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Camilita:
¿a que hora llegas o que?
Jessica ya está aquí
y pregunta por ti

 Dile que no iré

jajaja que graciosa
¿es broma, cierto?
Jennaaaaa
no me da risa
Enviado a las 12:23

Leído a las 12:24

Mis pasos se hacían cada vez más lentos a medida que me acercaba a la casa de Camila, mi madre iba con su sonrisa plasmada y un bowl entre sus manos con quizás que cosa, trate de quitar la pesadez de mi rostro, mamá no tenia muchos días libres y era feliz cuando podía pasar la tarde conversando con personas que no fueran yo.

Envidiaba a mis hermanos, todos estaban fuera de casa, por lo menos, Aliyah se salvaba porque vivía en el campus de universidad y los extrañaba siempre, no nos visitaban muy seguidos pero tenía claro que no era solamente porque sus vidas estaban lejos... luego del divorcio de mis padres, todos tomamos bandos y como se puede intuir, fui la única que se quedo con mamá. Ellos no sabían nada y esa también sería una de las grandes penas de mi vida, vida que debería ser larga pero una vez una gitana me gritó que moriría joven así que quien sabe.

La madre de Camila nos recibió con la misma cálida sonrisa que su hija había heredado y me susurró al oído que me estaba esperando en el patio, camine allí sabiendo el camino de memoria y la vi sentada en la hamaca con un jugo entre sus manos.

- Idiota, pensé que de verdad no venías -susurró en cuando me senté a su lado y rodé los ojos-

- Como si pudiera escaparme de mi madre -carcajeó ante mis palabras y me dio la razón- ¿Donde esta la víbora?

- Basta, fue a ayudar a mi abuela con un diseño

- ¿Que? ¿Diseño? -ella asintió y espere que me explicara pero no lo hacía y en cuando miré hacia donde sus ojos estaban, quise que la tierra me tragara-

- Hola, chicas -le sonreí educadamente- Ella es Tifanny

- Hola, se quien es, estás en mi clase de español, ¿verdad? -la chica asintió con efusividad al ser reconocida y yo estaba perdida. ¿Camila tomaba clases de español? ¿Para qué?- Genial

El silencio que se formó fue algo incómodo y solo quería una señal divina para poder salir de allí lo antes posible pero no pasó, lo que sí pasó, fue Abigail acaparando nuestra atención al salir con la abuela de Camila riendo como si no hubiera un mañana.

No, abuelita, ¿que hace? Las víboras no son amigables.

Me reí de mi propio chiste y mis ojos se cruzaron con los de la ojiazul unos segundos, solo unos segundos porque mis ojos bajaron por su cuerpo viendo el delicado vestido blanco que tenía, cuando estuvo cerca pude divisar las pequeñas flores que lo adornaban y sonreí, era un vestido muy lindo, qué pena que no podía decir lo mismo de su dueña.

- Buenas tardes -se sentó a un lado de Camila y las chicas les respondieron en voz baja, casi desgastándola con las miradas que le daban-

Solía crear esa impresión, a veces resultaba difícil no mirarla tanto, lo sabía porque la secundaria estaba perdida por ella, lo podía notar cada vez que caminaba por los pasillos y todos se volteaban a verla.

- ¿Te hizo dibujar mucho? Desde que supo que venías ya tenía listo el boceto que quería pedirte, lo siento -Abigail le restó importancia a las palabras de Camila y yo estaba perdida, ¿la inútil dibujaba?-

- No te preocupes, sabes que amo dibujar, no es nada

- No sabía que dibujabas, Abigail -Jessica dijo mirándola y la nombrada solo se encogió de hombros con una sonrisa, qué desconfianza sentía, Abigail parecía hasta amable, ¿que bicho le había picado? Ella era la mas grandísima perra que podía existir- Quizás algún día puedas mostrarme alguno

En esta y en mil vidas.Where stories live. Discover now