capitulo 9

89 8 0
                                    

El teatro estaba lleno hasta el último asiento. Los murmullos de la audiencia resonaban en el espacio, mezclándose con el leve crujido de los antiguos asientos de madera y el ocasional tintineo de joyas o relojes de los espectadores. La atmósfera era de anticipación, y la luz de los candelabros colgantes parecía temblar en sincronía con los nervios de quienes estaban tras bambalinas.

Naruto respiraba hondo mientras ajustaba los últimos detalles de su vestuario. Las manos le temblaban ligeramente, un signo de los nervios que intentaba controlar. Había pasado semanas ensayando para este momento, pero la realidad de estar a punto de actuar frente a una multitud lo golpeaba con una fuerza que no esperaba.

Jiraya había insistido en que esta obra sería un gran avance para su carrera, un paso más allá de las cámaras y los focos. "El teatro es donde se forjan los verdaderos actores", le había dicho su mentor, y ahora esas palabras resonaban en su mente. Pero más allá de la carrera, Naruto sabía que este era un momento crucial en su vida personal.

Ai, en su papel de Hana, y Emily, como Akane, eran más que simples compañeras de escena. Habían pasado de ser dos chicas en su vida a convertirse en dos figuras que competían por su corazón de maneras que ni él mismo entendía completamente.

Al otro lado del escenario, Ai Hoshino estaba terminando de colocarse un delicado broche en el cabello, el cual brillaba bajo las luces tenues del camerino. Ai era la imagen misma de la serenidad, pero dentro de ella, el torbellino de emociones estaba en su punto álgido. Sabía que esta noche no solo se estaba interpretando una obra, sino que también se jugaba mucho más a nivel personal. Su relación con Naruto había evolucionado con cada ensayo, y aunque no lo decía en voz alta, sentía una conexión innegable con él.

Emily, por su parte, respiraba profundamente mientras revisaba una última vez sus líneas en su mente. Aunque había sido su primera vez actuando en una obra tan grande, había puesto todo su esfuerzo para estar a la altura de Ai y Naruto. Sabía que estaba compitiendo con una estrella establecida como Ai, no solo en el escenario, sino también en el corazón de Naruto. Pero había decidido no rendirse, porque, a pesar de todo, sentía que tenía algo único que ofrecer.

El director del club de teatro, un hombre canoso con una presencia imponente, entró en el camerino y les dirigió una sonrisa tranquilizadora.

—Es hora, chicos. Recuerden, dejen todo en el escenario. El mundo es suyo por esta noche.

Los tres intercambiaron miradas y asintieron. Sabían lo que estaba en juego, no solo para la obra, sino para ellos mismos. Con un último suspiro, Naruto, Ai, y Emily se dirigieron hacia las cortinas, esperando la señal para salir a escena.

El telón se levantó lentamente, revelando un escenario decorado como un pequeño pueblo costero japonés. Las casas, de madera envejecida por la sal marina y el tiempo, formaban una hilera que terminaba en un acantilado, donde las olas golpeaban implacablemente las rocas. El cielo pintado en tonos de crepúsculo, con nubes doradas y anaranjadas, añadía un toque de melancolía al ambiente.

La historia de "Sombras del Amanecer" comenzaba en el crepúsculo de la vida de Takeshi, un hombre que había perdido su camino en el laberinto de sus propios deseos y temores. Takeshi, interpretado por Naruto, era un joven pescador atrapado entre el deber hacia su hogar y la búsqueda de un sueño que parecía siempre fuera de su alcance.

La primera escena mostraba a Takeshi solo en el muelle, mirando al horizonte mientras el viento revolvía su cabello. Sus pensamientos se manifestaban en susurros que el público apenas podía captar, una mezcla de anhelos por un futuro mejor y la culpa por abandonar a aquellos que confiaban en él.

—El mar... siempre tan vasto, tan lleno de promesas —murmuraba Takeshi—. Pero también está lleno de peligros, de monstruos que devoran a los que se atreven a desafiar sus profundidades. ¿Qué soy yo? ¿Un soñador o un cobarde que teme ahogarse en su propio deseo?

Peleando por tu atenciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora