Capítulo 16: Viaje y los elementos obtenidos

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El viento soplaba con una suave brisa, acariciando los rostros de Aether, Paimon y Zephiros mientras se preparaban para descender de la colina después de la impresionante escena que habían presenciado junto a la estatua de Barbatos. Aún había una sensación de asombro en el aire, especialmente después de lo que Zephiros había experimentado.

Paimon, con su habitual curiosidad y energía, flotaba cerca de Aether, pensativa por un momento. Luego, con una chispa de emoción en sus ojos, rompió el silencio.

Paimon: -mirando a Aether con una mezcla de sorpresa y entusiasmo- Oye, Aether... ¡espera un momento! Si la estatua reaccionó de esa manera con Zephiros, tal vez... ¡tal vez debería pasar lo mismo contigo! Después de todo, eres el héroe que ha ayudado a Mondstadt, y... ¡también eres especial!

Aether se detuvo, girando para mirar la estatua de Barbatos que aún se alzaba majestuosa. La sugerencia de Paimon le hizo fruncir el ceño ligeramente, pero no de preocupación, sino de curiosidad.

Aether: -con una sonrisa suave- No estoy seguro de que pase lo mismo, Paimon. Lo que le ocurrió a Zephiros parece ser algo único... una conexión especial que tiene con las estatuas.

Zephiros: -con una voz tranquila pero intrigada- Aún así, Aether... No pierdes nada intentándolo. Quizás haya más en ti de lo que piensas.

La sugerencia de Zephiros, dicha con una mezcla de interés y respeto, despertó una chispa de curiosidad en Aether. Después de todo, había una profunda conexión entre él y Mondstadt desde el día en que llegó. Su historia estaba entrelazada con la ciudad y sus habitantes, y la estatua de Barbatos representaba todo lo que había luchado para proteger.

Con una respiración profunda, Aether asintió y dio media vuelta, dirigiéndose nuevamente hacia la estatua. Paimon lo siguió de cerca, flotando a su lado con expectación. Zephiros observaba desde la distancia, cruzado de brazos, pero con los ojos fijos en cada movimiento de Aether.

Cuando Aether llegó a la base de la estatua, se detuvo por un momento, mirando hacia arriba a la figura de Barbatos. La estatua emanaba una calma serena, como si aguardara pacientemente. Sin más dudas, Aether levantó su mano y tocó la fría piedra, justo como había hecho Zephiros antes.

Por un instante, no ocurrió nada. Pero justo cuando Aether estaba a punto de retirar su mano, una luz suave comenzó a emanar de la estatua. Al principio, era apenas un resplandor, pero rápidamente se intensificó, llenando el área con una cálida luminiscencia. La luz era diferente a la que había envuelto a Zephiros; esta parecía estar cargada de una energía más ligera, más libre, como el viento mismo.

Paimon: -con los ojos muy abiertos, flotando nerviosa- ¡Aether, está pasando algo!

Aether sintió un cosquilleo en su mano, que pronto se extendió por todo su brazo y, finalmente, por su cuerpo. La luz de la estatua se concentró en su pecho, y de repente, un rayo de energía se disparó desde la figura de Barbatos, penetrando directamente en el corazón de Aether.

El impacto lo hizo jadear, pero no era doloroso; en cambio, era como si una ola de aire fresco lo llenara desde dentro, como si su alma estuviera siendo purificada y fortalecida al mismo tiempo. La luz se fundió con él, rodeándolo en un vórtice de energía pura que parecía resonar con el viento a su alrededor.

Zephiros, que había estado observando, se acercó más, sus ojos reflejando una mezcla de sorpresa y admiración. No esperaba que la estatua reaccionara de la misma manera con Aether, pero lo que estaba viendo confirmaba algo que siempre había sospechado: Aether era especial, más de lo que él mismo creía.

Zephiros: -en voz baja, pero lo suficientemente alto para que Aether lo oyera- Así que tú también tienes una conexión... con el poder de los Arcontes.

Zephiros x Genshin Impact Donde viven las historias. Descúbrelo ahora