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✎ A Reigen se le hace muy fácil hacerle cumplidos a Mob, le sale tan natural como respirar. Lo adora, lo tiene tan en cuenta y tan en lo alto, los demás están de acuerdo, Mob es maravilloso.
──Eres impresionante, Mob.
──Vas a llegar muy lejos.
──Eres tan talentoso...
Y Shigeo sonríe.
Pero cuando Mob quiere corresponderle y hacerle ver al rubio lo increíble que es, este se queda en blanco.
──El maestro es asombroso. ──Dice el de ojos oscuros de repente, Reigen no hace gran cosa, quizá solo regar una de las plantas que tiene en la oficina, o escribir algo en la hoja de cálculo de su computadora.
──¿Huh? Ah, por, ¡por supuesto que sí! ──Sabe que Kageyama es sincero, pero no puede evitar escuchar esa voz en su cabeza que le carcome la consciencia.
"Lo dice porque es mi discípulo".
──El maestro Reigen es muy amable.
──Usted... Es agradable.
──El maestro es...
Shigeo mantuvo esa tendencia de recordarle al mayor todo lo que pensaba de él.
No le pudo responder correctamente cuando Mob lo llamó "una buena persona" en el día de la conferencia. ¿Cómo iba a responder ante los demás comentarios tan positivos del chico? ¿De verdad se los merecía?
Reigen siguió así por años, aceptando los halagos de Mob por cortesía, no tanto porque se los creyera. Incluso cuando empiezan a salir, al autodeclarado psíquico aún se le hace algo difícil aceptar por completo las palabras bonitas del más joven.
Porque esa parte de sí mismo que le recriminaba todos sus errores se mantenía martillándole la cabeza.
──Algún día te darás cuenta lo mucho que vales, en serio, eres lo que más quiero en el mundo. ──Dice un Shigeo adulto, estando en la comodidad del apartamento del rubio y manteniéndolo entre sus brazos.
──Eres demasiado amable hasta para ti mismo, ¿te das cuenta de la magnitud de lo dices? ──Se sentía bien, de algún modo el recibir esas afirmaciones.
──Solo digo la verdad, será mejor que te las creas.
Para Mob no había alguien tan valioso como Arataka.
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