Corona Borealis - El dolor de no amar a quien te ama

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EL DOLOR DE NO AMAR A QUIEN TE AMA

Sobre el cielo, una corona danza,  tejida en luces de promesas y engaños,  Ariadna suspira, la playa avanza,  y el mar, testigo, murmura sus daños

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Sobre el cielo, una corona danza,
tejida en luces de promesas y engaños,
Ariadna suspira, la playa avanza,
y el mar, testigo, murmura sus daños.

El amor que no florece, pero pesa,
como un dios que desciende entre viñas rotas,
con manos de seda, Dionisio la besa,
mas en su pecho, sólo quedan notas.

¿Quién elige la llama que arde?
¿Quién dicta al alma a quién debe entregarse?
Ariadna, reina de un reino que arde,
lleva en sus sienes un brillo que parte.

Corona de estrellas, sin calor, sin fuego,
¿cómo se ama lo que el alma no toca?
El amor impuesto, un dulce veneno,
una joya brillante, que en el pecho sofoca.

Dionisio no es más que un eco dorado,
un reflejo lejano que en sombras flota,
y Ariadna, en su manto dorado,
camina entre estrellas, pero en el alma, rota.

Y yo, bajo tu luz, siento ese peso,
el de amar lo que nunca ha sido mío,
una corona que brilla, pero en exceso,
dibuja en mi mente un eterno vacío.

Corona Borealis, ¿eres también mi prisión?
Brillas en la noche, pero no eres mi faro,
yo, como Ariadna, en eterna confusión,
coronada en un cielo donde el amor es raro.

–Nubia.

Lágrimas de AndrómedaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora