Nos encontrábamos en un monasterio abandonado. Estábamos todos, o bueno, al menos los divergentes que se pudieron salvar
-¿qué vamos a hacer ahora?- le pregunté a Markus. Estábamos sentados en uno de los bancos. Este solo miraba al suelo sin parar de mover la pierna
-no lo sé, Lexie. No quiero traicionar a mi gente- puse mi mano en la pierna que no dejaba de mover. Markus por fin me miró
-Markus, da igual la decisión que tomes, estamos contigo- me regaló una media sonrisa- además, no estás solo. Nos tienes a todos nosotros. Me tienes a mi- se abalanzó para abrazarme
-gracias por estar aquí conmigo- me agradeció entre sollozos. Se me partió el corazón. Nunca había visto a Markus así de mal
-siempre estaré- le acaricié la espalda
Me levanté y fui en busca de Connor. Cuando me vio desde lo lejos acercarme sonrió. Me puse a su lado y apoyé mi cabeza en su hombro
Me alegra tanto que ahora seamos amantes. Que nos amemos para siempre
-no sabes lo feliz que estoy de que por fin pueda estar enamorado de ti libremente- sonreí con ternura
-me alegra saber lo que sientes. Tu siempre lo supiste- lo miré de reojo. Él hizo lo mismo
-era bonito ver tu evolución de sentimientos- hubo un pequeño silencio. Suspiró- todo esto es mi culpa. Estos divergentes podrían estar tan tranquilos en Jericho si yo no...- lo corté agarrando fuertemente su mano
-Connor, eras una máquina que solo seguía unas instrucciones. Además, te iban a borrar la memoria, no tenías opción. Ahora por fin eres libre y puedes ayudar a los tuyos- me puse frente a él- no sirve de nada lamentarte por algo que no puedes cambiar- me abrazó fuerte
-te quiero mucho, Lexie- confesó sin dejar de abrazarme. Yo reí
-yo también te quiero, trozo de plástico- bromeé. Se separó y dejo un pequeño beso en mis labios. Me puse nerviosa al instante
-¿tan nerviosa te pongo?- preguntó con una sonrisa pícara. Le di un pequeño golpe en el hombro y me puse de nuevo a su lado. Fue entonces cuando Markus se acercó a nosotros
-hola, Connor- le saludó serio. Connor se recompuso
-lo lamento, Markus. Yo no quería esto. No quería hacer daño- se volvió a lamentar
-no sirve de nada que te retractes ahora- soltó fríamente. Connor agachó la cabeza- pero nos sirve tu ayuda. Connor, ahora eres uno de los nuestros y sabemos lo difícil que ha tenido que ser- Connor asintió. Esta vez Markus se dirigió a mi- tengo que tomar una decisión
-¿decisión? ¿Para qué?- pregunté confusa
-Detroit tiene que escucharnos, pero aún no sé de que forma- le echó una mirada a Connor para seguidamente mirarme a mi- ¿deberíamos tomas un camino pacifico o declarar la guerra?
-no creo que actuar con violencia ayude de algo- me crucé de brazos- con una marcha sería suficiente
-pero somos pocos. No nos escucharán- replicó Markus
-yo tengo una solución para eso- habló Connor- la planta de montaje de la Torre de Cyberlife. Eso está repleto de androides. Los podría convertir- negué rápidamente
-Connor, eso es un suicidio. Te pillarían de inmediato- solté angustiada
-Lexie tiene razón. No podemos correr ese riesgo- concordó Markus
-pero yo si- Connor me miró para dirigirse de nuevo a mi hermano- os lo debo
-pues iré contigo- me uní- no voy a dejarte solo en esto
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Machine's Heart
PertualanganEn 2038, todo el estado de Detroit ya estaba repleto de androides. Cada ciudadano ya tenía al suyo, aunque no todos estaban de acuerdo con el uso de estas maquinas. A estos se le llamaban anti androides. A Lexie, una chica con las ideas claras que...