Draco sabía el momento en el que su vida se fue al diablo, fue durante su sexto año en el que recibió la marca tenebrosa, fue el comienzo de todas sus desgracias, primero la tarea del señor oscuro que lo dejó hecho mierda, Potter casi lo mata en los...
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La cena de navidad fue muy incómoda para él, sus padres se ignoraron durante toda la noche, al menos sus amigos la habían pasado bien.
Recibió varios regalos y cartas de agradecimiento, Hermione le había agradecido por el lindo broche de mariposa que le regaló, su madre la había ayudado a elegirlo, ella le había mandado un libro sobre historias de terror, lo había terminado en dos días y le había encantado, sin que su padre se diera cuenta le había regalado a los elfos domésticos varias cosas, a la elfa personal de su madre le había dado unos zapatos color naranja, mientras que a Dobby le regaló un gorro parecido al suyo, la pequeña criatura lo había sorprendido con un regalo; unos guantes tejidos a mano de varios colores y aunque unos dedos estaban más largos había agradecido por ello.
Pronto regresaría a Hogwarts, por lo que pasaría la mayor parte del tiempo con su madre arreglando el jardín o tomando el té mientras platicaban.
Cuando fue la hora de regresar, su padre le había advertido que no quería más fallos si no quería terminar como el primo de su madre.
(….)
Regresar a Hogwarts le hizo olvidar la situación con su padre, no se lo había comentado a sus amigos y no lo haría, desempacando sus cosas se recostó sobre su cama y sin evitarlo terminó durmiendo.
Al día siguiente se alistó y desayunó con sus amigos, sus clases no coincidían mucho ese día por lo que él tenía que investigar solo. En su periodo libre se dirigió a la biblioteca encontrando al Trío Dorado, ignorando la penetrante mirada del ojiverde se sentó a unas mesas de distancia, sacó el libro y leyó algunas hojas cuando fue interrumpido por el repentino azote de un libro en su mesa, sin comprender levantó la cabeza encontrando tres pares de ojos.
—¿Les puedo ayudar en algo?— Cerrando el libro prestó atención a los recién llegados.
—¿Qué sabes sobre dragones?— Oh, así que el guardabosques ya había obtenido el dragón, eso significaba que pronto Potter vería al señor oscuro en el bosque prohibido.
—Sea lo que sea en lo que están metidos, no me involucren— Escuchó a la niña replicar y él suspiró— Los dragones bebés necesitan una madre y amigos para que aprendan a socializar con los de su especie— Aunque no entiendo porqué me preguntan a mí— Pueden duplicar su tamaño en pocas semanas e incluso un par de días.
Dando por terminada la charla volvió con su lectura, los tres niños regresaron a su mesa y él finalmente terminó por asistir a su próxima clase.
(….)
Habían estado leyendo el libro aproximadamente una semana y no habían logrado encontrar algo, comenzaban a frustrarse al no obtener respuestas.
En ocasiones habían ido a la sala de menesteres para tratar de obtener algo que les ayude, sin embargo no tuvieron éxito. A raíz de eso había estado irritado por lo que su paciencia se terminó cuando Millicent le vació una poción encima, se había enojado y la había hechizado mandando a la niña a la enfermería, terminó con cinco puntos perdidos para su casa y un castigo por la profesora McGonagall.
