13-. Nada.

1.8K 243 22
                                    

Cerré la puerta de mi habitación y me volví hacia Woo Hyun, quién mantenía una expresión seria en su rostro. No solía verlo de esa forma.
—¿De qué querías hablar?
Me crucé de brazos, manteniendome lo más alejado posible de él. No quería que empezara de nuevo con sus ataques.
Woo Hyun se mordió el labio inferior, sin despegar sus oscuros ojos de mí, tal y como había hecho durante todo el día. Esa mirada me ponía nervioso, pero intentaba fingir que no me daba cuenta.
—Lo dejé —dijo entonces y dió un paso hacia mí. Retrocedí. Quería mantener las distancias para poder conservar mi mente clara. Si se acercaba demasiado a mí no sabia cuanto tiempo sería capaz de resistir a su encanto. Había una parte mía que lo odiaba por hacerme tan débil ante él.
—Creí que no lo harías.
—Yo también lo creí.
Silencio. Woo Hyun me miraba ahora como suplicando. Y mi cabeza dio vueltas. Había dejado a Key, ¿que se suponía que tenía que hacer ahora? Esto era parte del plan de Sung Jong, pero yo no tenía idea de que debía hacerse después.
—Yo...
—Sung Kyu —volvió a acercarse —dijiste que si lo dejaba...
—Lo sé. Lo dije.
Ahora estaba mucho más cerca de mi y no tenía a donde huir. Terminaría cayendo ante él de nuevo. Y sentí que si lo hacía nada cambiaría entre nosotros. Él seguiría mirándome como un juguete nada más.
—Woo Hyun, sucede que...
Empecé, pensando en como llevar la relación hasta donde yo quería, es decir a una relación seria. Novios oficiales, no amigos con derechos.
—¿Qué? No me dirás ahora que no piensas dejar a ese niño, ¿o si?
Ese tono despectivo me molesto. Pero no contraaque como hubiera querido, en su lugar solté un suspiro. Woo Hyun siempre sería Woo Hyun. No pensaba cambiar para nada. Tal vez era yo quién debía cambiar.
—No puedo dejarlo así como así.
—¿Por qué no? Yo dejé a Ki Bum así como así.
—Es diferente. Sung Jong es...
—Un entrometido. Eso es lo que es.
Y me tomó de las muñecas con fuerza, intentando besarme, pero logré apartarlo de un empujón, huyendo hacia el otro extremo de la habitación.
—Basta, Woo Hyun.
—No, tú basta, Sung Kyu. Deja de jugar conmigo de esa forma.
—Yo no estoy jugando.
—¿Qué no?
Y le echó un vistazo a mi cama, donde Sung Jong había dejado su ropa sucia en la mañana. Hizo una mueca de irritación.
—Woo Hyun, escucha...
—No. No escucharé mas. Querías que dejara a Key y lo hice, lo dejé por ti —y el resentimiento en su voz era tan evidente que dolía —y ahora dices que tú no dejarás a ese.
—Si tanto te duele no lo hubieras hecho —repliqué.
—Tienes razón, creí que valdría la pena a hacerlo, pero veo que no. ¿Tan bueno es esa niña en la cama?
—Eso no te importa.
Mi mente clara se había ido lejos. Me sentía no sólo herido, sino humillado.
—No. Por supuesto que no. El "exclusivo" Kim Sung Kyu y su vida sexual. ¿Por qué me importaría?
—Vete de aquí.
E intenté ir a la puerta, pero me tomó del brazo y me derribó sobre la cama, inmovilizándome. Sentía su respiración agitada sobre mi cuerpo.
—Déjame, Woo Hyun.
—No eres tan exclusivo como dices —acusó. Su voz era completamente otra —te fuiste con Sung Jong a la primera. Y no se diga conmigo, estuviste encantado de abrirte para mí. ¿Quién sigue? ¿El idiota de Choi Min Ho?
Y posó sus labios sobre los míos, besándome con dureza, mientras que su mano derecha se aferraba a mis nalgas con fuerza, haciéndome daño.
