Parte 4.

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La mañana llegó con el sol entrando suavemente a través de las rendijas de la ventana del cuarto de Gala. Karime, con una bandeja de desayuno en mano, se dirigió al cuarto para llevarle algo de comida a Gala. Aunque su actitud seguía siendo sarcástica, había un pequeño atisbo de consideración en el gesto.

Al abrir la puerta, Karime vio a Gala aún dormida, envuelta en la pijama que le había dado. La vista de Gala, tan vulnerable y tranquila en su sueño, hizo que Karime sintiera una mezcla de emociones que no estaba acostumbrada a lidiar. Decidió usar el momento para jugar un poco con la situación.

Con una sonrisa traviesa, Karime se acercó a la cama y, sin previo aviso, inclinó la cabeza y le dio un suave beso en los labios a Gala. La acción fue rápida, casi como un juego para ella, pero no pensó en las consecuencias.

Gala, despertando de golpe por el beso inesperado, abrió los ojos de par en par. La sorpresa y el asco se mezclaron en su expresión mientras miraba a Karime. Su primera reacción fue una explosión de rabia.

Gala: Qué mierda te pasa? Eres una maldita perra!, No tienes derecho a tocarme! Eres la peor!

Karime, sorprendida por la intensidad de la respuesta, retrocedió un paso, con una expresión que oscilaba entre la diversión y la sorpresa.

Karime: Wow, vaya manera de despertar. Pensé que un beso mañanero sería una forma amable de comenzar el día.

Gala, aún temblando de enojo, se incorporó en la cama, ignorando la bandeja de desayuno que Karime había traído.

Gala: No quiero nada de ti! Sácate de aquí y no vuelvas a tocarme

Karime levantó las manos en señal de rendición, intentando contener una risa nerviosa.

Karime: Está bien, está bien. No soy tan masoquista como para quedarme aquí y seguir recibiendo insultos.

Gala, con una furia que parecía no tener fin, tomó la bandeja de desayuno y la movió para sacar a Karime del cuarto.

Gala: Lárgate de aquí! Deja la comida y vete!

Karime se rió entre dientes mientras se dirigía hacia la puerta.

Karime: No puedo decir que no me divertí un poco con eso. Espero que al menos disfrutes el desayuno.

Antes de salir del cuarto, Karime lanzó una última mirada a Gala, que estaba claramente furiosa pero al menos había aceptado la comida.

Gala, aún furiosa, dejó que Karime cerrara la puerta detrás de ella. Luego, con un suspiro de exasperación, se dirigió a la bandeja. Aunque no podía negar que tenía hambre, el hecho de que la comida hubiera venido con una carga emocional extra solo añadía a su frustración.

Mientras Karime se alejaba por el pasillo, no pudo evitar reírse de la situación. A pesar de su actitud sarcástica, había algo en la rabia de Gala que le recordaba la humanidad detrás de todo el drama. Aunque no había una solución clara, el desayuno era solo un pequeño paso hacia el intento de enmendar las cosas, aunque de manera indirecta.

Karime estaba en su oficina, revisando algunos papeles, cuando Mariana entró con una expresión preocupada.

Mariana: Karime, hay un hombre en la puerta que pregunta por ti. No parece estar aquí para una conversación amistosa.

Karime levantó la vista, su rostro cambiando de la relajación a la preocupación en un instante.

Karime: Qué? Qué quiere?

preguntó, su tono de voz ahora tenso.

Mariana se encogió de hombros.

Mariana: No estoy segura, pero se ve bastante serio. Tal vez quieras salir de la ciudad por un tiempo.

Un Amor En El CrimenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora