- ¿La conoces?
- Claro que si -fruncí el ceño y mi madre siguió mirando ropa- Una vez me encontré a Camila y me la presentó
- Oh, entiendo...
- Y la volví a ver en el hospital -nuevamente la miré confundida tratando de evitar mirar a Abigail- ¿No lo sabes? Transfirieron a su madre desde New York, es cardióloga
- No lo sabía
Y vaya que me había sorprendido, bueno, ahora entendía su gran casa. Sacudí la cabeza volviendo a mirarla y mi cuerpo se congeló. Nos había visto. Y mi madre cruzó miradas con ella antes que yo y se estaba moviendo en su dirección.
- Mamá... ay no
Me vi obligada a caminar detrás y mis pasos se hacían cada vez más lentos, ¿Por qué me castigaba de esa manera? Esto no podía estar pasándome.
- Hola, cariño -mi madre tocó su brazo con familiaridad y Abigail sonrió- ¿Como has estado?
- Muy bien, ¿y usted? -me perdí mirándola hasta que sus ojos se posaron en mi- Hola
- Hola...
No podía concentrarme, ¿En qué momento se había puesto tan linda? ¿Era normal verla de esa manera? Quizás se debía a que quería verme como ella, eso era.
- ¿Andas sola? -mi madre miro alrededor y Abigail asintió- Oh, ¿no quieres venir con nosotras? Estábamos por ir a almorzar
- Oh no, no quiero arruinar su día de madre e hija, gracias por la invitación
Claro que mi madre protestó hasta que logró convencerla, cosa que me puso aún más nerviosa hasta que nuevamente, tuvimos que seguir a mi madre porque tenía esa manía de caminar como si anduviera sola.
- ¿Estas bien con esto? -Abigail susurro a mi lado y fruncí el ceño mirándola- Si no te sientes cómoda puedo fingir que me llaman e irme
- Está bien, ya me acostumbre a tu cara fea
- ¿Ah si? Pensé que habíamos dejado eso atrás, recuerdo que me dijiste que era bastante hermosa -mi cara se debió tornar roja porque carcajeo mirándome y tocando mi brazo, su toque me quemo, lo juro-
- Te gustaría que alguien como yo te dijera eso
Camine un poco más rápida dejándola detrás y por segunda vez, su risa nasal no me molesto, me hizo sonreír de hecho, cosa que retracte de inmediato porque no quería darle la razón a mi confundida mente.
- Este lugar es perfecto
Asentimos mirando a mi madre con una sonrisa y nos sentamos en la primera mesa que estuviera vacía.
- Y Abigail, ¿como ha estado tu madre? La he visto poco desde que me transfirieron a pediatría -la nombrada sonrió levemente cambiando su expresión de tranquilidad y agacho la cabeza-
- Muy bien, gracias por preguntar, solo ha estado trabajando demasiado pero le encanta -nuevamente sonrió y mi madre lo hizo con ella-
Pero yo no podía, no podía sonreír sabiendo que su sonrisa era falsa, lo sabía con tan solo mirarla y podía engañar a mi madre, pero a mi no.
Me daban ganas de golpear mi cabeza contra la mesa, siempre decía que la odiaba pero inconscientemente siempre le puse atención, amaba pelear con ella, claro que tenía que fijarme en todos los defectos que tuviera para luego burlarme pero al parecer había sido un efecto contrario, me enfoqué tanto en observarla que mi cerebro había enfocado las cosas malas que tenía pero también las buenas.
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En esta y en mil vidas.
Teen FictionSi el odio de Jenna por Abigail Scott era tan fuerte... ¿Por qué no podía dejar de mirarla? ¿Que tenía esa odiosa que era tan atrapante ante sus ojos? ¿Acaso eran sus ojos azules? ¿Su cabello rubio? ¿Las hermosas pecas que adornaban su rostro o simp...