En un reino donde la paz al parecer se ha desvanecido, la nueva generación de la familia Worwick se enfrenta a una feroz lucha debido a la cabeza de la corona. Con enfrentamientos entre sangre y linaje, traiciones, secretos y rivalidades que amenaza...
Veintisiete años han pasado desde la guerra entre los reinos de Ficxia que le colocó fin a algunas de las casas de este continente y en las que se cobró la vida de los hijos del Rey Valko I Worwick y el príncipe Hermanni Worwick; hijo del príncipe y primer comandante del ejército arquero Valerio Worwick, quien pereció en el campo de batalla prevaleciendo su sacrificio en la historia.
Sin embargo, en los años siguientes, los reinos encontraron el debido equilibrio. Después de la caída de la casa Vikernes, los reinos sobrevivientes a la guerra descrita como la gran guerra de Hielo & Sangre asumieron sus lugares, gobernando en conjunto con la nueva gran corona de la casa Worwick que bajo su mandato los reinos aliados prosperaron al ser protegidos y cobijados en nombre del agradecimiento y la lealtad que los reinos le brindaron a la casa Worwick en momentos de caos.
Siete años después de aquella sangrienta guerra, el Rey Veikan cayó en la Batalla de Isla Andrax, defendiendo la frontera marítima del reino de Ravenmoort de una invasión inminente. Su sacrificio fue el último acto de un rey dedicado a su pueblo, dejando a su muerte, la corona de la casa Worwick a su hijo, el príncipe Valko II Worwick.
El reinado del rey Valko II fue igual de fuerte y próspero que el de su antecesor, manteniendo las regencias con orden y carácter, Pero la paz que siguió fue frágil. En las décadas posteriores, los conflictos por el control de las fronteras marítimas no cesaron. Las Islas de la Casa Worwick se convirtieron en el epicentro de numerosos enfrentamientos, que cobraron la vida de fuertes guerreros como los gemelos torturadores, y el hijo del estratega. El rey Valko expandió las regencias para no dejar lugar a los invasores de otros reinos que quisieran iniciar una guerra adueñándose de los pueblos de Ateckdra, de Dunkelheit y de Artarbur reforzando así la ley y el orden en los reinos y llevando paz y tranquilidad a los pueblos de cada uno de ellos.
Los hijos de los regentes caídos en batalla tomaron sus lugares como estaba estipulado en la sucesión llevando el mismo orden que se había mantenido bajo el reinado del rey Valko II, pero finalmente, la violencia y deseo de poder alcanzó su clímax en la Batalla por la Isla Andrax, provocando un catastrófico enfrentamiento decisivo que cobró la vida del propio Rey Valko II, desatando un brutal enfrentamiento que cobro la vida de su segundo hermano y del protector de Xistrinia. A pesar de las caídas la gran fuerza de los ejércitos de los once reinos pertenecientes al imperio Worwick, combatieron sin piedad a los invasores debilitando su ataque y propiciando su retirada.
Con la muerte del rey Valko II, la corona pasó a su primogénito, un joven príncipe que desde ese momento debía enfrentar los desafíos de la corona y de ser el rey y monarca absoluto de los once reinos y cabeza de los trece tronos de Nordhia.
Así, el ciclo de sangre y poder continúa, mientras el destino del reino se cierne sobre el filo de la espada del nuevo monarca, cuyas decisiones comenzaron a marcar un antes y un después en la casa Worwick. Desde su coronación y gestión el rey Darcel Worwick ha desatado los desacuerdos en los diferentes reinos dejando tras de sí una sombra de insatisfacción en los hombres sobrevivientes del reinado de su padre al darse cuenta que el monarca al parecer, no estaba amoldándose a la ley de los dioses dejando de lado el sacrificio y la sangre derramada por la gloria de la casa de la espada blanca y el sol dorado pisoteando bajo sus benditos pies, las cenizas color plata.
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