Perseo - El Deseo de ser Amada

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"EL DESEO DE SER AMADA"

En el duelo de mis noches solitarias,  donde las estrellas eran mi único consuelo,  soñaba con un héroe entre mil constelaciones,  un Perseo que rompiera las cadenas de mi anhelo

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En el duelo de mis noches solitarias,
donde las estrellas eran mi único consuelo,
soñaba con un héroe entre mil constelaciones,
un Perseo que rompiera las cadenas de mi anhelo.

Desde niña, escuché historias de amores eternos,
de valientes que cruzaban mares por un beso,
y en mi corazón, tejí sueños con hilos de estrellas,
esperando al que vendría, al que me diría: "Te quiero."

En la oscuridad, Perseo brillaba con fuerza,
una promesa de rescate que nunca llegó,
y yo, como Andrómeda, encadenada a la espera,
pedía al viento que trajera el amor que siempre me negó.

Cada estrella era un deseo,
cada constelación, una plegaria,
pero en el reflejo del firmamento,
solo veía mi sombra solitaria.

Imaginé su espada, no como arma,
sino como un destello de esperanza,
que cortara el silencio que me envolvía,
y me guiara hacia la danza del amor, la añoranza.

Pero las noches pasaban sin respuesta,
y el héroe que soñaba seguía distante,
quizá perdido en otros cielos,
quizá atrapado en un destino errante.

Así, mi corazón, como la roca de Andrómeda,
sufría el embate de las olas del tiempo,
esperando, deseando, amando la idea,
de un Perseo que me mirara, aunque fuera en un sueño.

Escribí su nombre en las páginas de mi soledad,
como si al hacerlo, pudiera conjurarlo,
pero en mi piel, solo quedó la brisa fría,
y el eco de un amor que nunca vino a buscarlo.

Ahora miro al cielo, no con esperanza,
sino con la resignación de quien entiende,
que quizás mi Perseo vive en otra historia,
en otro cuento, en otro sendero que no me comprende.

Y aunque en las estrellas aún veo su figura,
sé que no soy Andrómeda, ni él mi salvador,
soy solo una chica con un libro en sus manos,
que escribe sobre el amor, soñando con su propio resplandor.

– Nubia.

Lágrimas de AndrómedaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora