Eres una completa zorra, ¿creíste que no me daría cuenta como ese imbécil te veía? – Chan lanzó su corbata a la cama, estaba furioso. Hyunjin lo había hecho ver como un tonto
Yo no hice nada, todo el tiempo hice lo que me pediste – Seungmin intentaba ignorar el reflejo en el espejo donde se podía ver a Chan lanzado sus prendas de ropa molesto. Al notar que estaba siendo ignorado por Seungmin, se acercó a él y tomó su barbilla.
Vi cómo te sonreía y tú le correspondías, eres una puta – susurró en su oído mientras miraba el reflejo del rubio, quien intentaba no llorar por las crueles palabras y la manera tan violenta en la que estaba siendo tomado.
Solo fui educado, la mayoría del tiempo estuve a tu lado – Seungmin volteó hacía Chan quien aún lo veía molesto. No conforme con la respuesta del menor, lo tomó por el cabello
¿Qué mierda te estaba diciendo mientras estabas en la barra con él? – el agarre era tan doloroso, que las lagrimas ya no pudieron ocultarse, se sentía tan humillado
Está interesado en hacer negocios contigo, eso es lo que dijo – intentaba alejarse de aquel monstruo, Chan al escuchar su respuesta aflojo su agarre, permitiendo que Seungmin descansara
Más te vale que no me estés mintiendo, ahora lárgate, quiero dormir solo – no era la primera vez que lo corrían de su propia habitación, no por nada el cuarto de huéspedes se había convertido en su habitación. Seungmin ya no quería pelear, por lo que sin mirar atrás se dirigió a la habitación intentado limpiar sus lágrimas.
Odiaba su vida, los diamantes, joyas y lujos que tenía no valían más que su dignidad. La última vez que intentó hablar con sus padres acerca de su matrimonio fallido, fue ignorado con la excusa de que todos los matrimonios tenían altas y bajas. Chan era demasiado inteligente, por lo que siempre se aseguraba de no dejar ninguna marca después de sus arrebatos.
Te odio, te odio – lloraba contra la almohada deseando que su vida cambiara, estaba harto de tener que cumplir con las expectativas de otros, fingir que vivía perfectamente y peor aún, mintiéndole a la gente con que era feliz.
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Había pasado una semana desde la gran bienvenida a Hyunjin por lo que Chan se encontraba tenso al no recibir ninguna llamada de su parte, su mal humor se sentía en el aire, todos los trabajadores en casa querían salir corriendo de solo mirar su rostro. Todos sentían lástima por Seungmin, ya que era en él en quien desahogaba toda su furia.
¿Quién mierda te dijo que podías salir con tus estúpidos amigos?, deberías estar aquí esperándome para comer – Chan había llegado al restaurante donde el rubio se encontraba con sus amigos fingiendo que le tenía una sorpresa, haciendo que todo el grupo se sintiera conmovido por aquel detalle, pero Seungmin sabía que era una gran mentira.
Deja de jalonearme, me lastimas – Seungmin intentaba soltarse del agarre de Chan, quien no pensaba aflojarlo, se encontraba bastante molesto
Todo es tu culpa, haces todo mal – el rubio cayó al piso al ser empujado por el mayor, quien lo veía con desprecio
Nunca quieres comer conmigo, prefieres irte con tu amante, ¿cómo iba a saber que justamente hoy querrías comer aquí?
Deja de decir estupideces, ahora vas a ir a la mesa y te sentaras conmigo – Chan se dirigió al comedor ignorando la mirada de algunos de los sirvientes quienes solo veían la escena con pena.
Seungmin se levantó y se sentó frente a Chan, fingiendo una sonrisa a quien le estaba sirviendo la comida. Chan sólo se burlaba de él.
Eres muy bueno fingiendo – lanzó el pelinegro con burla para después tomar su bebida
Lo sé, tengo que fingir muchas cosas, por ejemplo, tengo que fingir que te amo – la sonrisa de Chan se esfumo y un musculo de su mandíbula se tensó, mientras que ahora una arrogante sonrisa apareció en el bello rostro de Seungmin.
No tengo mucha hambre amorcito, me retiro – el rubio se acerco a Chan y dejó un beso en su mejilla para después dirigirse a la habitación principal, donde se encerró asegurándose que Chan no pudiera entrar.
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Hyunjin había pasado toda la semana cerrando y rechazando tratos, se había esforzado por mostrarle a su padre que ya no era el mismo chiquillo que iba de club en club causando alboroto siendo una vergüenza para el gran Hwang Inyeop. Ya había madurado, ahora sabía que el poder no se conseguía en lugares como esos, claro, no podía negarse salir de vez en cuando, pero ahora todo era de una manera más sutil sin llamar la atención de los medios, a veces era necesario para encontrar a alguien con quien pasar la noche cada que se encontraba aburrido.
Listo para irse y buscar un buen polvo, tomó una de las revistas que estaban en su escritorio las cuales siempre iban acompañadas de su periódico del día y no pudo evitar formar una media sonrisa al ver la portada de aquella revista.
La portada tenía un ángel en un elegante traje de seda azul claro, resaltando el hermoso rubio de su cabello. Sin duda Kim Seungmin era un verdadero ángel, no podía negar la belleza que poseía aquel hombre.
Jackson, mañana quiero que hables con Bang Chan. Dale una cita para dentro de dos día – el asistente asintió y Hyunjin se retiró de su oficina con el rosto de aquel rubio en su mente.
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Trofeo
Hayran KurguDonde Seungmin está harto de ser visto como un trofeo por su esposo Bang Chan y Hyunjin está dispuesto a todo para tener a Seungmin