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La noche estaba cargada de electricidad cuando Hyunjin y Seungmin se encontraron en un exclusivo restaurante. Hyunjin, con su mirada arrogante y su traje a medida, parecía estar en su elemento. Seungmin, por otro lado, intentaba mantener la compostura, fingiendo que el corazón no le latía más rápido al ver al heredero Hwang.

Seungmin no pudo evitar soltar una risa irónica cuando vio el lugar que Hyunjin había elegido para su encuentro. El restaurante estaba lleno de espejos, luces brillantes y camareros con uniformes extravagantes. Era como si alguien hubiera mezclado un museo de arte moderno con una pasarela de moda.

¿En serio, Hyunjin? —dijo Seungmin, señalando los espejos que rodeaban la sala—. ¿Esto es lo que consideras elegante?

Hyunjin se encogió de hombros, sin inmutarse por la burla. —Me gusta la ostentación. Además, los espejos son perfectos para admirarme a mí mismo – bromeó con intención de molestar a su acompañante

Claro, porque eso es lo que todos necesitamos: más oportunidades para verte a ti mismo – Seungmin rodó los ojos y Hyunjin se burló de aquel comentario mientras se dirigía al lugar de Seungmin para mover la silla permitiendo que el rubio pudiera sentarse

Vaya, conservas algunos modales – soltó con sarcasmo mientras tomaba asiento. No entendía el por qué, pero parecía una necesidad molestar al pelinegro pretencioso que lo acompañaba

El camarero se acercó, ofreciendo el menú con una reverencia exagerada. Hyunjin lo tomó con aire de superioridad y comenzó a examinarlo. Seungmin, en cambio, solo podía pensar en lo ridículo que se veía rodeado de espejos.

Hyunjin no podía evitar admirar la belleza de Seungmin. Sus ojos, profundos como el océano, parecían esconder secretos. La forma en que su cabello caía sobre la frente, desafiando las normas de la perfección, lo hacía aún más intrigante. Hyunjin había conocido a muchas personas hermosas en su vida, pero Seungmin era diferente.

Tienes una belleza inusual, Seungmin —dijo Hyunjin, su voz suave y sincera—. No es solo tu apariencia, sino algo más profundo. Algo que me atrae de una manera que no puedo explicar.

Seungmin se burló, fingiendo indiferencia. —¿Estás tratando de conquistarme con halagos, Hyunjin? - Hyunjin sonrió, sus ojos brillando con diversión.

No necesito halagarte para ganarte, recuerda que ya hasta logré probar esos bonitos labios – el rubio le dedico una mirada llena de enojo, aún recuerda aquella noche, después de ello ni si quiera pudo dormir, era difícil para él descifrar si en realidad estaba tan molesto por aquel beso o solo intentaba disimular lo mucho que lo había disfrutado

Hyunjin se inclinó hacia Seungmin, su aliento rozando la piel de este último. —¿Recuerdas nuestro beso? —susurró, con una mezcla de desafío y deseo en sus ojos.

Seungmin tragó saliva, sintiendo la tensión entre ellos. —No significa nada —respondió, aunque su corazón latía con fuerza.

Hyunjin sonrió, como si supiera algo que Seungmin aún no había descubierto. —Quizás no ahora, pero pronto lo hará.

El juego de atracción y contradicciones continuaba, y Seungmin se preguntaba si podría resistirse a los encantos del arrogante heredero.

Hace apenas unos meses me divorcié y no fue nada fácil para mi aceptar que no significaba nada para la persona que amaba y solo era una maldita apariencia para él. Así que no tengo tiempo para caer en tus tontos juegos, acepté casarme contigo por el trato que acordamos, pero eso no significa que estoy a tus pies – Seungmin estaba cansado de ver como Hyunjin creía que podía jugar con él como si de un muñeco se tratase

Hyunjin sonrió con suficiencia, su mirada desafiante se dirigió a Seungmin —No te preocupes, Seungmin. Pronto desearás estar a mi lado. De eso me encargaré yo mismo.

Dime Hwang, ¿qué puedes ofrecerme además de tu arrogancia y dinero? – preguntó con una sonrisa burlona, curioso de la respuesta que le daría el pelinegro

Créeme que hay mucho más que ofrecer, sé que conmigo podrás conocer un mundo que nunca imaginaste, te haré sentir vivo, conmigo tocarás la gloria – aseguró con una sonrisa mientras acariciaba la mano de Seungmin

Seungmin se encontraba atrapado en un torbellino emocional. La atracción que sentía hacia Hyunjin era innegable, como un imán que lo atraía sin piedad. Pero también estaba el odio, una llama ardiente que crecía cada vez que Hyunjin se mostraba arrogante o insensible.

Seungmin se preguntaba cómo podía sentir ambas cosas al mismo tiempo. ¿Cómo podía desear a alguien que parecía disfrutar jugando con su corazón? Hyunjin era un enigma, un rompecabezas complicado que no sabía si quería resolver.

Hyunjin, por su parte, parecía disfrutar del juego. Cada sonrisa, cada toque, era una provocación. Como si supiera que Seungmin estaba al borde de un abismo emocional y estuviera dispuesto a empujarlo un poco más.

Seungmin miró a los ojos de Hyunjin, su voz firme y decidida. —No quiero ser un simple trofeo en tus manos, Hyunjin. Mi vida ya ha sido una farsa demasiado tiempo. No puedo seguir fingiendo.

Hyunjin pareció sorprendido por la determinación de Seungmin. —¿Qué estás insinuando, Seungmin?

Estoy insinuando que merezco más que ser parte de tus juegos de seducción —respondió Seungmin—. No soy solo un objeto para exhibir. Quiero ser algo real, algo auténtico.

Hyunjin se quedó en silencio, como si procesara las palabras de Seungmin. Finalmente, dijo —Quizás no puedo ofrecerte el amor convencional que buscas, pero puedo ofrecerte algo más. Algo que va más allá de las apariencias.

¿Y eso es? – el rubio no podía negar que sentía intriga por saber aquello de lo que hablaba Hyunjin

Te daré todo y te mostraré que eres una persona real. Tendrás la oportunidad de decir tus deseos en voz alta, puedo poner el mundo a tus pies y verás lo mucho que te deseo – Seungmin no podía descifrar el significado del brillo que se reflejaba en los ojos de Hyunjin

Ahora, ¿Por qué no brindamos por nuestro futuro matrimonio? - elevó la copa con una sonrisa coqueta, esperando a que Seungmin hiciera lo mismo

Seungmin sorpresivamente alzó su copa chocando levemente con la de Hyunjin - Brindemos porque al parecer, siempre consigues lo que quieres -  Hyunjin asintió complacido, esperaba que, en algún momento el rubio dejará atrás el tira y afloja que los tenía en tanta tensión

TrofeoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora