Los días pasaron y amaría decir que me había sentido mejor pero era una vil mentira. Estaba atrapada en ese momento y cada vez que intentaba avanzar, una fuerza desconocida me hacia retroceder hasta las palabras de Abigail en mi auto, estaba cansada de aquello.
9 días habían pasado exactamente. 9 malditos días y había faltado 4 a la escuela, no fue difícil, mi madre no estaba durante el día así que pretendía salir en la mañana, daba un par de vueltas por el vecindario y volvía cuando ella se marchaba, volvía a solo dormir, a acostarme y recuperar las horas que no dormía durante la noche por estar pensando.
Pero este día era diferente, debía asistir ya que tenia una evaluación importante y era imposible faltar por mucho que quisiera hacerlo así que sin mas, me prepare para salir porque para variar, iba atrasada.
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- Jenna -voltee al maestro con el ceño fruncido y me acerque a él pasando entre mis compañeros que al parecer veían la puerta del salón como la salida del apocalipsis- La señorita Scott no ha asistido a mi clase pero sé que son amigas, ¿podrías comunicarle que su calificación ya esta lista? Que vaya a mi oficina
- Está bien -le dedique una sonrisa fingida y camine a la puerta pero la curiosidad y preocupación por ella me ganó- Maestro... ¿le fue bien?
- No hay de que preocuparse -me sonrió y respire con mucha más tranquilidad- Nos vemos
Sali de la sala tratando de buscar a alguna de las chicas y como no era nada sorprendente, estaban sentadas en la cafetería, me acerque a ellas y recibí con paciencia cada abrazo que me entregaban como si fuera la primera vez que me veían.
- ¿No tenían clases? -Maddy asintió dándole un mordisco a su sandwich y fruncí el ceño-
- Maddy tenia hambre así que no entramos -eleve las cejas a las palabras de Emma y la acusada se encogió de hombros- ¿Por qué faltaste tanto? ¿Todo bien?
- Claro, creo que tenia una bacteria estomacal, no me sentía bien -pronuncie tratando de ser lo suficientemente convincente y Emma frunció el ceño-
- ¿Y no nos avisas, estúpida? Hemos reventado tu teléfono con mensajes
- Igual que el de Abigail -Maddy dijo con la boca llena y fruncí el ceño de nuevo- Se ponen de acuerdo para enfermarse
- ¿Que? Justo venía a preguntarles sobre ella, el profesor de Matemáticas me pidió que le diera un recado
- Abigail no ha venido desde el día de la feria, quizás ambas comieron lo mismo y se enfermaron de eso
No dije nada pero no podía parar de pensar, quizás algo estaba mal, Abigail solía faltar pero nunca tantos días y a pesar de todo, me preocupaba aún, no le deseaba mal..
- ¿No has hablado con ella? No nos responde los mensajes
Negue y la cara de preocupación de las chicas también me afectaban, quería escribirle pero no sabia si iba a responderme y por segunda vez, deje de lado mi orgullo y saque mi celular indecisa, escribirle era casi como hablarle directamente desde la ultima vez que lo hicimos.
Hola
Apreté enviar y lo guarde en mi bolsillo con miedo, si me respondía no quería ni sentirlo, mi presión nuevamente se había disparado y ya no era normal los cambios que le hacia a mi pobre corazón.
- Bueno, me voy a casa, ¿alguna necesita que la lleve? -ambas negaron y bese sus mejillas caminando de inmediato fuera de la prisión, necesitaba mi cama-
Cruce las puertas amarillentas y mi celular vibro, mis pies se pegaron al suelo y si pudiera verme en un espejo estaba segura de que mi cara estaba pálida, volví a recuperar el paso y camine rápido para llegar al auto, no quería mirar mi teléfono, estaba segura de que era ella y el camino al estacionamiento nunca se me había hecho tan eterno como en esos momentos hasta que llegue y subí rápido al auto. Mis manos temblaban al sacar el aparato y el aire abandono mis pulmones al ver su nombre allí.
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En esta y en mil vidas.
Teen FictionSi el odio de Jenna por Abigail Scott era tan fuerte... ¿Por qué no podía dejar de mirarla? ¿Que tenía esa odiosa que era tan atrapante ante sus ojos? ¿Acaso eran sus ojos azules? ¿Su cabello rubio? ¿Las hermosas pecas que adornaban su rostro o simp...