11-. Confesión.

1.8K 251 17
                                    

Compartir habitación con Sung Kyu había resultado mucho mejor de lo que habría esperado antes, claro que en el pasado nuestra relación no era como ahora.
—Tengo sed.
Me quejé, acostado en la cama, mirando el techo sin nada de sueño. Sung Kyu jugueteaba con su portátil.
—Pues ve a beber algo —respondió, sin despegar la vista de la pantalla.
—No quiero.
E hice un puchero. El mayor soltó un suspiro y al final fue el mismo a buscarme un poco de agua. Me gustaba ser consentido, no iba a negarlo; como tampoco negaría que a veces me aprovechaba de mi condición como el menor del grupo.
Una vez se hubo ido repase mentalmente lo ocurrido. No con L, a quién ya consideraba perdido y no me hacía más ilusiones; pero Sung Kyu aún quería a Woo Hyun. Eso lo sabía muy bien. Y estaba seguro que éste también lo quería, de lo contrario no me habría atacado de esa forma. Woo Hyun estaba celoso. Y eso sólo era parte del plan. Mi magnífico plan.
Esa noche en el spa después de besar a Sung Kyu nos habíamos dejado caer en la cama, acariciandonos mutuamente. La verdad yo estaba dispuesto a seguir, pero el líder no. Me lo dijo claramente, el problema no era yo, sino él. Sung Kyu no podía estar con nadie que no fuese ese conejo infiel. Eso me dolió en cierta forma. Woo Hyun no se lo merecía. Pensé en lo bonito que sería si él me amase a mi de esa forma... y si yo lo amase de esa forma también.
Sin embargo no fue hasta el día siguiente, después de perder mi teléfono celular en las profundidades de aquella piscina pública cuando la idea había llegado a mi cabeza. Yo no tenía nada que perder, pero Sung Kyu tenía todo que ganar si las cosas salían bien. Que se mostrara de acuerdo en seguir mi loco plan sólo mostraba lo desesperado que ese tema lo tenía.
Pero era difícil. Más de lo que yo mismo habría pensado. Woo Hyun lo atacaba a cada oportunidad, exigiéndole que me dejase y L... L seguía tan campante como siempre. Una lástima que yo no pudiera hacer lo mismo.
Esa misma tarde Woo Hyun le había pedido a Sung Kyu que terminara conmigo y volviera con él, lo cual me había parecido una buena señal. Y al mayor también, al menos hasta que le pidió que dejara a Key. No había habido caso. Woo Hyun se había negado.
Sabía que Sung Kyu estaba deprimido debido a esto, tanto como sabía que miraba los comentarios en twitter de las Inspirit para distraerse.
Fingir ser novios no estaba dando los resultados que esperaba, pero era demasiado tarde ya para dar marcha atrás. Y eso era algo que los dos sabíamos.
Sung Kyu regresó entonces a la habitación, cerrando la puerta cuidadosamente detrás de él para no derramar el agua.
—Gracias —murmuré, recibiendo el vaso mientras me sentaba.
—Ah, Sung Jong, mañana tienes clase de canto por la tarde.
Solté un gruñido. No me apetecía nada eso. Y menos al saber que tendría que ir con Sung Yeol y L. Recordé que le había dicho a L que ya sabía sobre su relación. Siendo así ya no tendría caso disimular frente a mi.
—¿Y tú que harás?
—Supongo que lo mismo —respondió encogiéndose de hombros.
—Con Hoya y... Woo Hyun.
—Sí.
Su voz sonaba desanimada. Se dejó caer en su cama, cerrando los ojos, aunque no estaba para nada dormido.
—¿Quieres que vaya y le dé una lección por lo de esta tarde? —Pregunté.
Sung Kyu levantó el rostro entonces, mirándome divertido.
—No. Te dará una buena.
—Oye —me indigné.
—Sabes que es cierto.
—Pero debo hacer algo, ¿no? Se esta metiendo con mi novio.
Sung Kyu soltó la risa. Sonreí al escucharlo. Al menos había logrado distraerlo un poco.
—Hace un momento —dijo entonces, poniéndose serio —cuando entré a la cocina ví a Hoya y Dong Woo —hizo una pausa y añadió: —se estaban besando.
—¿O sea que ya se arreglaron?
Exclamé, casi escupiendo el agua que bebía.
—No lo sé.
—Y yo que pensaba ofrecerle mis servicios como novio falso...
—No es que seas muy eficaz.
Replicó el mayor con cierta crueldad. Hice un puchero.
—Y sobre Myung Soo...
Empezó entonces, pero lo interrumpí.
—Dejemos ese tema.
—¿Que no estabas muy feliz porque te defendió de Woo Hyun?
Era cierto. Estaba con el corazón acelerado al verlo aparecer. Estaba tan feliz que fácilmente pude haber muerto en ese momento. Sin embargo no me hacía falsas ilusiones, si L volvía a hablarme después de ignorarme durante tanto tiempo era sólo por curiosidad. Todos querrían saber sobre mi relación con el líder.
—L se limitaba a cumplir con su labor de hermano mayor. Eso es todo.
Dije, estirándome para dejar el vaso sobre la mesita de noche.
Sung Kyu se encogió de hombros, pero no insistió en el tema y no mencionó a L de nuevo. Sabía tan bien como yo que tenía razón. Y además L tenía a Yeollie.
—Mejor hagamos un nuevo plan para Woo Hyun.
—No sé, Sung Jong —volvió a cerrar los ojos —no parece estar funcionando. Creo que...
—¿Qué?
—Que Woo Hyun no me quiere —su voz tembló un poco —tal vez debería rendirme de una vez.
—¡De eso nada!—. Me levanté y llegué hasta su cama—. No hemos hecho tanto trabajo para nada.
—Pero...
—Pero nada. Haremos que Nam Woo Hyun diga que te ama —me acosté a su lado y lo rodeé con mis brazos—. ¿De acuerdo?
—No entiendo porque sigues insistiendo en hacer esto —murmuró.
Solté la risa, pero no respondí esa cuestión. ¿Por qué lo hacía? Fácil: porque envidiaba a Woo Hyun, envidiaba el amor que Sung Kyu le tenía, esa fidelidad, esa devoción; todo eso que Woo Hyun no se merecería. Todo eso que yo quería que L me diera.

