Rehan subió por las escaleras, alejándose del ambiente alegre de la fiesta. El resto de la mansión apenas estaba iluminado por la luz que entraba por las ventanas. A pesar de estar buscando a Kalani, se tomó el tiempo de ver cada detalle del lugar; los pasillos eran un recorrido de cuadros familiares. Tocó uno para comprobar que, efectivamente, no era una fotografía, sino un trabajo hecho a mano.
Se detuvo en una pintura antigua; el rostro triste de una pequeña Kalani le trajo recuerdos de aquel día tormentoso en que los habían descubierto en el lago. El recuerdo le partía el corazón, y la expresión de desilusión captada en la pintura le provocaba ganas de abrazarla. Sin embargo, el sonido de pasos subiendo por las escaleras hizo que saliera de sus pensamientos. Sus pies se arrastraban por la alfombra roja aterciopelada, intentando ocultarse tras una columna, aprovechando la oscuridad para no ser visto.
—¿Con quién bailaba?— Rehan podía reconocer a kilómetros la voz de Marcel Montalván. —Podría jurar que lo conozco.
—No lo sé, padre. Fui a cerrar el trato con los Develux— respondió Eliot con el mismo tono autoritario. Al joven Cavendish le irritó lo iguales que eran. —Anturio, tú lo sabes.
—Hablé con el chico— informó con calma, como si su padre y hermano mayor no estuvieran molestos.
—¿Y bien? — le reprochó su hermano irritado.
—Definitivamente no es quien ustedes están pensando. ¿En serio creen que un Cavendish se atrevería a venir? O peor, ¿bailar con Kalani?
—No sabemos las estrategias que estén utilizando. Kalani es muy ingenua, por no decir una palabra que la defina mejor— bufó el señor Montalván, haciendo que a Rehan le hirviera la sangre, pero se calmó.
—Padre, si Kalani bailó con un Cavendish, no creo que estuviera al tanto— Eliot suavizó la voz para hacer entrar en razón a su padre— pienso que—
—Si Kalani se atrevió a siquiera hablarle cortés a un Cavendish, la mandaré a un internado militar femenino en Rusia, y si bailó con él sabiendo quién era, la voy a desheredar— su poderosa voz retumbó por el pasillo, dejando incluso a Eliot con un mal sabor de boca.
—Se lo merecería, pero no creo que Kalani sea capaz — concluyó Eliot.
Anturio, que siempre parecía calmado y risueño, ahora estaba serio— Cain lo conoce, es el hermano de la cantante, Brisa Farfalla.
—La cantante a la que financiamos el año pasado— le recordó Eliot.
—Sí, sé quién es ella. Bastante... rara, he de decir— admitió con la voz más tranquila— pero, ¿cuál de los hermanos? Conozco a toda su familia.
—No a este. Estuvo en un internado en España, por eso no lo conoces— Anturio volvió a recuperar la calma.
—Los Farfalla son una buena familia, pero no para mi hija. No saldrá con un cantantucho, el cielo no lo permita— Rehan se preguntaba si el señor Montalván disfrutaba estar enojado todo el tiempo, pues siempre que lo veía parecía que la vena de la frente le explotaría.
—Solo fue un baile, no significa nada. No arruinaría sus planes así— lo tranquilizó Eliot.
Aquel comentario despertó curiosidad en Rehan, que dejó de escuchar la conversación cuando los tres hombres entraron en una habitación. Se debatió un momento entre seguir buscando a Kalani o escuchar, pero tras hacerle caso a su curiosidad, se acercó con discreción a la puerta.
—Significa mucho. No es solo un baile; se veían cercanos— espetó el señor Montalván— ¿Sabes qué dirá Leo Develux?
—Padre, ¿realmente apoyas ese comportamiento celoso y posesivo? — escuchó la voz frustrada de Anturio, que hasta ahora era la única persona a la que Rehan consideraba sensata.
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Las flores crecen en invierno
Teen Fiction.................❀~✿ ❀~✿ ❀~✿ ❀~✿.................. Kalani anhelaba fervientemente entrar en la prestigiosa Academia de Arte Lumière, donde las mentes creativas florecían y encontrar su camino lejos del negocio familiar. Sin embargo, su entusiasmo se...