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Enji sabía que sus pequeños eran unos diablillos causa problemas y espanta niñeras.

Pero jamás se imaginó que una de ellas fuera capaz de hacerles daño.

Al llegar a casa, cansado del trabajo, la primera imagen que lo recibió al pasar la puerta de la entrada fue la casi abofetada que le iba a dar la niñera a Touya. Sus pequeños estaban despeinados, sudados y agitados, como si hubieran corrido una maratón, sus pequeños ojitos lo miraban buscando ayuda, con profundo miedo en su ser.

-¡¿Que mierda se supone que estás haciendo?!- La niñera detuvo todos sus movimientos y lo observó con miedo.-¡Agarra tus cosas y lárgate de esta casa!- Enji no iba a permitir que NADIE le levantara la mano a sus hijos.

-S-Señor, es una equivocación, y-yo...- Fue interrumpida por otro grito.

-¡Te dije que te quiero fuera!- La niñera tragó saliva y se dirigió al cuarto que había sido designado para ella a empacar sus cosas.

-¡Papá!- Los niños corrieron a los brazos de su padre con lágrimas en los ojos.

-Shh... Está bien, ella no volverá- Les dijo abrazándolos con cariño y sobando sus espaldas, que temblaban por los hipos que emitían cada 2 segundos.

Luego de pedirle las llaves de regreso y despedir a la niñera subió con los niños a su habitación para arroparlos, pues ya era tarde para ellos, hoy se había retrasado un poco con el trabajo.

-Lamento no haber llegado antes, la próxima niñera será mejor que esta- Dijo, los gemelos se resistieron a fruncir el ceño.-Buenas noches- Besó sus frentes con cariño y con una última sonrisa salió de la habitación.

-Si que la hiciste enojar- Felicitó Shoto a Touya.

-Te dije que se enojaría si tocábamos su maquillaje.- Se burló Touya.

-Tenemos que hacer que Izu-san y papá se conozcan pronto, antes de que llegue otra niñera.- Dijo Shoto decidido.

-Cierto, mañana se lo diremos a Izu-san- Shoto asintió.

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Cómo de costumbre, Izuku recibió en la entrada a los pequeños y en colita ingresaron a su respectivo salón, empezando con las actividades del día, repasando el abecedario entre oraciones divertidas y canciones para mejor la pronunciación de las palabras en los pequeños, los minutos y horas pasaron rápidamente, siendo hora ya de despedir a los pequeños.

-Izu-san- Llamó Touya, tomando una esquina del mandil de Izuku en su mano.

-Dime cielo- Se agachó hasta la altura de los pequeños, solo faltaban ese par, el resto de sus amiguitos ya se habían retirado.

-Nosotros queremos preguntarle algo..- Dijo Shoto dudoso tras su hermano.

-Díganme lo que desean, no me enojaré - Dijo revolviendo sus cabellos bicolor de ambos con cariño.

-Queremos que hoy Izu-san venga a nuestra casa a jugar con nosotros- Dijo Shoto poniendo su mejor cara de cachorro, sus ojos llorosos brillaban dándoles un toque angelical al igual que a su hermano Touya.

-Nadie juega con nosotros, siempre estamos solos y aburridos- Dijo con fingida tristeza y un ceño fruncido, Touya.

Izuku observó a ambos con sus cejas fruncidas en aflicción, pensando que tenía en la cabeza el padre de aquellos niños en dejar a esos pobres angelitos solos, los atrajo hacia él y los abrazó con cariño.

-Claro que iré, ¿A las 4 está bien?- Los niños asintieron efusivos.

-¡Si, Izu-san vendrá a casa!- las sonrisas que le dirigieron a Izuku hizo que se le derritiera el corazón al pecoso.

-Disculpen- Interrumpió un rubio de estatura promedio en la entrada de la puerta.

-Oh, señor Hizashi- Izuku reconoció al rubio, era el que iba a recoger a los gemelos cuando no había una niñera aún designada para los menores- Disculpe dejarlo esperando.

-¡No se preocupe!, me gusta ver a mis pequeños sobrinos tan enérgicos como siempre- Contestó de manera anima el rubio, muy característico de él.

-Bueno, vayan con cuidado- Despidió a los bicolor.

Hizashi se fue con uno a cada lado, tomados de la mano y en silencio, cuando salieron de las instalaciones de aquel bonito lugar, habló.

-¿Qué planean ahora, pequeños traviesos?- Preguntó Hizashi, pues este era consiente de todas las travesuras por parte de los gemelos ya que estos se lo contaban.

-¡Lo sabrás pronto!- Exclamó Shoto.

-¿Qué comeremos hoy, tío?- Preguntó Touya.

-Ehhh, ¿Qué quieren comer?, Iremos a comprar comida de la tienda- Los gemelos abuchearon.- Ey, saben que tengo prohibido cocinar, ya saben que pasó la última vez... -Los gemelos se carcajearon recordando aquel suceso tan divertido para ellos pero tan traumático para el rubio.

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Las cuatro de la tarde había llegado e Izuku estaba puntualmente frente a la puerta de la casa de los Todoroki.

Tocó el timbre y esperó pacientemente, unos segundos después, escuchó unos pasos apresurados, aproximándose a la puerta.

-Buenas Tardes, Maestro Izuku- Habló el rubio.

-Buenas Tardes, Señor Hizashi, dígame solo Izuku mientras no esté en el trabajo- Le dio una sonrisa.

-¡Claro!, Pasa, Izuku, está en su casa- Dijo el mayor haciéndose a un lado.

-Gracias- Ingresó de manera cautelosa al lugar observando que todo era muy bonito y acogedor, pronto unas pequeñas bolitas bicolor llegaron a él, corriendo.

-¡Izu-san ya llegó!- Abrazaron a su querido Maestro con total emoción.

-Hola mis amores, ¿Cómo están?

-¡Muy bien!- Hablo Shoto animado.

-¡Preparamos las cosas para cuando llegaras!- Habló Touya.

-Bueno, lamento interrumpirlos, pero me debo marchar- Habló Hizashi- Agradezco que estés aquí, Izuku, no quería dejar a los pequeños solos, pero seguro que para mañana ya tienen una niñera.- Dijo para molestar a los menores, quienes le sacaron la lengua cuando Izuku volteó a ver al rubio.

-No se preocupe, vaya con cuidado, yo los cuidaré hasta entonces.

-Gracias de nuevo, ¡Adiós pequeños terremotos!- Los pequeños corrieron a abrazarse a su tío antes de que saliera de la casa moviendo su mano en despedida.-Veremos si esta vez también lo logran...- Hizashi sonrió de lado, sabía lo inteligentes que podían llegar a ser sus sobrinos y así como lograban ahuyentar a las niñeras, tal vez podrían hacer de aquel bonito peliverde su nueva "Mamá".

✦᭥ ̗̀ ̖́ Una Nueva Mami (EnjiDeku)彡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora