Capítulo 3

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Jungkook no podía creer lo que estaba sucediendo a su alrededor. Seokjin gritaba a todo pulmón, Taehyung repartía instrucciones, tratando que lo escucharan. Estaba el ruido de las ollas, batidoras y quien sabe que más artefactos. Y por supuesto los seis meseros que entraban y salían de la cocina, gritando las órdenes de los clientes. Todo esto adornado con "La Cabalgata de las Valquirias" de Wagner de fondo.

Era una escena surrealista. Por un momento se cuestionó si estaba en un Restaurante o en un manicomio. Miraba al Chef quien de tanto gritar tenía su vena marcada en el cuello. Tae en cambio con su calma habitual, trataba de que Namjoon escuchara algo acerca del color de la sopa principal.

Su amigo Jimin a su lado, sólo se concentraba en lavar todo lo que iba cayendo y que se iba usando en la cocina.

Simplemente era su primera hora en esa cocina y pensó que había enloquecido. Entonces comenzó a reírse. Especialmente de su máximo jefe, que mientras se paseaba supervisando las ollas, repartía gritos y movía sus manos histéricamente. Mala idea. Cuando Seokjin se dio cuenta de la risa del nuevo (tenía tan buen oído, que incluso en medio de esa batahola, logró identificarla), apretó sus puños y se acercó a su puesto. Jimin tratando por todos los medios de que su amigo se callara.

—¿Puedo saber qué es tan gracioso para usted, Jeon?—Jungkook seguía riendo, casi sin darse cuenta quien le hablaba.

— ¡Todo! —fue su atrevida respuesta— ¿O usted me va a negar que esto no es gracioso?, es decir, parece como si todos hubiesen perdido la razón...esto parece un manicomio, jajajajaja.

A estas alturas de la "conversación", Seokjin, ya había parado la música con el control remoto que tenía en su delantal y todo el bullicio se había detenido, pendientes de lo que Jungkook había dicho.

Fue en ese instante que el chico se dio cuenta del error que había cometido. Seokjin simplemente lo iba a asesinar y luego lo despediría, en ese orden...

—L-lo lamento Seokjin-Nim, Jungkook se puso nervioso, es su primer día y no sabía que...—. Seokjin levantó su mano, para que Jimin se callara. Él no lo quería escuchar, era al otro al que estaba cuestionando.

—¿Entonces yo te parezco gracioso?, ¿Taehyung te parece gracioso? ¿Y todos tus compañeros de trabajo que están haciendo su máximo esfuerzo aquí para atender a las cincuenta personas que están allá afuera, esperando por su comida?

En realidad a Jungkook si le parecía gracioso. Es decir, ver a Seokjin gritando fuera de sí, agitando sus brazos, fue realmente divertido. Y ver cómo los demás corrían como en una colmena de hormiga, también lo era. Pero entendía que su comentario y risa estaban de más.

—Lo siento señor Nim, digo Seokjin-Nim, no quise reírme de usted, ni de nadie más. Como dijo Jimin sólo entré un poco en pánico por todo el movimiento...lo lamento —. Hizo una pequeña reverencia, mientras miraba a Jackson quien estaba tratando de aguantar las ganas de largarse a reír a carcajadas. Lo mismo que Namjoon. Para ellos era sorprendente que alguien le hablara así a Seokjin, y que éste aún no hubiese puesto sus manos sobre su cuello.

—Cuando termine todo, lo quiero en mi oficina Jeon. ¡Y no me interesa la hora!—. Y sin decir más siguió con sus instrucciones, sus gritos y volvió a colocar a las benditas Valkirias.

Todos volvieron a sus labores y la locura comenzó otra vez. Pero esta vez Jungkook se quedó en silencio. Jimin sólo lo miró y movió su cabeza negando. Las horas de su amigo estaban contadas.

Seokjin, en tanto recibió un aviso, su amigo Min Yoongi había llegado. Naturalmente él iría a recibirlo. Dejó a cargo a Taehyung y partió al comedor. Fue el momento que Jimin aprovechó para buscar al rubio.

Enamorándome de TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora