🧭 RENTING TO NARAVIT - [PONDPHUWIN] 🧭+16

[12]

"Al conocer más a fondo los defectos de alguien, te enfrentas a una encrucijada: o te sumerges en el abismo de su imperfección y te enamoras más, o te alejas para siempre, condenado a odiarlo eternamente"

-Pond Naravit, 24 años.

Su vida se ha transformado en coexistir diariamente en armonía con Phuwin.

Su universo gira ahora en torno a Phuwin y su cómic, y aunque el futuro la inquieta, prefiere sumergirse en el presente y disfrutar del momento.

🧭

Las cosas lentamente se fueron acomodando con el pasar de los días.

Phuwin lo desbloqueó de Instagram y volvió a darle su número para mantener el contacto. Lo cual finalmente le permitió a Pond estar en calma, aunque aún se cuestionaba constantemente qué había sido aquel alejamiento repentino, pero prefirió guardarse sus cuestiones para un mejor momento. Prefirió disfrutar de que las cosas estaban bien, de que la ansiedad ya no le estaba volviendo loco y que el simple hecho de tener un mensaje insignificante de Phuwin o una llamada para fastidiarlo era suficiente.

Sin problema alguno, ambos acomodaron sus horarios para trabajar en el cómic. A veces, cuando Phuwin el trabajo y sus tareas le consumían, se limitaban a hablarse por video llamada y llegar a acuerdos hasta altas horas de la noche. Y cuando la marea estaba más tranquila, Pond iba a su despacho por las noches. Pasaban horas planificando, debatiendo, mejorando y cambiando partes de la historia y algunos dibujos. Phuwin era terriblemente perfeccionista y eso le gustaba a Pond porque sentía que su trabajo sumaba muchísimo más valor. Era agradable, como un reto para alguien tan temerario y comprometido como Pond.

Para su buena suerte, Phuwin ya no era tan grosero, y siempre estaba atento a cualquier cosa. Su vida era muy ocupada, quizás mucho más que la de Pond. Estudiaba dos carreras, trabajaba y resolvía temas de la empresa, y a pesar de tener pocas horas al día disponibles para sí mismo, siempre respondía sus llamadas o peticiones para el cómic y lo hacía con la mayor calma y disposición que hubiera conocido antes.

Muchas veces, mientras Phuwin estudiaba y Pond dibujaba, con sus cámaras encendidas y en silencio, Pond le deseaba internamente alientos y buena suerte en cada uno de los pasos de su vida. Phuwin era una gran inspiración, quizás a veces le irritaba, pero cuando estaba concentrado, repasando o escribiendo ensayos, Pond se quedaba embelesado mirándolo hasta que Phuwin con mala cara le ordenaba que se enfocara en lo suyo o terminaría colgando. Por lo que, entre risas tenía que fingir que no le interesaba tanto aquel chico de aspecto hipnotizante, y volver sus ojos a sus dibujos.

Todo iba demasiado bien, incluso con Santa, quien presenció demasiadas cosas ese caótico día. El chico, al llegar a casa, le exigió explicaciones de todo lo ocurrido, y al final, en vez de regañarlo, o de darle unos extensos consejos sobre cómo no involucrarse con alguien como Phuwin o Mark, le restó importancia al hecho de que había buscado a alguien que era su cliente, y que no lo quería cerca, no le dijo nada por haberle suplicado para mantenerse juntos trabajando en sus intereses personales. En vez de eso, Santa con una mirada ilusionada cambio el tema bruscamente a lo guapo que era Perth y lo caballeroso, de como el chico le había invitado café, y algo de comer. Le contó con lujo de detalles cada mínimo detalle, desde lo que dijo Perth, hasta sus gestos y su sonrisa, por lo que Pond suspiró escuchándolo con una mirada burlona.

Pond también tenía responsabilidades, su trabajo paseando perros estaba marchando muy bien, algunos vecinos lo habían recomendado con sus conocidos, y ahora tenía más perritos a su cargo todas las mañanas. Con respecto a ser novio en renta, había dejado las tardes para su horario de trabajo, y lo único de lo que se aliviaba era que al menos con Santa, le ayudaba solo cuando estaba sacando nueva mercancía, y eso ocurría de vez en cuando, tener a su mejor amigo de jefe podía ser demasiado insoportable. Así que su vida era más que buena, no había absolutamente nada de lo que quejarse.