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- Cariño... -la voz de mi madre parecía tan dulce que me hizo despabilar de inmediato, ella no era tan amable para despertarme a veces- Te has quedado dormida, Camila está abajo preparando desayuno, dijo que te esperaría

- ¿Que hora es? -dije sentándome en la cama mientras pasaba mis dedos por mis ojos tratando de enfocarla-

- Las 8:30 -suspire amarrando mi cabello- No me esperes esta noche, cariño, saldré después del trabajo

- ¿Una cita? -dije con voz melosa y pude ver cómo se sonrojaba por el espejo en donde se estaba mirando- ¿Quien es? ¿Algún doctor?

- Algo así -dijo sonriendo- ¿Está bien, verdad?

- Claro que si, mamá, te mereces ser feliz -susurre con algo de nostalgia y ella se acercó a mi lado- Ya era hora

- Nos vemos por la mañana, te amo -susurró mi mejilla con delicadeza acariciando mi cabeza-

- Te amo más

Salió de la habitación y me quede unos segundos allí mirando nada, pero mis ojos miraban un punto fijo de la habitación, a lo lejos, sentí como Camila se despedía de mi madre y fue suficiente para espabilar.

Me vestí lo más rápido que pude mientras cepillaba mis dientes y lavaba mi cara, no habría tiempo para maquillarme hoy y estaba bien con eso, era linda naturalmente de todas formas. Tome mi mochila y baje corriendo las escaleras.

- Buenos días, bella durmiente -rodé los ojos a las palabras de Camila y me estiro una de las bolsas de papel que tenía en sus manos- Comemos por el camino

- Gracias, mamá -dije irónicamente y me empujó camino a la puerta- Espera espera, ni he tomado las llaves

Escuchando sus protestas, salí de la casa acercándome al auto y partiendo de inmediato, odiaba llegar tarde pero anoche me desvele y me dormí mucho más tarde de lo que debería.

El camino fue gracioso, Camila insistía en que podía rapear y puso la canción más difícil que encontró para demostrármelo y resulta que en realidad si sabía, lo hizo bastante bien y lamenté no poder grabarla. Claro que para mi fue mucho más incómodo desayunar manejando pero lo logré, después de casi derramar mi café tres veces pero eso era un detalle.

- Vamos muy tarde -dije y me arrepentí de inmediato porque Camila estuvo echándome la culpa hasta que entramos a la clase-

Clase que por cierto ya estaba terminando.

- Gracias por honrarnos con sus presencias -le sonreí a la maestra entregándole el pase que nos habían dado en la entrada-

- De nada -un par de risas se escucharon en el salón después de mis palabras y me ordenó sentarme de inmediato, genial, ni un minuto en la clase y la maestra ya estaba enfadada conmigo-

Me senté en uno de los asientos que estaban desocupados y le sonreí a la chica que estaba a mi lado, no recordaba su nombre pero si sabía que era simpática, siempre le sonreía a todo el mundo.

- ¿Te puedo hacer una pregunta? -dije en voz baja y ella asintió acercándose un poco a mi- ¿Has visto a Abigail? -dije pasando la mirada por el salón-

- Aún no pero creo que si vino, escuché a una de las porristas llamarla antes de entrar -asentí sin decir nada y volví a mirar al frente viendo cómo ya estaba terminando la clase hasta que escuche su risita-

- ¿Que?

- Pensé que no te agradaba

- No lo hace -dije convencida y en ese punto no sabía si era verdad, quizás si me preocupaba un poco por ella-

En esta y en mil vidas.Where stories live. Discover now