El día siguiente fue bastante ligero en comparación con el anterior. Aunque las cosas seguían tensas en el grupo. Salvo Sung Yeol y L todos los demás se trataban con excesiva cortesía, como si estuviesen frente a extraños. Miré Dong Woo varias veces, pero realmente no parecía haber ningún adelanto con Hoya.
Me despedí de los mayores, actuando mi papel de novio perfecto y besando tiernamente a Sung Kyu en ambas mejillas antes de irme. Pude sentir la mirada asesina de Woo Hyun sobre mí.
Las lecciones fueron un completo desastre. Myung Soo andaba con la cabeza en las nubes, errando notas a cada rato. Al final nuestro profesor se harto y prácticamente nos echó fuera. Me pregunté si podía hacer eso.
Sung Yeol y yo salimos primero, esperando la camioneta con el mánager para volver a casa.
—L ha estado fatal —comentó Yeollie.
—Un poco.
Respondí, sin ganas de hablar de eso. Quería llegar a casa pronto, tenía un montón de ideas para poner aún más celoso a Woo Hyun y quería que Sung Kyu les diera el visto bueno.
—Últimamente no parece el mismo —siguió —esta así como perdido. ¿No crees?
—Yo lo veo normal.
—¿En serio? Pues para mi anda raro. Creo que desde el domingo.
—Mmm.
—Me gustaría saber que le pasa.
—¿Y por qué no le preguntas?—. Inquirí con irritación—. Son novios después de todo.
La boca de Sung Yeol se abrió de tal forma que parecía a punto de perder la quijada. Tuvo que carraspear antes de poder hablar.
—¿Que parte de mí o de él te dio esa idea tan horrible?
Lo miré con el ceño fruncido.
—Pero ustedes...
—Mira, Jongie, yo respeto tus gustos, con Sung Kyu y todo eso, pero yo no soy así. ¿Entiendes?
Abrí la boca para responder cualquier estupidez, pero entonces L se reunió con nosotros, matando cualquier palabra que amenazara con salir.
—¿Aún no llega?
Quiso saber, aunque esto era evidente. Tenía una expresión aburrida en el rostro y no me miraba directamente.
—L —se volvió Sung Yeol —llegas justo a tiempo. Sung Jong me decía que...
Me lancé hacia él para hacerlo callar, pero me esquivo.
—¿Qué?
—Que nosotros...
—Cállate.
Supliqué, pero el mayor no lo hizo. No había nada más divertido que molestar al menor y si era algo que lo avergonzaba aún mejor.
—Dice que tú y yo somos novios. Horripilante, ¿no?
L frunció el ceño, girando su cuerpo hacia mi.
—Sung Jong.
—No es mi asunto. Lo siento.
Murmuré, mirando hacia la calle, pero el mánager no aparecía.
—No pude decírtelo antes —siguió hablando Myung Soo —pero Yeollie y yo no estamos saliendo. No podría hacerlo porque yo estoy enamorado de...
Y entonces se interrumpió. No fue mi imaginación, estaba seguro de ello: un ligero rubor había aparecido en su rostro. Se veía realmente adorable.
—Ya te lo dije: no es mi asunto.
Sin embargo sentía una opresión en el pecho, mitad alivio, mitad dolor. No salía con Sung Yeol, pero estaba interesado en alguien más. Estaba enamorado. Me apostaría algo a que se trataba de alguna linda chica, tal vez alguna de sus coprotagonistas en sus dramas.
—Sung Jong...
Su voz era débil. Me di la vuelta para no tener que verlo.
—Vaya. Se esta tardando mucho. Creo que tomaré el autobús. Los veo en casa.
Y eché a andar a paso rápido, aunque sin llegar a correr. Todavía no al menos.
—¡Joder, Myung Soo, díselo de una vez!
Escuché la voz molesta de Sung Yeol detrás de mí, pero en lugar de detenerme sólo aumenté el paso. Sentía mi corazón agitado. Y tenía miedo. ¿De qué? No lo sabía, pero...
Una mano se aferró de mi brazo con firmeza, pero sin llegar a apretar. No tuve necesidad de volverme, conocía esa mano a la perfección.
No dije nada y él tampoco. Al menos durante un rato.
—Sung Jong.
Susurró entonces, dejando su mano sobre la mía.
—Te dije que no es mi asunto.
Repliqué, en voz baja también.
—Te equívocas. Si lo es —silencio de nuevo —porque a quién yo... De quién estoy enamorado... es de ti.
Eran bastante curiosas las sensaciones y las emociones que uno podía experimentar en tan sólo unos segundos. Era curioso que al escuchar sus palabras mi corazón brinco de alegría, de felicidad, de miedo y de culpa. Era increíble que uno pudiese sentir el mundo como si fuera el cielo, pero también como si fuera el infierno. Era increíble y curioso que me sintiera feliz por L y por mí, pero que me sintiera terriblemente mal por Sung Kyu y por mí.

Quédate a mi lado Donde viven las historias. Descúbrelo ahora