Capítulo 14

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Seokjin entró al auto, y golpeó con furia el volante. Unas cuantas lágrimas cayeron. No podía creer lo que estaba pasando. Esta sería su noche perfecta y el imbécil de Chanyeol la había arruinado. Trataba de concentrarse pensando donde podría haber ido Jungkook. Tal vez debía caminar, pero la lluvia intensa lo hizo desistir.

De pronto recordó que habían días en los que antes de ir al Restaurante, caminaban por un pequeño parque cercano. A Kookie le gustaba fotografiar los contrastes de luces por la sombra de los árboles. Tal vez su bebé había corrido hasta allá. Marcó su número, sonaba llamando, al menos no estaba apagado, aunque nadie contestó.

Movió el auto con la esperanza de que su corazonada fuera cierta. Eran más de las seis, aún no oscurecía del todo, pero la lluvia le daba un aspecto lúgubre al pequeño parque. Estacionó el auto, se puso su abrigo y tomó un paraguas. Comenzó a caminar gritando el nombre de Jungkook. El parque estaba desierto. Seokjin comenzaba a desesperarse, hacía frío y Kook llevaba una hora sin aparecer. Marcó su número con la esperanza de escuchar algo y de pronto en medio de la lluvia un sonido lo sobresaltó. Corrió hacia el lugar de donde provenía y ahí en una banca en posición fetal, Jungkook estaba casi inconsciente temblando por el frío que calaba su delgado uniforme.

— ¡Kookie, despierta por favor! ¡Jungkook!, ¿me escuchas? — pero él no podía escucharlo. Presentaba una incipiente hipotermia. Seokjin se sacó el abrigo, lo puso sobre el chico y con su adrenalina al tope lo tomó en brazos. La lluvia seguía cayendo, pero a Jin no le importaba. Sólo poner a salvo al amor de su vida.

Cuando a fin llegó al auto, metió con cuidado a Kook en la parte de atrás. El chico seguía temblando por el frío, pero seguía semi inconsciente.

Mientras conducía, marcó el número de Tae, éste enseguida contestó.

—Taehyung, encontré a Kookie. Estaba tirado en una banca, creo que tiene hipotermia. Estoy más cerca de casa que de un hospital y sé qué hacer. Llamaré un doctor. Los llamo más tarde.

—Está bien. Si necesitas algo sólo avísanos. Les diré a los demás.

Inmediatamente llamó a un doctor amigo. Éste le dio unas indicaciones y quedó de ir al pent-house.

Con mucho cuidado sacó a Kookie del auto y lo subió en brazos al elevador. Ni siquiera se daba cuenta del gran esfuerzo físico que estaba haciendo, sólo quería llegar a casa y ponerlo a salvo.

Cuando la puerta se abrió, colocó a Jungkook sobre el sofá. Corrió al baño y llenó la tina con agua tibia. El médico había sido claro, no caliente o podría causarle un paro cardíaco.

Fue hasta la sala y le sacó el uniforme y la ropa interior y lo llevó al baño para sumergirlo en la tina.

Recién ahí, su cuerpo se desplomó. Se sentó en el piso frío, tocando el rostro pálido de Jungkook, que murmuraba palabras que no se entendían. Después de unos minutos lo sacó del agua y con cuidado lo puso en la cama para secarlo y ponerle un pijama. En esos momentos Jungkook abrió sus ojos al fin...

—Jin...

—¡Oh Jungkook, gracias al cielo!, pensé que te perdería —. Lo atrajo hacia su cuerpo y lo abrazó muy fuerte, sollozando por la alegría de ver a su bebé despierto. Antes de que Jungkook pudiera reaccionar sonó el timbre. El médico había llegado.

—Tápate Kookie, aún estás helado. Iré a abrir, un médico va a revisarte—. Jungkook iba a protestar, pero no tenía la fuerza suficiente.

El doctor tomó sus signos vitales. Aún tenía la temperatura y presión bajas, pero ya no estaba en riesgo. Le preguntó su nombre, edad y otros datos para verificar su estado de conciencia. Jungkook pudo responder adecuadamente. Terminó por revisar sus pulmones y garganta.

Enamorándome de TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora