EL DOLOR DE UN AMOR PROHIBIDO
En la penumbra del cielo, donde el Águila alza el vuelo,
se oculta una historia que los vientos murmuran,
la historia de Aquiles, de Patroclo, en duelo,
un amor que en las sombras, por siempre perdura.No es la elección, ni el anhelo que grita,
es el recuerdo que quema, la ausencia que hiere,
de un amor que en la guerra perdió su cita,
un lazo tan fuerte, que la muerte prefiere.Veo en el Águila, en su vuelo sereno,
la libertad que tuvieron, pero también la condena,
dos almas que se unieron bajo el mismo cielo,
pero que el destino cruel desgarró sin pena.No fueron las palabras, ni un juramento roto,
fue el eco de la guerra, la furia del combate,
que los separó en la cúspide de su devoto,
dejando sus corazones en un dolor que no abate.Recuerdo ese amor, no con envidia o deseo,
sino con la tristeza de lo que pudo ser,
como el Águila que vuela, sin nunca tocar el suelo,
ellos se elevaron, solo para caer.Porque el amor, a veces, es un arma de doble filo,
que corta profundo, dejando cicatrices,
y aunque volamos alto, en un cielo tan tranquilo,
nos damos cuenta que las heridas se eternizan.Aquiles lloró por Patroclo, su amigo, su amante,
y en sus lágrimas veo las mías, de un amor perdido,
no por falta de afecto, ni por un error distante,
sino por las circunstancias que la vida ha tejido.El Águila sigue volando, en un cielo sin fin,
y yo, en mi rincón, contemplo su destino,
no con lamento, ni con un deseo ruin,
sino con la aceptación de un amor divino.Que a veces, aunque el corazón lo quiera,
el amor es un vuelo que no siempre aterriza,
y nos quedamos con la sombra que nos queda,
como el Águila, que en el cielo agoniza.– Nubia.
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Lágrimas de Andrómeda
Poesia"Lágrimas de Andrómeda" es un viaje poético a través de los pensamientos y emociones de una joven que se enfrenta a la vastedad del universo y las profundidades de su propio ser. En cada poema, ella dibuja conexiones entre las estrellas y sus senti...