En un mundo de coronas y bisturís,
Donde el destino teje tramas crueles,
Ella, princesa de vestidos largos,
Él, médico astuto, oculta sus ideales.
En la sala del hospital, miradas furtivas,
Entre vendajes y secretos susurrados,
Sus corazones danzan...
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El hospital estaba casi vacío, hacía tiempo que la princesa no veía aquel lugar tan vacío. Era bueno que el hospital estuviera así, significaba menos personas enfermas, también significaba menos trabajo, lo que era malo para Mary que no quería volver tan pronto a casa.
Mary subió las escaleras y caminó lentamente hasta la habitación de Jack. Antes de abrir la puerta, la princesa vio llegar al rubio.
"Hola, ¿qué haces aquí tan temprano?" Él le dio un beso en la frente y abrió la puerta para que ella entrara.
"No tenía nada importante que hacer en casa." Ella se encogió de hombros, entró en la habitación y escuchó a Jack cerrar la puerta detrás de ella.
"¿Recuerdas que te dije que Fagin estaba extraño?" Él se acercó a ella.
Ella negó con la cabeza. "No, pero pensaba que ser extraño era lo normal para él."
Jack rió. "Te lo dije ayer, Fagin estaba extraño." Él colocó un mechón de su cabello detrás de la oreja. "Tal vez no lo recuerdes porque estábamos ocupados haciendo otra cosa."
La princesa asintió casi imperceptiblemente con la cabeza. "¿Y descubriste por qué estaba extraño?"
"Sí..." La sonrisa de Jack desapareció. "¿Está todo bien? ¿Pasó algo? ¿Es por lo de ayer? ¿Te arrepentiste?" Jack lanzó varias preguntas hacia ella.
"Eh, cálmate." Ella sonrió para tranquilizarlo. "Estoy cansada, tuve pocas horas de sueño."
"Te entiendo." Él le dio un beso corto en los labios. "Voy a tener una cirugía ahora. Apendicectomía." Él acarició su mejilla. "¿Vas a ayudar?"
"Creo que es mejor que no. No estoy con la cabeza en su lugar." Ella pasó los brazos por la cintura de Jack y lo abrazó.
Jack la abrazó de vuelta, encontrando extraña la actitud de la morena. "¿Pasó algo en tu casa?"
Mary sacudió la cabeza. "Nada de lo que debas preocuparte."
La princesa estaba en su casa, en su habitación, buscando un vestido para la cena que tendría en la casa del gobernador. No estaba interesada en ir, pero después de las últimas conversaciones que tuvo con sus padres, prefería no discutir.
La cena sería íntima, solo para los más cercanos. La cena estaba siendo organizada por Fany, para un hombre del banco de Gran Bretaña, con quien ella planeaba casarse.
Mary escuchó un golpe en la puerta, se giró y vio a su hermano entrar. Para la sorpresa de Mary, sería la segunda cena consecutiva a la que él iría.
"¿Estás indecisa sobre qué ponerte?" Thomas preguntó acercándose a la princesa.
"Como siempre." Ella sonrió a su hermano. "Voy con este..." Ella señaló el vestido azul que estaba usando. "¿O con este?" Ella agarró el vestido verde que estaba sobre la cama.
"Definitivamente el verde." Él señaló el vestido que ella estaba sosteniendo.
Mary levantó una ceja. "No elegiste el verde porque tu corbata es verde y quieres ir combinando conmigo, ¿verdad?" Ella lo provocó.
"Como en los viejos tiempos." Él le dio un empujoncito.
Ella se acercó al espejo y colocó el vestido verde delante de ella. "El verde es más bonito." Ella se giró hacia su hermano. "Siempre me estás salvando."
"Creo que es el trabajo de los hermanos mayores." Él se dirigió hacia la puerta para salir de la habitación.
La princesa miró a su hermano salir. "¿Thomas?" Ella llamó.
Él se giró hacia ella. "Soy yo." Sonrió.
Ella tiró el vestido que tenía en las manos sobre la cama y se acercó a su hermano dándole un abrazo. Thomas no entendía, pero devolvió el abrazo.
"Te quiero, Thomas. Eres mi persona favorita en todo el mundo." Ella apretó a Thomas.
Thomas sonrió. "También te quiero." Él la alejó un poco. "¿Pero por qué esto ahora?"
"Si tú quieres, no me importaría casarme y vivir contigo y con tu esposa. Creo que sería genial que nuestros futuros hijos fueran criados como hermanos." Ella habló sonriendo.
"¿Esto es por la conversación que tuvimos sobre Dawkins?"
"Sí, no quería lastimarte."
El mayor sonrió. "No estoy lastimado, Mary."
"¿En serio?" La princesa preguntó desconfiada.
"Mary, quiero verte feliz. Saber que Dawkins te hace feliz, me hace feliz también." Él la atrajo para otro abrazo. "En el fondo, ambos sabíamos que no íbamos a vivir juntos." Él la alejó y le dio un golpecito en la nariz. "Pero podemos ser vecinos."
Mary sonrió, pero pronto la sonrisa desapareció de su rostro y dio lugar a una expresión de dolor. Ella sintió una punzada en el pecho.
El moreno notó el cambio repentino de Mary. "¿Estás bien?" Preguntó preocupado.
La princesa asintió rápidamente. "Sí, sí. El vestido está un poco ajustado, eso es todo." Ella forzó una sonrisa.
Thomas parecía no creerle, pero sonrió a su hermana. "Entonces es mejor que te cambies pronto. Creo que ya estamos retrasados." Él caminó hacia la puerta.
"¿Thomas?" Ella lo llamó de nuevo.
Él se giró sonriendo. "Creo que ese es mi nombre."
Mary sonrió para él. "Me encantaría ser tu vecina."
Thomas le guiñó un ojo. "Lo sé. Ahora ve a arreglarte." Él salió por la puerta y la cerró detrás de él.
La princesa caminó hasta la cama y se sentó. Colocó la mano sobre el pecho y sintió la punzada empezar a desaparecer. Ella sonrió para sí misma, estaba feliz de saber que tenía a alguien como su hermano a su lado.
La punzada volvió, ella respiró lentamente hasta que desapareció. Se levantó de la cama y caminó hasta la mesa al lado de la puerta, tomó el estetoscopio, se lo puso en los oídos y colocó la otra parte en el pecho. Ella inspiró y expiró varias veces hasta aceptar lo que escuchó y poner el instrumento de vuelta en la mesa.
Ella caminó hasta el espejo y se observó por un momento. La princesa levantó una de sus manos hasta el rostro y limpió una lágrima solitaria que bajaba por su mejilla.
Su padre y su madre no deberían preocuparse por su relación con Jack, tal vez ella no tuviera tiempo suficiente para tener una relación con él.
