"Lágrimas de Andrómeda" es un viaje poético a través de los pensamientos y emociones de una joven que se enfrenta a la vastedad del universo y las profundidades de su propio ser.
En cada poema, ella dibuja conexiones entre las estrellas y sus senti...
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Bajo la oscuridad donde las estrellas lloran, te veo, Orión, cazador condenado, en tu brillo helado, las heridas imploran, por un amor que en la muerte fue sepultado.
Artemisa, con su arco, te amaba en secreto, pero el amor, a veces, es la más cruel traición, y en el fulgor de una flecha, se rompió el amuleto, de un corazón que en la soledad encontró su prisión.
Te eligieron, Orión, para ser el blanco perfecto, sin saber que en tus ojos se reflejaba su pasión, y en ese instante, en un golpe tan directo, se deshizo su sueño, se apagó su razón.
Te miro en el cielo, atrapado en la distancia, una figura que brilla pero grita en silencio, porque el amor que buscabas, en su fría arrogancia, te dejó solo, en un firmamento sin consuelo ni aliento.
¿Y qué soy yo, sino una sombra en la noche, una soñadora que busca ser amada, pero cada vez que el amor se aproxima en su broche, se convierte en la flecha que me deja quebrada?
Te siento, Orión, en cada estrella que arde, como una herida abierta, sangrando sin cesar, porque amar, en su esencia, es un filo que parte, y en su dolor, el alma se puede ahogar.
Artemisa, en su arrepentimiento eterno, te elevó al cielo, tan lejos de su piel, y yo, en mi tristeza, también me gobierno, por el temor de amar y perder en el cruel.
Porque amar, Orión, es el mayor de los riesgos, es como caminar en un sueño que puede matar, y tú, en el cielo, con tus huesos tan frescos, eres el recordatorio de lo que puede pasar.
Yo, como tú, busco en la noche respuestas, un amor que no sea mi final, pero en cada estrella, en sus luces funestas, veo el reflejo de un destino fatal.
Orión, en tu soledad me veo atrapada, una cazadora de sueños, un alma que tiembla, porque en el amor, tan deseado, tan anhelada, también yace la flecha que a todos nos quiebra.
