Jugando a los naipes y esperando

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Jugando a los naipes en la penumbra de una habitación cualquiera, 
esperando, esperando siempre, mientras los naipes caen, 
golpean la mesa fría, igual que la mirada muerta de mis ojos, 
ojos que se quiebran, que buscan en la niebla de otros ojos, 
pero no encuentran nada, no encuentran la salida de este laberinto, 
es un juego de manos, un truco sucio, cartas marcadas 
y mi voluntad se tambalea, quiero vivir sin amar, amar sin cadenas, 
y luego partir, sí, partir como el viento se escapa de la ciudad, 
como el viento abandona las calles grises dejando cicatrices invisibles, 
cicatrices que nadie siente sangrar, solo yo, en mi soledad, 
me siento un hombre con mil caras, cada una más ajena que la anterior, 
mil rostros que mudan con cada carta que se juega, 
y tengo miedo, miedo de no poder elegir la carta correcta, 
la carta que me salve del abismo, del vacío que me devora, 
pero sigo jugando, con el alma hecha trizas, 
viendo cómo las cartas caen al suelo como lluvia incierta, 
igual que mi destino, siempre incierto, 
soy un hombre invisible, un hombre sin fe, 
que ya no sabe si está jugando o si está perdiendo, 
solo sé que los naipes no mienten, 
y yo, con mi miedo, sigo adelante, 
sin saber si algún día seré humano 
o solo una sombra más en este juego absurdo 
donde las cartas deciden mi vida 
y yo, perdido, las veo caer…

Reflexiones Poetico / Filosoficas ( Publicado En Amazon Kindle )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora