi cobardía ganaba y lo devolvía a su lugar.
—No sé que mosca le ha picado a Hoya —se quejó el miembro más alto de Infinite mientras se dejaba caer en mi cama—. Me ha obligado a ver tres películas seguidas con él y me ha comprado todo lo que he querido en la dulcería.
—Vaya, pobre de ti.
Ironicé con media mejilla sobre la almohada.
—No es gracioso. Algo debe estar tramando. Hoya no hace ese tipo de cosas por que si.
—Tal vez sólo quería distraerse.
Comenté.
—¿De qué?
—Ni idea —cambié el canal —o tal vez le agradas.
—No intentes meterme tus ideas raras en la cabeza. Ya somos un grupo bastante gay por si no lo habías notado.
Tendría que ser un idiota completo como para no notarlo. Si nuestro líder y el vocalista principal se besuqueaban a la menor oportunidad, nuestra pareja de raperos vivía un drama digno de un dorama y yo... Bueno, yo me sentía atraído por Sung Jong. Sí, éramos un grupo bastante gay.
—Pues la próxima vez niegate y ya.
Repliqué entonces, sin muchas ganas de discutir con Sung Yeol.
—¿Por qué no se arregla ya con Dong Woo?
Se quejó, llevándose ambas manos a la cara. No dije nada sobre esto. Ese era un tema en el cual era preferible no meterse. Ellos ya tendrían suficiente con la incomodidad que debían sentir y si además añadiamos la intervención de los demás...
Me aferre a mi fuerza de voluntad tanto como pude, pero el sábado en la tarde ya no pude más y llamé a Sung Jong. Me enviaba al buzón. Debía tener el teléfono apagado. Yo también lo haría, si quería relajarme no me gustaría ser molestado.
Alrededor de las tres de la tarde le mande un mensaje. Dos horas después le envié otro. Y media hora después tres más. Lo sabia muy bien, me comportaba como un acosador, pero esa falta de respuesta me tenia perturbado. Sung Jong jamás había hecho algo así, no conmigo.
Podría ser que, ¿no me respondía a propósito? ¿Por qué? ¿Estaría molesto por algo? No creía haber hecho algo para enfurecerlo. Si casi ni nos habíamos visto últimamente. ¿Qué pasaba entonces? ¿Estaría tan ocupado divirtiéndose con Sung Kyu que había pasado por alto mis mensajes? Lo dudaba. Ellos no parecían ser ese tipo de personas capaces de divertirse juntos.
Esa noche no dormí. La preocupación me carcomía las entrañas. Pensé incluso en llamar a Sung Kyu, pero conociendo lo entrometido que podía ser el líder imaginé que querría saber el motivo de mi llamada. Y no podía decirle qué: "sólo quería escuchar su voz".
La mañana del domingo se presentó fría y nublada para mi. Pese a ello me levanté animadamente y escogí mi ropa con cuidado. Sung Yeol se burló diciendo que parecía una señorita; como si acaso él no hiciera lo mismo cada mañana.
Hoya se levantó de mal humor y nos gritó a todos antes de tumbarse junto a Dong Woo en el sofá a mirar televisión. Lo sorprendente fue que el otro se levantó y se fue, dejando a la máquina de baile solo. Me reí sin poder evitarlo.
Un poco antes de las nueve llegó Woo Hyun, tan alegre y fresco como siempre. Parecía haber pasado el mejor fin de semana de su vida. Sinceramente; y pese a mi aprecio por él, lo consideraba poco mas que un pedazo de basura. Lo que él hacia no estaba bien.
Me concentré entonces en lo que había estado haciendo buena parte del día: leer fanfics yaoi del MyungJong. Había muchos. Leí todos los que se me atravesaron en el camino. Era una bonita fantasía, sobre todo porque en esas historias yo no era un cobarde vergonzoso e iba y me declaraba a Jongie de frente. Deseé entonces ser como mis fans creían que era.
También abundaban fics del MyungYeol, pero estos no me gustaban tanto. Entendía las fantasías de las Inspirit, después de todo yo contribuía a alimentar esas fantasías haciendo fanservice con Yeollie de vez en cuando, pero la idea de tener "algo" con él... me desagradaba un poco. Sung Yeol era prácticamente mi hermano, ¿quien querría acostarse con su hermano?
Casi a las once de la mañana la puerta se abrió de nuevo. Para entonces Dong Woo había puesto a Woo Hyun al corriente de las novedades y así me había enterado que este había rechazado ir al spa con el líder. Ya tenía a quien culpar de mi fin de semana de pesadilla.
Sung Kyu y Sung Jong entraron, cada cual llevando sus respectivas maletas, además de algunas bolsas de plástico. Al parecer también habían ido de compras.
Me complació mucho ver a Sung Jong con la maleta que le había regalado. Yo seguía siendo especial para él después de todo.
—Dong Woo. Ya estas aquí.
Se quejó el líder apenas lo vio. Yo busqué a Jongie con la mirada, pero cuando nuestros ojos se encontraron esté se tropezó y a punto estuvo de caer de no ser porque Sung Kyu lo sujeto por la cintura.
—¿Estás bien?
—Sí —Sung Jong rió —lo siento.
Abrí la boca para decirle algo, tal vez preguntar porque no me había avisado que se iba con Sung Kyu o tal vez para cuestionarle la total falta de respuesta suya, pero no llegué a proferir palabra alguna.
—Les tenemos una gran noticia.
—Dejarás Infinite.
Se burló Woo Hyun, como siempre soltando comentarios de ese tipo. Sung Kyu hizo mala cara ante esto, pero entonces ocurrió algo que hizo saltar las alarmas en mi cabeza: Sung Jong lo tomó de la mano y le sonrió.
—¿Cual es esa noticia?
Preguntó Dong Woo, mirando a ambos con atención.
Y fue Sung Kyu quién lo dijo, fue él quién me llevó directo al abismo con sus malditas palabras:
—Sung Jong y yo somos pareja.

Quédate a mi lado Donde viven las historias. Descúbrelo ahora