Ese no era Woo Hyun. No el Woo Hyun que yo conocía y amaba... O tal vez sí, tal vez el Woo Hyun que yo conocía y amaba era ese bastardo.
Le mordí el labio tan fuerte como pude, logrando que se separara.
—¡Mierda!—. Exclamó, mirando la sangre que brotaba—. ¿Por qué no dejas de hacerte el difícil? ¿Eso te calienta? ¿Fingir que eres "exclusivo" cuando no eres mas que una puta?
No alcancé a pensar en nada, para cuando me di cuenta ya había derribado a Woo Hyun de un puñetazo, éste cayó sobre el librero, tirando el vaso de vidrio de Sung Jong y rompiéndolo en pedazos.
Me incorporé, mirando su expresión atontada.
—Sung Kyu.
Susurró y la rabia de segundos atrás se había esfumado de su voz. Y mientras miraba su labio partido sentí que la mía también se esfumaba. No quería hacer eso. Yo jamás había querido lastimar a Woo Hyun de ninguna forma.
—¿Qué pasa?
La puerta se había abierto y Hoya y Dong Woo habían entrado en la habitación, mirando la escena con los ojos muy abiertos.
Quise decir alguna excusa, pero todo me parecía estúpido. Yo era el líder y golpear a uno de los miembros era totalmente inaceptable.
Miré a Woo Hyun, quién me miraba a su vez. Quise decirle que lo sentía, pero las palabras no salían de mi boca. Quise acercarme y decirle todo lo que me moría por decirle, pero entonces Sung Jong llegó corriendo de algún lado y se arrojó a mis brazos, ocultando el rostro en mi pecho. Y me di cuenta que estaba llorando.
—Jongie.
Escuché un crujido y vi a Woo Hyun levantarse, Hoya acercándose a él. Me lanzó una mirada y sin más se fue. El YaDong me miró durante un segundo antes de ir detrás de él.
—Sung Kyu.
Sollozaba el pequeño sin darse cuenta de nada.
—¿Qué sucede?
—L... L...
—¿Qué pasa con Myung Soo?
Y entre sollozos y gimoteos me lo contó. L se le había declarado.
—¿Y por eso lloras?
Me sorprendí. Sung Jong levantó la mirada, sin soltarme.
—Es que... nosotros...
Ah claro. "Nosotros". Se suponía que estábamos en una relación o algo así.
—Bueno, Jongie. Creo que debes aceptar lo que dice.
—Pero tú...
—¿Yo?—. Solté la risa. Yo estaba acabado. Todo había terminado para mí. Había perdido a Woo Hyun ese día y lo sabía. Excusarme con sus palabras ofensivas no me parecía suficiente —Lee Sung Jong, yo Kim Sung Kyu termino contigo en este momento.
—¿Qué? Pero Woo Hyun...
—Olvídalo.
Y fue entonces que el niño se dio cuenta del desastre en que se había convertido la habitación.
—¿Qué pasó?
Se lo conté todo, dejándome caer sobre la cama. Ya no me importaba.
—Sung Kyu, no fue tu culpa. Sino de él. No debió decirte esas cosas. Iré a hablar con él.
—Déjalo. Ya no importa—. Solté un suspiro—. Si tienes que hablar con alguien es con L.
Las mejillas del menor se sonrojaron y asintió, pero no se marchó, continuó mirándome.
—¿Ahora qué?
Me impacienté. Quería estar solo para pensar en lo que había pasado.
—¿Vas a estar bien?
—Acabo de terminarte —le recordé —no se supone que te preocupes por mí.
—Sung Kyu...
—Vete de una vez.
Al final lo hizo, aunque noté su resistencia. De verdad le preocupaba. En mi caso, ya no. Estaba consciente que ese golpe lo había destruido todo. O tal vez ya estaba destruido desde antes. O tal vez realmente nunca habia habido nada.

Quédate a mi lado Donde viven las historias. Descúbrelo ahora