Zephiros Frostborn, un hombre de impresionante belleza y poder, comenzó a despertar de un profundo sueño. Sus párpados se entreabrieron, revelando unos ojos de un azul gélido que brillaban débilmente en la tenue luz.
Mientras sus sentidos volvían gradualmente, notó el extraño entorno que lo rodeaba. Se encontraba acostado sobre una losa de piedra intrincadamente tallada, cuya superficie era fría e implacable bajo su cuerpo.
A su alrededor, se erguían varias figuras, sus rostros ocultos por las sombras que danzaban con la luz vacilante de las antorchas. Sin embargo, había algo familiar en su presencia, un aura de inmenso poder y autoridad.
Zephiros: ¿Quiénes son ustedes…?
Su voz resonó suavemente, teñida de curiosidad y cautela. A medida que su visión se ajustaba a la luz, pudo distinguir más detalles.
Entre las figuras que lo rodeaban se encontraban los Arcontes, cada uno emanando la esencia de sus respectivos elementos. Barbatos, con su porte relajado pero lleno de sabiduría, miraba a Zephiros con una mezcla de interés y enigma.
Morax, imponente y serio, lo observaba con una expresión de severidad, mientras Raiden Shogun, majestuosa y distante, parecía evaluarlo en silencio. Pero algo era notoria, no eran los únicos y los presentes estaban muy confundidos.
Barbatos: Que es esto, donde estamos.
Zephiros frunció el ceño, tratando de comprender la situación. ¿Por qué estaban ellos allí? ¿Qué significado tenía su presencia?
Zephiros: ¿Por qué estoy aquí? ¿Qué es todo esto?
Morax: Jamás había pasado esto, que esta sucediendo.
Antes de que Zephiros pudiera responder, sintió un fuerte tirón en su conciencia, como si estuviera siendo arrastrado de vuelta a la oscuridad. Los Arcontes se desvanecieron ante sus ojos, y el mundo a su alrededor se disolvió en una negrura profunda.
Cuando volvió a abrir los ojos, Zephiros se encontraba en un lugar completamente distinto. Estaba en un espacio oscuro, iluminado solo por unas pocas antorchas que lanzaban sombras ominosas sobre las paredes de piedra.
A su alrededor, extrañas criaturas lo observaban con ojos brillantes, sus formas retorcidas y desfiguradas por la penumbra. Eran hilichurls y un imponente metachurl, su presencia era opresiva, pero lo que más llamó la atención de Zephiros fue una esfera de cristal en la que se encontraba atrapado, como si hubiera estado durmiendo en su interior.
Zephiros: ¿Qué demonios…?
Con un esfuerzo sobrehumano, Zephiros canalizó su energía, sus tres colas cobrando vida con una fuerza imparable. Las colas se enrollaron con precisión alrededor de la esfera, y con un movimiento violento, la rompió en mil pedazos.
Al salir, su cuerpo cayó al suelo con un impacto sordo, pero se levantó rápidamente, su mirada helada fija en las criaturas que lo rodeaban.
Un pequeño ser flotante, con una apariencia siniestra, se materializó en el aire, observando a Zephiros con una sonrisa torcida.
Mago del abismo: ¡No lo dejen escapar! ¡Captúrenlo!
Zephiros, con una rapidez casi inhumana, giró sobre sí mismo, usando sus colas para destrozar a los hilichurls que se lanzaban sobre él. Cada movimiento era preciso y letal, sus colas perforando la carne y aplastando los huesos con una facilidad aterradora.
El metachurl, más resistente, trató de aplastarlo con su enorme maza, pero Zephiros esquivó el ataque con agilidad, sus colas se envolvieron alrededor del arma y con un tirón lo desarmó. Antes de que el metachurl pudiera reaccionar, Zephiros ya estaba sobre él, su fuerza y velocidad descomunales lo llevaron a asestar un golpe final que derribó a la bestia.
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Zephiros x Genshin Impact
RandomUn antiguo ser perteneciente a la ya extinta raza de los Nephilim despierta de su sueño y se encuentra en un mundo muy diferente al que conocía hace años. Ahora tendrá que buscar la razón de su despertar ya que un sentimiento extraño le dicta que se...