capitulo 7

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Un capitulo mas nunca hace daño no?

Naruto había pasado semanas inmerso en los ensayos de la obra de teatro, su enfoque completamente dirigido hacia su actuación. Aunque la tensión entre Ai y Emily era palpable, Naruto se esforzaba por mantener un equilibrio entre las dos, sin dejar que su vida personal afectara su trabajo en el escenario.

Un día, después de un ensayo particularmente agotador, Naruto se quedó en el teatro un poco más de lo habitual. El resto del equipo se había marchado, pero Ai decidió quedarse un rato más para practicar una escena difícil. Naruto, observando desde lejos, notó la dedicación con la que Ai trabajaba, su concentración absoluta en cada movimiento y cada línea. Había algo admirable en su persistencia, una pasión que resonaba con la suya propia.

Ai no se dio cuenta de que Naruto la estaba observando hasta que terminó su práctica. Cuando levantó la vista y lo vio, sonrió, un poco sorprendida pero genuinamente feliz de verlo allí.

—¿Te quedaste para espiarme? —bromeó Ai, acercándose a él con una sonrisa juguetona.

Naruto se rió, levantando las manos en señal de rendición. —Lo admito, me atrapaste. Pero en serio, Ai, lo que estás haciendo aquí es increíble. Tu dedicación es inspiradora.

Ai se ruborizó levemente, no acostumbrada a recibir cumplidos tan sinceros. —Gracias, Naruto. Pero aún me falta mucho por mejorar. Estoy tratando de dar lo mejor de mí, como tú.

Naruto se sintió cómodo con esa conversación, sin la presión de las luces del escenario o las expectativas de los demás. Solo eran dos personas que compartían una pasión por la actuación, conectando a un nivel más personal.

—¿Te gustaría practicar conmigo? —preguntó Ai, casi tímidamente—. Podríamos ayudar a que nuestras escenas se sientan más naturales.

Naruto dudó por un momento, pero la sinceridad en la voz de Ai lo convenció. —Claro, me encantaría.

Los dos comenzaron a trabajar juntos en sus escenas, sin la presión del resto del equipo observando. A medida que avanzaban, Naruto notó pequeños detalles en Ai que antes no había visto: la manera en que se concentraba, la suavidad en su voz cuando decía ciertas líneas, y la pasión que brillaba en sus ojos. Pero lo que más le llamó la atención fue la forma en que Ai lo hacía sentir cómodo, permitiéndole ser vulnerable sin sentirse juzgado.

Los días pasaron, y esta rutina se volvió una especie de ritual entre los dos. A veces, después de los ensayos, se quedaban un poco más tarde para practicar o simplemente para hablar sobre sus personajes y sus vidas. Estas interacciones eran pequeñas, casi imperceptibles, pero eran significativas en la manera en que Naruto comenzaba a ver a Ai no solo como una compañera de trabajo, sino como alguien con quien realmente disfrutaba estar.

Mientras tanto, la relación con Emily seguía siendo importante para Naruto. Emily era su amiga, alguien en quien confiaba y con quien compartía una historia. Sin embargo, la dinámica entre ellos no cambió de inmediato. Emily seguía siendo un pilar de apoyo en su vida, y Naruto continuaba pasando tiempo con ella, repasando líneas y disfrutando de su compañía.

Pero Naruto comenzó a notar que, aunque seguía disfrutando del tiempo con Emily, había algo diferente cuando estaba con Ai. No era algo tan simple como una atracción física, sino una conexión emocional que estaba creciendo lentamente. Naruto se encontraba pensando en Ai fuera del escenario, recordando pequeñas conversaciones y momentos compartidos que lo hacían sonreír.

Un día, Emily notó que Naruto estaba distraído durante uno de sus ensayos privados. Después de una pausa, se giró hacia él y preguntó, con un tono más serio de lo habitual:

—Naruto, ¿todo está bien? Te he notado un poco distante últimamente.

Naruto se sintió atrapado, sin querer herir a Emily pero sabiendo que había algo que no podía ignorar. —Sí, todo está bien. Solo... hay muchas cosas en mi mente, con la obra y todo lo demás.

Emily lo miró con una mezcla de comprensión y preocupación, pero decidió no presionarlo más. —Entiendo. Si alguna vez necesitas hablar, sabes que estoy aquí para ti.

Naruto sonrió, agradecido por su apoyo. —Lo sé, Emily. Gracias por siempre estar ahí.

Los días continuaron, y aunque la cercanía entre Naruto y Ai se hacía más evidente, Naruto se aseguraba de mantener su amistad con Emily fuerte y significativa. Era un equilibrio delicado, y Naruto era consciente de ello. No quería que nada se sintiera forzado, ni con Ai ni con Emily. Sabía que cualquier decisión apresurada podría cambiar la dinámica entre los tres para siempre.

Con el tiempo, Naruto comenzó a sentirse más cómodo con sus sentimientos hacia Ai, aunque no estaba seguro de lo que significaban. No era que hubiera dejado de lado a Emily, sino que su relación con Ai estaba tomando una forma diferente, una que no podía ignorar.

Ai, por su parte, no presionó a Naruto. Ella disfrutaba de su tiempo juntos, apreciando la conexión que estaban construyendo poco a poco. No había prisa en sus interacciones, solo un crecimiento natural de lo que podría ser algo más.

Emily, aunque notaba los cambios, no se alejaba. Su relación con Naruto seguía siendo sólida, y aunque había momentos en los que se sentía insegura, optó por apoyar a Naruto y respetar el espacio que él necesitaba. Sabía que algo estaba cambiando, pero también entendía que los sentimientos no podían forzarse.

Naruto continuó balanceando su tiempo entre Ai y Emily, permitiendo que las cosas evolucionaran de manera natural. No quería apresurar nada, ni con Ai ni con Emily. Sabía que el camino que tenía por delante era complicado, pero estaba dispuesto a recorrerlo con cuidado, sin dañar a quienes más le importaban.

Peleando por tu atenciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora