Capítulo Final

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La llegada a Seúl, estuvo marcada por todas las actividades que tenían que realizar. Jungkook pasó la mayor parte del día en el Restaurante con Tae, entendiendo los asuntos administrativos que éste llevaba. No eran demasiados, pues el contador externo, era quien se llevaba la mayor parte del trabajo, pero de igual manera tuvo que ponerse al día con asuntos relacionados con proveedores y el personal. Además, frecuentemente eran interrumpidos por personas que llegaban a entrevista para uno u otro local y que Taehyung seleccionaba rigurosamente.

Jungkook también participaba y se preocupó que ningún chico demasiado guapo quedara seleccionado para el Restaurante de noche. Tampoco las chicas o chicos que coqueteaban abiertamente con Tae. Él también cuidaba los intereses de su amigo Jimin. Tal vez cualquiera hubiese considerado eso poco ético, pero Kookie pensaba que era necesario. Habían demasiadas aves de rapiñas listas para saltar sobre cualquiera de los dos lindos Chef y había que evitar cualquier intento de asesinato (de su parte) en el futuro.

Cuando tenía un respiro, corría a la oficina de Seokjin, para su sesión de besos diaria, la que era totalmente necesaria, frente al estrés que todos estaban sufriendo. El problema era que luego les costaba mucho separarse y ambos ansiaban más y más. Eran tan adictos a sus bocas que Taehyung varias veces les tuvo que gritar para que le prestaran atención.

—Jimin viene cada noche y a ti nadie te dice nada mientras "te distraes" con él. Déjame disfrutar un rato más a mi novio —Seokjin seguía reteniendo a Kook, aun cuando éste debía seguir "Su entrenamiento".

Finalmente se dieron un par de besos más y Jungkook volvió a la oficina de Tae, para el traspaso de información.

Durante la noche Jungkook merodeaba la cocina, viendo trabajar a Seokjin, quien últimamente se mostraba más tranquilo. Ya no habían tantos gritos, ni él se alteraba demasiado. Tener a Kookie a su lado le hacía muy bien. El chico bromeaba con él, o le ayudaba en lo que podía. Le gustaba además observar a Jackson preparar todas esas cosas dulces y deliciosas, que luego eran servidas a los clientes.

Al llegar a su pent-house luego de un día de arduo trabajo, ambos se tiraban un rato en el sofá, sólo para descansar y dedicarse mimos. Seokjin disfrutaba de los maravillosos masajes que su Kookie le daba en el cuello y espalda. Ese momento lo definía como parte de las pequeñas cosas que conformaban lo que se llama "felicidad". Sí él era feliz, sólo disfrutando las manos fuertes de su novio.

Para Jungkook, Seokjin era su todo. Un hombre al cual admirar y amar incondicionalmente. Lo que Seokjin le pidiese él se lo daría. Cualquier locura, él la haría, simplemente porque confiaba en su amor.

Los eternos días terminaban en su cama, algunos días acurrucados simplemente, compartiendo sus sueños: abrir más Restaurantes en Corea y por qué no en otros países. Recorrer juntos el mundo, descubriendo nuevos paisajes. Otras veces, la mayoría, hacían el amor. Rudamente, suavemente, experimentando, dándose placer mutuo. Era perfecto.

Es cierto, a veces discutían, especialmente cuando Seokjin no le tomaba el parecer en alguna decisión. O porque Jungkook se ponía demasiado caprichoso. Se alejaban el uno del otro, sin hablarse, si estaban en el Restaurante todos lo notaban, pero nadie se preocupaba, porque sabía que tarde o temprano terminarían reconciliándose. Y así era. Porque ellos no podían estar el uno sin el otro. A veces cedía Seokjin, a veces Kookie. No importaba. Terminaban con un beso y más tarde con sexo de reconciliación.

Pero esta noche era de acurrucarse el uno junto al otro. Mañana temprano Jungkook iría a matricularse a la Universidad y en un par de semanas comenzaría a estudiar. El nuevo Restaurante sería inaugurado también.

— ¿Estás nervioso por mañana?, si quieres puedo acompañarte —Seokjin le acariciaba suavemente su rostro.

—En realidad no es necesario. Es mi primer año como universitario, pero no soy un novato. Tengo veintitrés años, y ya estudié tres años antes. Estoy lo bastante viejo para ir solo. Tú ya tienes mucho que hacer. Creo que Tae te necesita más en este momento.

Enamorándome de TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora